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"El Gobierno quiere una democracia sin paliativos ni exclusivismos"

En su segundo día de estancia en Barcelona, el ministro de Relaciones Sindicales, Enrique de la Mata, presidió varias reuniones en la Casa Sindical. Con ellas proseguía el intercambio de criterios iniciado a últimas horas del lunes, en que se reunió con el comité ejecutivo sindical de Barcelona.

Al margen de los actos programados, Enrique de la Mata se reunió, según informan fuentes laborales, con dos comisiones de trabajadores de «Motor Ibérica», empresa barcelonesa que está protagonizando, desde el pasado 18 de abril, un conflicto laboral.Una de las comisiones estaba integrada por once jurados de empresa, todos ellos en huelga. Sus componentes informaron al ministro de su posición con relación al conflicto, haciendo hincapié en que no podían admitir que se llevara a cabo ningún despido y que, sobre este particular, no estaban dispuestos a cambiar de criterio. No obstante, manifestaron al ministro que podían admitir la posibilidad de sanciones que llegaran, incluso, a los seis meses de suspensión de empleo y sueldo.

El segundo grupo de trabajadores de «Motor Ibérica» que se reunió con el ministro estaba compuesto por cuatro jurados y un enlace, quienes, contrariamente a la comisión antes citada, desarrollan diariamente su trabajo normal en la empresa. Señalemos al respecto que ha sido imposible averiguar cuántos trabajadores de «Motor Ibérica» se encuentran en la actualidad en paro laboral. La empresa señala que los huelguistas no llegan a la mitad de la plantilla, la cual totaliza unos 3.500 trabajadores, mientras que fuentes laborales indican que los obreros en huelga son cerca de 3.000.

Respecto a lo tratado entre la segunda comisión de trabajadores y el ministro de Relaciones Sindicales, EL PAIS no ha recibido ninguna información.

Dentro ya del programa oficial, Enrique de la Mata se reunió ayer con el Consejo Provincial de Trabajadores, cuyo presidente, José Luis Torres Cáceres, informó, al inicio de la sesión, de la situación laboral en Barcelona y provincia. Al respecto, manifestó que se dan en la actualidad serios problemas de empleo, que han llevado a un incremento notable de los coeficientes de paro en la provincia de Barcelona.

Después de la intervención de varios consejeros, tomó la palabra Enrique de la Mata, quien aludió a la necesidad de una reforma sindical «porque la nueva situación del país hace que nuestros antiguos planteamientos se queden anticuados e insuficientes». Añadió que «la reforma debemos hacerla bien y pronto: yo actúo sin prejuicios de una supervivencia política».

Con relación a la situación política, el ministro manifestó: «Está claro que lo que el Gobierno no quiere es una democracia política sin paliativos ni exclusiones, y para ello apela a la soberanía del pueblo. Y, por tanto, esta democracia sin paliativos debemos articularla entre todos».

Haciendo referencia al tema de las Comisiones Obreras, afirmó que «si se decide que entren, así lo vamos a hacer. Pero primero hay que saber si las Comisiones Obreras son un auténtico movimiento sindical o sólo una posición ideológica y, luego, si realmente desean ser autorizadas».

El ministro también se refirió a la amnistía laboral, afirmando que «no es un problema de norma, sino de entendimiento».

Después de esta reunión, el ministro de Relaciones Sindicales presidió la comisión permanente del Consejo de Empresarios de Barcelona y provincia.

Los empresarios catalanes expusieron sus criterios respecto a la política fiscal, la reforma sindical y la financiación de la Seguridad Social, entre otros temas. Respecto a la Seguridad Social, un empresario, Claudio Ribera, manifestó que el porcentaje que los Estados de la Comunidad Europea destinan a la financiación de este apartado es de un 35 por 100, mientras que la empresa financia un 40 por 100. Añadió que, sin embargo, en España son las empresas quienes aportan cinco sextas partes del total.

Finalmente, tomó la palabra Enrique de la Mata, quien aludió a la necesidad de ir hacia una empresa libre, así como reducir los controles a que está sometida por parte del Estado. Respecto a la Seguridad Social, comentó que debía tenderse hacia una cobertura de riesgos reales y hacia una remodelación de sus estructuras. Con relación a la reforma sindical, afirmó que los principios de la libertad sindical se basan en los derechos de asociación, reunión y manifestación, y que después habría, «o bien dispersión o bien unidad, y que eso era precisamente la consumación de la libertad sindical».

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