Seis refugiados vascos, confinados en la isla de Yeu

José Miguel Beñarán Ordeñana, conocido por el sobrenombre de Argala, es desde ayer el sexto refugiado vasco confinado en la isla de Yeu por el Ministerio francés del Interior. Aunque sus abogados defensores insisten en que estas deportaciones son Ilegales mientras no exista sentencia judicial, las autoridades estiman que los confinados residían en la zona vasco-francesa de forma irregular, ya que tenían asignada residencia en otros departamentos del país.

Argala fue detenido el domingo en San Juan de Luz, en compañía de José Zagardía Zaldúa. El primero fue deportado casi inmediatamente a la isla de Yeu, adonde llegó ayer en medio de fuertes medidas de seguridad, mientras que el otro permanecía aún ayer tarde en comisaría, desde donde se cree que será enviado al departamento de Meurthe-et-Moselle, junto a la frontera alemana.La isla de Yeu comienza así a vivir el mismo clima de tensión que tuvo durante la primavera pasada.

Entre los habitantes de la isla aumenta el malestar por este inusitado crecimiento de la población policial, y se han mostrado particularmente molestos ante la presencia de los CRS, que se han instalado en un campamento especial.

Aunque los deportados tienen permiso de libre circulación dentro de la pequeña isla -diez por cinco kilómetros-, ya se ha producido un primer enfrentamiento verbal con uno de los policías secretas encargado de su seguimiento.

Los seis refugiados de Yeu son Maite Arana, Miren Guridi, Lázaro Arandia, Roberto Echeberría, Pedro Ereño y José Miguel Beñarán. Las dos primeras se encuentran en la isla desde el miércoles pasado, mientras que los tres siguientes llegaron el sábado.

Por el momento, las órdenes de confinamiento han recaído sobre, los refugiados que habían violado anteriormente sus asignaciones, de residencia. No se trata, pues, tanto de perseguir a quienes aparecen en los periódicos como principales responsables, de la organización ETA, sino de exigir el cumplimiento de anteriores disposiciones.

Simple fórmula

La campaña desatada por las autoridades francesas tras el atentado de San Sebastián no sería, en opinión de un alto funcionario de la seguridad nacional, otra cosa que una simple fórmula para contentar a las autoridades españolas. Incluso se ha insistido en que las medidas adoptadas no son en absoluto importantes con vistas al próximo viaje de los Reyes a París.En medios vascofranceses se nos informa que el minucioso rastreo domiciliario, muy intenso durante la pasada semana, habría remitido el domingo, después del registro efectuado en la isla de Bayona, el barrio vasco donde residen numerosos refugiados.

Permanece, sin embargo, algún control en la carretera que conduce desde la frontera española a San Juan de Luz, aunque ya no se llevan a cabo los cuidadosos registros de días atrás.

Por otro lado, a las dos de la madrugada de ayer fue detenido en el puente internacional en Hendaya, en la aduana francesa, el súbdito español Salvador Grau York, que viajaba a bordo de un coche Seat.

La detención se produjo debido a que viajaba con él, sin la debida documentación, un marroquí al que habría cogido en auto-stop.

Durante el registro, efectuado en el coche fue encontrado un fusil tipo Mauser, que llevaba cuidadosamente escondido, y un centenar de cartuchos. También se le ocupó una pistola que llevaba encima. El propietario del vehículo permanecía desde ayer tarde detenido en la zona fronteriza. Se insiste en que podría tratarse de un militante de algún grupo de extrema derecha que iría al sur de Francia con algún plan determinado contra los refugiados vascos.

Mientras en la zona vascofrancesa disminuye la vigilancia, no ocurre lo mismo a este lado de la frontera, en la provincia de Guipúzcoa.