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El hombre del compromiso

Mao Tse-tung accedió al poder con 56 años, era de Hunan. Ahora, otro hunanés, Hua Kuo-feng, adquiere el rango oficial de primera figura del sistema, con 55 años. Hunan, de quien dice el proverbio que será «la última provincia en rendirse, si algún día China es conquistada», ha dado al país sus dos máximos dirigentes en la etapa histórica de la República Popular.La noticia de su nombramiento como primer ministro ocasionó sorpresa, no por lo que se refiere a su capacidad planificadora, de la que ha dado sobradas pruebas, sino por la soledad que rodeó, hasta febrero de este año, a un político cuya labor ha estado restringida casi exclusivamente a la provincia de Hunan.

Pudo ser el hombre de transición, nombrado por un consenso entre moderados y radicales, pero desde su confirmación en el cargo, tras la depuración de Teng Hsiao-ping, dio muestras de estar al corriente de muchas cuestiones, sobre todo relacionadas con la economía, y tener capacidad para asimilar otras, concernientes a relaciones internacionales, lo que Ie ponía en disposición de asumir el gobierno de China.

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Hua Kuo-feng hereda los poderes de Mao

Su participación como técnico del Partido fue eficiente y sus servicios le fueron reconocidos desde los primeros tiempos. Después de ocupar un cargo administrativo al comienzo de los años 50, su capacidad planificadora le colocará, en los difíciles tiempos del Gran Salto Adelante, al frente de las cuestiones económicas provinciales.

Supo ocultar sus escasas antipatías por los guardias rojos, que no dudaron en criticarle durante la Revolución Cultural. Pero la situación revolucionaria, al contrario de perjudicarle, fue el comienzo de su ascensión a los más altos organismos del partido. En 1969 llega al puesto de vicepresidente del comité revolucionario de Hunan y un año después obtiene el cargo de primer secretario, que ostenta en la actualidad.

Sus discrepancias con algunos elementos pro Lin Piao, en 1970, serán un aval de inestimable importancia cuando, un año más tarde, se conozca la «traición» del ministro de Defensa.

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Miembro del Politburó

El X Congreso del PCC (1973), que representó la consolidación de la línea pragmática de Chu En-lai y la vuelta al poder de Teng Hsiao-ping, fue el definitivo encumbramiento de Hua Kuo-feng, al ingresar éste en el Politburó del Comité Central. Dos años más tarde, a raíz de la IV Asamblea Nacional del Pueblo Chino (enero) fue nombrado sexto viceprimer ministro y ministro de Seguridad Pública (Interior). Sin embargo, algo pareció oscurecer la carrera política de Hua, cuando a lo largo de ese año, y dentro del movimiento Pi Lin-Pi kon (crítica a Confucio y Lin Piao) aparecieron dazibaos en Pekín y Changsa criticando su labor.

Desde el inicio de la campaña anti-Teng Hsiao-ping, Hua estuvo en su papel de hombre de compromiso, pero, una vez confirmado en abril dio pruebas de seguridad y mando, reconocido en su lectura del discurso funerario de Mao y manteniendo su propia línea en los días anteriores y posteriores al fallecimiento de Mao, cuando apeló a la unidad del pueblo y la productividad, lo que le ha servido para erigirse en común denominador entre radicales y moderados, y proseguir la labor de arbitraje de Chu En-lai, con la diferencia que Hua no fue protagonista de La Larga Marcha ni pertenece a la generación de los grandes héroes, lo que tiene su importancia en la nueva era postmaoísta.

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