No hay harina para el pan barato
La campaña pro abaratamiento del pan ha llegado a un momento peligroso. Ante la incontenible popularización del pan barato suministrado por Pancasa, alguien ha decidido cortar por lo sano y las fábricas harineras se han negado a proporcionar harina a Pancasa. La reacción en los barrios no se ha hecho esperar y ya anuncian una inmediata manifestación.
Las fábricas harineras que suministraban a Pancasa se negaron ayer a facilitar harina. Esta medida deja sin pan a las numerosas asociaciones de vecinos que venían realizando la venta de pan barato en sus locales.La reacción de Emilio Alonso Munárriz, presidente de la panificadora, ante esta nueva situación ha sido «de inmensa alegría -son sus palabras- ya que así quedan al descubierto los métodos que utiliza la Agrupación de Panaderos para imponer su mafia. Estoy seguro de que el corte del suministro de harina se debe a amenazas hechas contra los harineros».
Las asociaciones de vecinos han considerado el hecho como «consecuencia del boicot gestado por los expendedores». Para ellos, el problema queda ahora situado a un nivel muy diferente que hace totalmente necesaria la rápida intervención del Gobierno.
La respuesta de las asociaciones de vecinos «ante este ataque directo contra nosotros» puede tomar cuerpo en una inmediata manifestación para la cual vamos a solicitar «inmediatamente el correspondiente permiso».
Como muestra de las reacciones inmediatas por parte de quienes ayer vieron frustradas sus intenciones de comprar pan, el presidente de la Asociación de Vecinos San Blas-Simancas ha manifestado a la redacción de EL PAIS que hacia las 10 de la mañana, las 500 ó 600 personas que esperaban en las colas para comprar pan realizaron una asamblea en plena calle en la que el presidente de la Asociación les explicó que el corte del suministro de harina se debía a presiones de los expendedores sobre los harineros para no suministrar a Pancasa. Muchos de los allí reunidos propusieron el boicot inmediato al pan, cosa que no se aceptó.
Durante la tarde de ayer, 37 asociaciones de vecinos se reunieron en Orcasitas para elaborar conjuntamente un documento en el que se recogerá todo un programa de acción y alternativas sobre el problema del pan.
Dificultades
Las dificultades de Pancasa comenzaron ya hace dos años, en el momento en que les retiraron los créditos y clasificación comercial de la fábrica de Soria. Tras esto, la única forma posible de que Pancasa pudiera fabricar pan era contando con el suministro de las fábricas harineras. La nueva situación puede obligar a Pancasa a cerrar también las dos fábricas que posee en Madrid. Si esto ocurriera, el problema se agravaría considerablemente. El señor Munárriz considera que «la reacción será una traca que recorrerá toda la ciudad, especialmente peligroso por el momento de paro y carestía que atraviesa el país.Ante este estado de cosas hay que esperar la postura a doptar por las autoridades locales, quienes hasta el momento se habían mostrado favorables al abaratamiento del pan para lo cual no dudaron en otorgar licencias a las asociaciones de vecinos e incluso amenazar con la aplicación de la ley de Orden Público cuando la Agrupación de Expendedores amenazó con ir a la huelga.
El precio del pan no subirá
Para complicar más aún este problema, los industriales panaderos anunciaron una inminente subida del precio del pan, a consecuencia de la homologación del convenio colectivo sindical. El Gobierno Civil aseguró ayer que el precio del pan no subirá, debido a que «no existe ningún compromiso entre la Administración y los fabricantes para autorizar la subida de los precios máximos hoy en vigor en razón del nuevo convenio, ya que por haber iniciado su eficacia hace algunos meses fue considerado por la Comisión Provincial de Precios de Madrid, cuando en el mes de mayo se determinaron los precios máximos. También es necesario recordar las limitaciones establecidas por la legislación vigente en materia de repercusión de precios de la subida de salarios, especialmente en los artículos que como el pan están en régimen de precios autorizados».Al margen de esto, los servicios técnicos de la Agrupación de Panaderías están elaborando un plan de reestructuración, que posteriormente será elevado a la Dirección General de Industrias Alimentarias para su estudio y aprobación.
Amenazas contra asociaciones
Dos asociaciones de vecinos, la de Arganda y la de Usera, han recibido amenazas por dedicarse a vender pan a precios más reducidos. La Asociación de Arganda ha enviado un comunicado a la prensa en el que expone que recientemente se unió a la campaña de vender pan fabricado por Pancasa y que tras varios días en los que han procedido a la venta con normalidad, recibieron un anónimo en el que «amenazaban de muerte a personas físicas, miembros de la citada asociación, y les instaban a abandonar el pueblo». En la puerta del local social de la asociación, donde se expende pan, se encontró un papel sujeto a ella con alambres en el que se podía leer: «Panaderos», la vida vale mucho fuera de Arganda, cabrones. «La asociación se reserva el derecho de efectuar las gestiones judiciales oportunas a fin de prevenir futuros hechos».También la Asociación de Usera recibió amenazas, según comunica, un vecino, por parte de los dependientes de un despacho de pan existente enfrente del local de la asociación, donde se vende pan en la calle de Verja 57. Prácticamente a diario, según comunica el vecino antes mencionado, los miembros de la asociación recibieron insultos y amenazas.
La Asociación de Vecinos de La Elipa hace constar que, contra lo que publicó, por error, EL PAIS el pasado día 26, no se está en contra de la libre concesión de licencias para distribución de pan. La postura definitiva a adoptar se estudiará en una próxima reunión que mantendrán los vecinos y panaderos.
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