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José Luis Merino es Pepa Mendiguren

Este verano, una tenaz revista mensual literaria de San Sebastián, Kurpil, publicó un número dedicado a Narrativa femenina: Erotismo y Vanguardia, que, gracias a un cuento de larguísimo titulo, firmado por Pepa L. Mendiguren, y según los censores, subido de toro, fue secuestrado. El cuento pasó en la prensa local y en la nacional, por ser un descubrimiento: al fin, una mujer escribía sobre amor y sexo con imaginación y sin complejos. Cambio 16 supo, por su propio autor, que detrás de Pepa se escondía un hombre: José Luis Merino.

José Luis Merino es un hombre conocido y popular en, el mundo cultural bilbaíno, escritor y showman, agente de las vanguardias artísticas y literarias, antes desde su sala Grises, ahora desde la librería Herriak. Tiene en su haber un montón de libros, y, para mayor gloria de la literatura, una serie de entrevistas, algunas de ellas publicadas en revistas allende nuestras fronteras. todas ellas en libro esperando la calle.-«Los de Kurpil siguieron la ficción. Yo les enviaba las supuestas cartas que me escribía Pepa Mendiguren desde Barcelona, como simple amigo y mediador. Incluso en un momento en que debería haberse presentado ella en San Sebastián, me hice enviar de Burgos un telegrama... Te mando fotocopia. »

-Dice el telegrama: «Complicaciones viaje aqui varada con amigo italiano colaboracion codices castellano va bene disculpame kurpil cariños pepa mendiguren». ¿Por qué se inventó a Pepa?

-«Pepa existe. Es la que me hace realidad a mí. Yo diría que Pepa es mi medium. Y las cosas mías están haciendo realidad a Pepa. Existe. En el fondo, yo no sé quien de los dos existe, si ella o yo. Lo que importa es si el cuento funciona. El humor, lo verde, el travestí, las máscaras, todo eso me encanta. Unas veces soy una fotografía de Allende, otras puedo firmar Uruburu, life can be a ball for the pencas. Yo perro haciendo patita adios.»

-¿Por qué firmar con nombre de mujer?

-«Dos motivos: primero ver si el cuento funcionaba per se, si era bueno al margen del nombre que lo firma, sin que el nombre decidiera. Otro matiz: quién me dice que en cuarenta años, mujeres han tenido que cobijarse en un hombre. Lo que prima en este país machista. Y otro más: el juego libera, Caperucita.»

-«Falta añadir que son dos las experiencias que me dejaron marcado en este sentido: una, en el libro que escribí hace cuatro años en la parte final incluía un Miscellaneus Apochriphus, donde ideas mías las abonaba en la cuenta de otros autores consagrados, se lo dí a leer a un amigo poeta de aquí ( ... ) no comentó mis escritos, sin embargo quedó prendado de una idea de Faulkner: «He leído en tu libro una cita de Faulkner extraordinaria», y para mavor aseveración me la leyó entera, Le dije que aquella cita era mía; se quedó más tieso que un flan de recién muerto de miedo Dos: llamé en una ocasión a varios amigos míos, intelectuales, gente muy leída, y les invité a escribir un libro entre ellos y yo (seis, contándome a mí)... no había interferencias, cada uno escribía libre; cuando llegó mi turno hice un collage de dos, o tres páginas del Ulises, no dije nada; piensa que entonces (y por ahora).James Joyce era para nosotros, Jesucristo Joyce; pues bien, han pasado tres años y todavía no he escuchado un sólo comentario sobre «mi» escrito.

-«¿El erotismo? ¿Qué hay más que el erotismo? La literatura. De todos modos, en mi caso, yo escribo para dotarme de un placer no alterado por el exterior. La escritura es un deseo de escribir (me parece). Además: mis escritos son Ia extensión de mis risas y eructos Ciarios (no voy a esperar que los editores se enamoren del mundo particular de mis predilecciones). Otro además: escribo para hacerme unos momentos encantadores.

«El erotismo no necesita justificación, y mucho menos, prohición. Como la escritura. Se hace sin dolor, con surno placer, aunque pacientemente: entre la razón y la intuición: tú sabes que la historia de la escritura (no me gusta decir literatura, porque lo mío es escriítura) es una larga. serie de regresos y de inicios, de audacias y de miedos, de yde.»

«Y sí: firmar Pepa Mendiguren tiene algo de travesti, y mucho de juego, la escritura misma, liberación de energía, energía a secas. Juego de máscaras. La libertad total es bueno, lo más bueno del mundo. »

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