_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

«España es diferente»

Mi muy querido amigo, casi desde la infancia Fernando Díaz-Plaja se declara autor, en ese periódico, de tan conocido como controvertido eslogan. El autor soy yo, señor director, así como el introductor del vocablo llano eslogan (plural eslóganes) cuya ortografía ruego no me corrijan los tantas veces sor presivos o descuidados correctores de su imprenta.Mi reivindicación de autoría no pretende polemizar con Fernando, al que tanto quiero como leo y admiro. Decir que España es diferente resulta tan obvio como decir llueve. Apurado veo indagar quién inventó el verbo llover. Me alegra que Fernando y yo havamos subrayado la diferencia de España como definición de un país que, por mi parte, con todo optimismo (gusto por las cosas óptimas) sigo sosteniendo hoy día. De búnker, nada ¿eh?

Lo que quiero es contar a sus lectores la curiosa historia del eslogan. Trabajaba yo entonces con don Gabriel Arias Salgado, a las órdenes directas (véase que no invoco testigos difuntos) de José Luis Villar Palasí, vivo y bien vivo gracias a Dios. En aquella primera sede del Ministerio de Información y Turismo, calle de Monte Esquinza esquina a Génova, más corta la casa que el nombre y el cometido del nuevo Departamento, se planteó la necesidad de una frase que encabezara nuestra propaganda turística.

Por la razón circunstancial de que subsistía la hostilidad de fuera frente al régimen español, así como por elementales razones de buen gusto y de ánimo comunicativo, o séase, democrático, coincidimos todos (los del equipo de Villar Palasí, del que no formaba parte Fernando Díaz-Plaja, aunque sí Juan Velarde Fuentes y Enrique Fuentes Quintana, por ejemplo) en que habría que inventar una expresión no triunfalista, no altisonante ni dogmática, que a nadie pudiese humillar y cuyo contenido, no engañase con un atractivo mentiroso y defraudador.

Mi gabinete de estudios (es decir, mi mollera) principió elaborando un silogismo de considerable significación política democrática: «Cada país es distinto de los otros países; también España es un país».

Demasiado largo. Un tanto polémico. Excesivamente intelectual. Con escaso o nulo incentivo para turistas de todos los países. Casi parecía mejor insistir en los tópicos tierra del sol, mar de luz, et9rna primavera, cultura e historia, playas y blasones, etc.

A la siguiente sesión de trabajo, que entonces no eran almuerzos ni cenas, aporté una solución más imparcial y breve: «España es otra cosa».

Gustó mucho. Se aprobó en principio. España es otra cosa, venga a verlo. España es otra cosa, véalo y lo verá. (Simultáneamente, recién nombrado director de la revista Ateneo, inventaba su eslogan: pendo con hijos estupendos. ¡Oh España: es otra cosa!, etcétera.

Mis traductores al inglés eran don Antonio Alonso, canario de nación, y su mujer, Dora Lennard, irlandesa creo. Matrimonio estupendo con hijos estupendos. ¡Oh Dios estos recuerdos míos! ¿No fue Dora la profesora de inglés del Caudillo, allá por Salamanca?

Chocaba en inglés Spain is another thing. Choca en francés L'Espagne, un autre chose. No digamos en otros idiomas.

Así llegamos al huevo de Colón: Spain is different. Tan expresivo, tan sencillo y elemental, tan fácil en cualquier idioma, tan definitivo que sigue y seguirá manejándose por todo cristo, con todas las intenciones, en cualquier lenguaje.

¿Puede usted felicitarme, señor director de EL PAIS y colega periodista, por mi contribución a uno de los mejores eslóganes de la publicística universal?

Seguro que sus lectores gozarán de esta pequeñita contribución anecdótica y documentada a la historia española más reciente.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_