Trabas para comunistas y fascistas en la burocracia del Mercado Común

Las dos organizaciones sindicales de funcionarios de las comunidades europeas, han enviado una nota de protesta al presidente de la Comisión Europea, Francois Xavier Ortoli, por «las encuestas de tipo político a que están sometidos los funcionarios de la CEE».Actualmente circula en medios comunitarios de Bruselas un cuestionario preciso al que deben responder cierto número de funcionarios, que tratarían materias «confidenciales » o «secretas». Se trata de asuntos relacionados con problemas de Defensa, energía o relaciones con la OTAN, en especial. Los funcionarios deberían responder a puntos tan precisos como su pertenencia o simpatía por el Partido Comunista, por el trostkismo o por el fascismo.

Jean Kanapa, miembro del comité central del Partido Comunista Francés, protestó en el curso de una conferencia de prensa por la «caza de brujas» de los medios europeos de Bruselas. Criticó al Gobierno francés que, en su calidad de miembro de la CEE, permite dicha «manipulación». El «mackartismo» aludido por Kanapa, se traduce hoy en una pregunta escrita a la Comisión Europea, por parte del parlamentario europeo, Ansart (comunista, francés).

La Comisión Europea por su lado toma las cosas con calma y procura no dramatizar el tema. Los cuestionarios se aplicarían a funcionarios de origen británico y alemán, en particular.

Claude Cheysson, socialista francés, miembro de la comisión europea, declaró que era chocante la inclusión de preguntas de orden personal en los formularios administrativos de la CEE.

Naturalmente no todo el mundo comparte las ideas de Cheysson, al contrario, en los altos órganos de la Comisión de Bruselas se preferiría que los funcionarios fuesen «absolutamente apolíticos».

Los 6.000 funcionarios de la CEE cuentan con un teórico «estatuto del funcionario europeo». La realidad es otra. Los servicios de seguridad de la CEE solicitarían a los respectivos países nacionales, informes sobre la «moralidad» del funcionario.