El PSOE y el Partido Socialista Portugués participarán como observadores en las Comunidades Europeas

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), a partir de 1977 ya formará parte, como observador, de las Comunidades Europeas. Así lo afirmó ayer, en París, el señor Droscher, presidente del Buró de la Unión de los Partidos Socialistas de la Comunidad. Dicho Buró se había reunido, en el Palacio de Luxemburgo (Senado francés), para estudiar el acuerdo de Bruselas sobre las elecciones europeas. Fue al final de estos trabajos cuando Droscher anunció la participación del PSOE y del PS. portugués, como observadores, en un congreso que celebrarán los partidos socialistas de la Comunidad, a principios del 77, para elaborar el texto que someterán, acto seguido, a los electores del Mercado Común.Sobre el sufragio universal europeo, el Buró de la Unión de los Partidos Socialistas, se «felicitó» y anunció la creación de una plataforma electoral para las elecciones de 1978. Después de la creación de esta plataforma, al empezar el año próximo, es cuando se celebrará el congreso al que asistirán el PSOE y el PS portugués, aunque sus países respectivos no pertenecen a la comunidad.

En Francia, como siempre, la construcción europea dejó una vez más al descubierto las divergencias que separan a los diversos partidos, tanto en el campo de la mayoría que gobierna, como en el de la oposición de izquierdas. Y como de costumbre también, los gaullistas y los comunistas se dan la mano para denunciar «todo poder supranacional» que, a su juicio, es un atentado contra la soberanía de las naciones. En la mayoría los gaullistas son categóricos: « nosotros decimos no a toda extensión de los poderes de la Asamblea Europea. Esto implicaría una revisión del Tratado. A nuestro modo de entender, el destino de Francia se determina en París y no en Bruselas», declaró el secretario general del partido gaullista, UDR, señor Guena.

Frente a estos últimos, todos los grupos centristas (radicales, giscardianos, demócratas-sociales), aplauden la elección del Parlamento Europeo por sufragio universal y ya adelantan que «esto es lo que devolverá Europa a los europeos».

En la Unión de la Izquierda, la división es paralela: los comunistas temen que, con la apariencia democrática del sufragio universal, lo que se conseguirá será aumentar los poderes de la Asamblea y, en definitiva, «una mayoría extranjera, reaccionaria, podría imponer su voluntad a los franceses». Los socialistas, por el contrario, se manifiestan favorables al principio de la elección del Parlamento por sufragio universal. Ahora bien, no ocultan reservas en lo que se refiere al procedimiento de aplicación. Según hizo saber el señor Pontillon, miembro del Secretariado nacional del PS, «tememos que algunos Gobiernos hagan lo posible para no orientar el nuevo equilibrio de los poderes parlamentarios en un sentido más democrático», o, dicho de otra manera, en un sentido que favorezca los intereses de los trabajadores.