Fátima,
una bella muchacha persa de diecisiete años, fue asesinada a hachazos por su padre, de setenta y ocho, y su hermano, de veinticuatro. A ninguno de los dos les agradaba el novio de Fátima, y acusaban a ambos de tener relación carnal. La autopsia confirmó que la muchacha era virgen. Pero así se pagan los pecados de la carne.
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