Dimite el alcalde de Azpeitia
En relación con los sucesos ocurridos en el País Vasco, con motivo de la muerte de Jesús María Zabala, el pasado día 8 en Fuenterrabía y la posterior campaña pro-amnistía total, promovida por toda la oposición vasca, dimitió ayer el alcalde de la localidad guipuzcoana de Azpeitia, Silvestre Otamendi.
Su dimisión está directamente relacionada con el desalojo el sábado por la noche de la basílica de Loyola, en donde se habían encerrado grupos de personas que pretendían asistir el domingo a un funeral en memoria de Otaegui.Desde varias horas antes la fuerza pública había tomado materialmente la zona de Nuarbel donde iba a celebrarse el funeral, impidiendo cualquier tipo de concentración. Comoquiera que el alcalde de Azpeitia había negociado, al parecer sin éxito, la celebración pacífica de ambos, actos con autoridades y fuerza pública, se ha considerado en la obligación de dimitir de su cargo, por ser incapaz de responder a las necesidades de su pueblo del que, afirma, no es representativo al no haber sido elegido dernocráticamente por aquél.
Por lo que respecta a la huelga general del lunes -en la que el industrial vizcaíno señor Olarra afirma se han perdido de 3.500 a 4.000 millones de pesetas- puede decirse que la jornada de ayer discurrió con absoluta normalidad en las cuatro provincias vascas, en donde evolucionaban favorablemente los heridos habidos en los diferentes enfrentamientos entre fuerza pública y manifestantes, a lo largo de la jornada de anteayer. Concretamente en San Sebastián seis personas permanecían internadas en la residencia sanitaria. Una de ellas, María Jesús Gurruchaga, se recupera de una herida producida por arma de fuego. Su estado no parece revestir gravedad.
En su pueblo, Azcoitia, corren versiones con diferencias notables a la información oficial del hecho.
También en la residencia sanitaria de San Sebastián permanece internado otro de los heridos en las manifestaciones que ha perdido un ojo. Asimismo, registraban lesiones de menor importancia una mujer de edad madura, con rotura de ambas muñecas y un joven al que se le ha diagnosticado una lesión en los testículos.
En Pamplona se aseguraba ayer la existencia en estado grave en el hospital provincial de Navarra, al parecer a consecuencia de heridas sufridas en los enfrentamientos habidos tras la celebración de un funeral por los cinco ejecutados el pasado año.
Por lo que respecta a los detenidos, se tiene noticia de que en la capital navarra habían sido puestos en libertad las 16 personas que componían dos piquetes. Otra más permanecía detenida a la hora de redactar esta información. En Bilbao, durante la jornada de ayer, seis personas fueron puestas a disposición judicial. Asimismo se sabía a media tarde que en Vitoria permanecían retenidos tres jóvenes y un número no determinado en San Sebastián.
Por otra parte, ayer por la mañana, se descubrió en la localidad guipuzcoana de Mondragón la destrucción, provocada por individuos no identificados, de la ikastola San Francisco Javier, constituida en forma de cooperativa, por los padres de los alumnos.
Los asaltantes penetraron por una claraboya y destruyeron abundante material didáctico, al mismo tiempo que causaban destrozos en varias aulas. Se cree que los hechos pudieron ocurrir en la madrugada del lunes, aunque este extremo no ha podido ser confirmado por el momento.
Este es el tercer atentado que sufre la ikastola en sus ocho años de existencia. Precisamente el pasado 15 de septiembre se habían inaugurado nuevas aulas, en las que recibían primera enseñanza en euskera unos 110 niños.
Los asaltantes pintaron en la pizarra una ikurriña y frases insultantes contra las fuerzas del orden. Estas inscripciones podrían obedecer a un burdo propósito de desorientar a la opinión pública y cabe interpretarlas en el mismo sentido que otras aparecidas en la provincia de Guipúzcoa en las que viene a justificarse la muerte de Zabala, empleando para ello la firma de grupos de la oposición de izquierda.
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