El Pleno del Consejo Nacional decidirá hoy sobre un informe restrictivo en torno a la reforma política
De discurso duro y caliente se califica en sectores políticos consultados por Europa Press el que hoy podría pronunciar Adolfo Suárez -en su doble calidad de presidente del Gobierno y del Consejo Nacional- ante el órgano colegiado del Movimiento, previamente a que éste adopte una decisión sobre el informe no vinculante y bastante restrictivo en torno a la reforma política, que deberá ofrecer al Gobierno. Además de las intervenciones anunciadas de los señores Fernández de la Mora, Zamarillo y Martínez Emperador, hemos sabido que el miembro de la ponencia señor Ortí, ha preparado una réplica contra los eventuales contradictores del informe aprobado por la Sección Primera del Consejo. En principio, sólo intervendrían los también ponentes señores Abella y Gutiérrez Rubio.
Los últimos acontecimientos políticos, y en especial el atentado del lunes en San Sebastián y la intervención antigubernamental del miércoles pasado en las Cortes, a cargo del señor Zamarillo, han caldeado el ambiente lo suficiente como para que el pleno del Consejo Nacional que ha de celebrarse hoy se espere en los medios políticos con expectación desproporcionada al cometido que incumbe a la llamada Cámara política.El carácter no vinculante del informe que el Consejo Nacional ha de emitir sobre la reforma política, unido a la mediatización de ésta que la ponencia hizo en su informe y al deterioro aún mayor de los propósitos reformistas del Gobierno Suárez que se materializan en el texto aprobado por la Sección Primera permitían presagiar, en buena lógica, una sesión de trámite.
Las tensiones internas del régimen, que tienen sus protagonistas más calificados entre los hombres del Movimiento, y los últimos acontecimientos citados, auguran que la reunión del Pleno del Consejo Nacional será menos apacible de lo previsto.
La importancia del Pleno de hoy reside más en el ambiente que puede crear contra la reforma política que en su propia trascendencia jurídica. La clase política franquista no se muestra entusiasmada con la reforma, a juzgar por los últimos síntomas. De todos los sectores de la Cámara legislativa -en la que sí existe la necesidad de obtener un consenso cualificado de dos tercios- sólo el grupo parlamentario independiente ha manifestado, en una reunión celebrada ayer, su propósito de apoyar las reformas que aporta el proyecto de ley de reforma política.
El mencionado grupo añadió que no convendría al pueblo verse obligado a elegir entre dos únicos frentes irreconciliables, si bien estima positivo ofrecer opciones políticas claramente diferenciadas.
Por lo demás, la decisión que hoy habrá de adoptar el Consejo Nacional en pleno se refiere a la modificación, en sentido restrictivo, del proyecto de ley de reforma política del Gobierno Suárez.
Durante las sesiones celebradas desde el 29 de septiembre hasta el 2 de octubre, ambos inclusive, y a pesar de los esfuerzos de la ponencia integrada por los consejeros señores Abella, Gutiérrez Rubio, Navarro Alvarez, Ortí Bordás y Palomares, la Sección Primera del Consejo Nacional, presidida por el señor Fueyo, echó agua al vino, de no muy buena calidad, proyectado por el Gobierno.
Entre las sugerencias que obtuvieron los mayores apoyos y prosperaron en la Sección citada, figuraron las patrocinadas por tres de los miembros de la coalición derechista que asistieron a las sesiones: Laureano López Rodó, Cruz Martínez Esteruelas y Gonzalo Fernández de la Mora.
El punto especialmente discrepante del criterio del Gobierno es el aprobado por los consejeros de la Sección en relación con el tema electoral. Mientras que el Gobierno tiene previsto, en la disposición transitoria primera del proyecto de ley, que él mismo -en medios políticos se estimaba que tras negociarlo con la oposición- regulará las primeras elecciones a Cortes, la Sección aprobó que deben ser las Cortes actuales las que elaboren y aprueben las normas electorales, lo que supondría, dada la actual configuración de la Cámara legislativa, la no conformidad de los partidos de oposición, que tendrían un recelo más que añadir a los muchos con que miran el próximo proceso electoral.
Asimismo, la Sección acordó excluir de las reformas constitucionales posibles una serie de aspectos que no se refieren sólo a la forma de Gobierno, sino también a la unidad de España y a determinados valores supremos de no clara delimitación que parecen apuntar a contenidos equivalentes a los ya viejos Principios Fundamentales del Movimiento.
Por último, otro aspecto que merece reseñarse es el intento de la Sección Primera del Consejo de aumentar las atribuciones del Senado -de alguna manera heredero del Consejo Nacional-, especialmente cara a las reformas constitucionales futuras.
El Pleno de hoy deberá decidir sobre su conformidad o no con el citado informe. Esta será la letra. La música la pondrán los oradores.
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