El uruguayo Pierri, premio de guitarra de Radio Francia

El interés universal por la guitarra constituye uno de los fenómenos característicos de las últimas décadas. A él respondió la Radiodifusión francesa desde 1959 cuando, por inspiración de Robert Vidal, inició sus «Concursos Internacionales de Composición e Interpretación». Llegan ahora a la decimoctava edición, que ha sido, sin duda, una de las más brillantes.

A los premios de composición para guitarra sola se han presentado veintisiete partituras procedentes de siete países: Brasil, USA, Francia, Inglaterra, Japón, Polonia y Alemania (RFA). Tras una primera selección, y después de la ejecución en público, las señaladas en los dos primeros lugares resultaron premiadas por el jurado: «Nébulas», del coreano Debeli Park (primer premio); «Partita», del inglés John Hall (primera mención); a las obras de Stanislaw Mronski (Polonia) y Lawrence Singer (Estados Unidos) les fueron concedidas menciones, por el simple hecho de haber llegado a la final.La página premiada, Nébulas, revela una muy aguda sensibilidad, con exacto conocimiento de la técnica y los timbres de la guitarra, tratada en sus posibilidades más sugerentes dentro de un lenguaje moderno y libre. Climas, ambientes, surgen del instrumento, creando una atmósfera neo-impresionista, cargada de tonalidades pero todas ellas sutilmente difuminadas. Estuvo excelentemente interpretada por Monika Rost.

Premios de interpretación

Suele haber mayor concurrencia en la parte interpretativa del concurso. También mucha mayor pasión por parte del público que abarrota el gran auditorium de la Casa de la Radio parisiense. El novel de los finalistas, seleccionados entre 68 participantes de veintidós países, ha sido realmente elevado. Correspondió el máximo premio al uruguayo Alvaro Pierri (veintitrés años) del que recordamos muy especialmente sus versiones de Bach; Weiss y Brouwer (Elogio de la danza), por la belleza sonora, la ductilidad del mecanismo y el rigor del estilo. El segundo galardón fue obtenido, muy brillantemente, por el checo Martin Myslivecek (veintiséis años), excelente en todos los aspectos, protagonista de un Villalobos de gran fuerza o un Brouwer de acusado virtuosismo. Tanto Pierri como Myslivecek tienen ante sí un futuro cargado de posibilidades. Serán nombres con los que habrá que contar entre los ya muchos virtuosos con que cuenta la guitarra contemporánea.En fin, un brasileño, Carlos Ferreira Pinto (veintidós años), y un español, de Castellón, Santiago Rebenaque (veintisiete años), fueron premiados en tercero y cuarto lugar. Si el virtuosismo de Ferreira es grande, la seria musicalidad y delicadeza de timbre de Rebenaque no lo es menos. Se trata de un discípulo de Alberto Ponce, el guitarrista madrileño, profesor desde hace veinte años en la Escuela Normal de la capital francesa.