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Solicitan un programa económico, y no medidas coyunturales

Ante una veintena de periodistas y con el respaldo del Consejo Superior de Cámaras del Espíritu de la Letra, sólo del espíritu, Iñigo de Oriol, presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Madrid, en nombre del denominado Consorcio de Cámaras del Centro de España leyó lo que él denominaría «realista» declaración sobre la actual situación económica del país.

Interesa resaltar, que a la redacción de este manifiesto han precedido diversas reuniones con objeto de matizar y conseguir adhesiones de cara a presentarlo a la opinión pública. De acuerdo con información recogida por EL PAIS del Consejo Superior de Cámaras, éste no ha suscrito, como tal organismo, el documento presentado por el señor Oriol, aunque comparte su espíritu debido a que en el propio seno de CSC existen dispares posturas en este sentido, sobresaliendo las de los representantes catalanes, que difieren sensiblemente de las expuestas por el presidente de la Cámara de Madrid.El documento se compone de dos partes.La primera en la que se expone la actual situación por la que atraviesa la economía española, y la segunda en la que se sugiere una serie de medidas tendentes a garantizar el normal desarrollo económico.

En el manifiesto se pone de relieve que la ausencia de referencias concretas del Gobierno a un propósito firme de intervención en Ia marcha de la actividad económica durante los meses que aún faltan para la culminación de la primera etapa de la reforma constitucional, constituye un serio motivo de preocupación para las Cámaras de Comercio.

Tras señalar, que el sector empresarial se enfrenta con una serie de medidas de alerta tales como la suspensión de pagos y los protestos de letras, el documento enumera las serias dificultades de los empresarios, como son el aumento de los impuestos estatales y locales el absentismo, la conflictividad laboral, el encarecimiento de materias primas, etcétera.

Otras consideraciones relacionadas con el peso de la oferta monetaria sobre las demandas del sector privado, sin discriminar las de carácter especulativo; el paro, que alcanza las 129.700 personas y el comportamiento desfavorable de nuestras cuentas con el exterior, son analizadas en el documento, que estima, en esta coyuntura, que el Gobierno debe mantenerse firme en la exigenciadel cumplimiento de la Ley, que se encare con los problemas y ofrezca solución es inmediatas llegando, incluso, a adoptar medidas que impliquen modificaciones de fondo en las relaciones de comportamiento de los agentes económicos y que creen con fianza.

«El sector empresarial no puede soportar nuevos aplazamientos en la adopción de medidas ni esperar soluciones de Ios problemas económicos hasta que se culmine el proceso electoral ya que dicha fecha vendría precedida de la desaparición cierta o el peligro de ella para muchas empresas.

Hoy más que nunca es necesario que el Gobierno, sin inhibiciones a la hora de tomar medidas, emprenda las urgentes actuaciones de toda índole que se estimen necesarias y consciente de la responsabilidad histórica que le corresponde.»

La primera parte de la declaración finaliza poniendo de relieve que no pueden demorarse fórmulas, que permitan la flexibilización de plantillas y su adaptación a las posibilidades de producción. En el mismo sentido, Ia legalización de la huelga no ha tenido como contrapartida la posibilidad del despido, lo que ha permitido, en ocasiones, su mala utilización (política o salvaje), motivo de irrecuperables pérdidas.

La declaración termina exponiendo una serie de medidas tendentes a garantizar los siguientes aspectos:

Económicamente es necesario facilitar a las empresas españolas los medios necesarios e imprescindibles que les permitan su supervivencia económica y financiera.

-Es necesario asegurar la paz laboral, garantizando la libre decisión de los trabajadores para el ejercicio de su derecho, amparándoles frente a posibles coacciones; la adaptación permanente de las plantillas a las circunstancias económicas, y hacer posible al empresario la adopción de adecuadas actitudes de respuesta frente a la huelga salvaje.

-La actividad económica es muy sensible a las variaciones y falta de perseverancia, por lo que elegido el sistema de medidas, debe darse la certidumbre de su aplicación a todo el período de transición.

Posteriarmente a la lectura del documento, el señor Oriol puso de manifiesto, a preguntas de los periodistas que este documento no es una crítica al Gobierno y a su política a la vez que contestaba que las medidas económicas tomadas hasta el momento son coyunturales y que no han obtenido una reacción positiva.

Dijo también que la reforma política puede esperar pero la económica no, ya que se trataba de un problema de fondo y no de forma. Terminó poniendo de manifiesto que la actual crisis por la que atraviesa España es una crisis de concienciación de autoridad.

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