Madrid tendrá la misma iluminación navideña que otros años

La iluminación navideña que tendrá Madrid el próximo mes de diciembre será en principio, la misma que en otros años, según afirmó en la rueda de prensa celebrada ayer por la mañana el alcalde de Madrid, Juan de Arespacochaga, tema abordado a propósito de las medidas de restricción energética que el Gobierno piensa acometer.

«No creo que esté bien, dijo el alcalde, dejar a la ciudad en esos momentos huérfana de iluminación, pero lo que sí hemos de hacer es que se mantenga esa iluminación especial dentro de unos límites de modestia. Posiblemente lo único nuevo que se haga sea la instalación de unos abetos naturales iluminados en algunos barrios de la ciudad, lo que nos vendrá a suponer un mayor desembolso en jardinería que en energía».El delegado de Obras, presente en la reunión, presentó un detallado informe acerca del consumo eléctrico de Madrid en iluminaciones ornamentales. Este tipo de iluminaciones supone, anualmente, un gasto de 603.437 kilowatios /hora, que representa el 0,6 por 100 de la energía consumida en alumbrado público y, por cada madrileño, un gasto anual de 0,2 kilowatios /hora.

Toda la iluminación de los monumentos madrileños se desconectan a las doce de la noche, permaneciendo únicamente encendidas las correspondientes al museo del Prado -por razones de seguridad- y la de la Puerta de Alcalá, por su representatividad.

En general, la potencia total instalada en Madrid para el alumbrado monumental municipal es, comparativamente, el 56 por 100 de la del alumbrado de las fachadas del monasterio de El Escorial o el 13 por 100 del que disfruta Toledo.

El mismo delegado se refirió al hecho de una posible necesidad de reducción de potencia lumínica en la ciudad, a efectos de ahorro energético, a que la propia seguridad de Madrid y sus ciudadanos necesita tener luz, tanto con miras a la conducción de vehículos como al paso tranquilo de ciudadanos por sus calles.

El motor Pita

«En el año 1972 se le propuso al Ayuntamiento la posibilidad de incorporar a los autobuses de la Empresa Municipal de Transportes unos equipos que mezclaban gas líquido propano a su combustible normal, a fin de disminuir la contaminación». Así comienza una nota que fue entregada por el delegado de Circulación y Transportes del Ayuntamiento, señor Estrada, sobre el motor Pita, un dispositivo utilizado en Viena en sus autobuses de transporte urbano, en torno al cual se planteó una polémica en la rueda informativa de hace una semana (véase EL PAIS del día 9 de octubre).En esta misma nota, se hace mención a los estudios que fueron realizados por la EMT y a las conclusiones a las que se llegó después de efectuadas. Fundamentalmente, el coste de estos equipos, 88 en total, alcanzaba los cuatro millones y medio de pesetas. A esto, había que añadir el hecho de que era necesario instalar un taller especial para su mantenimiento que podría alcanzar en su montaje los 30 millones de pesetas.

Habida cuenta de que este desembolso resultaba excesivo, sin que, a través de las pruebas realizadas, se demostrara suficientemente que tales aparatos redujeran la contaminación en forma notable, se decidió, teniendo en cuenta además su posible peligrosidad, dejar en suspenso el acuerdo del Consejo de Administración de la EMT que decidió su compra.