Acuerdo provisional para un alto el fuego en el Líbano
Sorpresivamente, un portavoz de la Liga Arabe anunció anoche que Siria, Líbano y los palestinos han llegado a un acuerdo «básico» o «provisional» para un alto el fuego en el país y un arreglo político que permitiría poner fin a la guerra civil libanesa, iniciada hace más de 18 meses.
Pocas horas antes de este anuncio, tanto los palestinos como los derechistas e izquierdistas libaneses habían indicado que las conversaciones de paz fracasarían. El informe sobre el alto el fuego se dio a conocer luego de una reunión de ocho horas, realizada en la localidad de Chtaura, a unos 41 kilómetros al sudeste de Beirut, controlada por los sirios.El enviado de la Liga Arabe, Hassan Sabry El Joly, manifestó al concluir la conferencia: « Lo hemos conseguido. Se ha alcanzado un acuerdo. Es un gran éxito. »
En la misma Chtaura, el jefe guerrillero palestino, Yasser Arafat, había declarado por la mañana que no se había llegado a ningún entendimiento y que los cristianos derechistas parecían decididos a exterminar a los palestinos del sur del Líbano.
Arafat le había comunicado esa impresión al líder izquierdista Kamal Jumblatt, que actualmente realiza una visita a El Cairo.
También el mediador de la Liga Arabe, el egipcio Hassan El Joli, se había mostrado muy escéptico respecto de la posibilidad de un alto el fuego.
Las facciones izquierdistas y las milicias libanesas no fueron invitadas a la conferencia, y ambas advirtieron que no aceptarían «soluciones que no les fueran consultadas».
«Hasta el último momento-señaló el mediador egipcio- la atmósfera que reinó en Chtaura fue de mutua desconfianza.» Incluso en medios cercanos a la Liga Arabe trascendió que ya se habían dado órdenes al comando militar de la organización para que fueran retiradas del Líbano las fuerzas de paz de la Liga, con lo cual la lucha se hubiera enconado aún más.
El general egipcio Hassan Ghoneim, comandante de esas unidades, compuestas por 2.500 soldados, dijo que había recibido la orden de abandonar Beirut si los combates no se suspendían «inmediatamente». Por su lado, el Ejército sirio parecía decidido a lanzar una nueva ofensiva.
En apoyo de las milicias cristianas, el Gobierno de Damasco movió últimamente una gran cantidad de fuerzas estacionadas en el valle de Bekaa, en el este, hacia la localidad de Jezzin, situada a unos 22 kilómetros del puerto de Sidón, en poder de los contingentes izquierdistas, según afirmaron viajeros procedentes del sur.
En el curso de las últimas horas la lucha se había extendido hasta la frontera con Israel, que según aseguran los izquierdistas ha proporcionado armas y apoyo logístico importante a la facción derechista.
En el momento de cerrar esta edición no se conocían aún los términos concretos del acuerdo, y en muchas capitales árabes y europeas se dudaba de sus perspectivas a medio plazo.
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