Los militares tailandeses afirman que devolverán el poder a los civiles

Mientras la calma vuelve a Bangkok, se tienen noticias de que han sido detenidas por el momento 1.700 personas, entre ellas el ex primer ministro Seni Pramoj, que fue liberado en la mañana de ayer, y el rector de la Universidad de Thammasat, sede de los sangrientos acontecimientos del miércoles.Ayer, el hombre fuerte y dirigente del Comité de Reforma Administrativa, Sangad Charloyoo, habló al país a través de la radio, por espacio de doce minutos, en los que comentó el sentido del golpe de Estado y las orientaciones políticas futuras. «Una cosa que quiero dejar clara -dijo Charloyoo- es que el Comité de Reforma Administrativa mantendrá los principios de la democracia». Los militares aplicaron tras la toma del poder la ley marcial, suspendieron la Constitución e implantaron la censura en la prensa. Ayer, los directores de los periódicos de la capital tailandesa se reunieron con las autoridades militares para recibir instrucciones sobre la forma en que actuará la censura. Ningún periódico salió a la calle y se espera que hasta el domingo no habrá información escrita en el país.

En su alocución Charloyoo añadió que «nuestro sistema democrático está necesitado de reformas», necesarias para «un incremento de la educación pública en la democracia, así como constituir un Parlamento y un Gobierno efectivo». En el discurso, el ministro tailandés de Defensa por un día agregó que «el Comité de Reforma Administrativa tenía la intención de entregar el poder administrativo a un Gobierno civil que comprenda a un grupo de personas de probada honestidad para con el país». También volvió a insistir en el peligro que significaban los estudiantes comunistas y otros elementos «con los que acabará el nuevo régimen» y defenderá a ultranza la monarquía.