Los empresarios, contra una ley apresurada de reforma de la empresa
La polémica en cuanto a lo que sea el concepto de empresa, el rechazo de una ley para su reforma, el repudio de la ley de Relaciones Laborales -calificada de fatídica y perniciosa- y el aplauso a numerosas críticas al Gobierno, constituyen los rasgos más comunes de la primera sesión sobre el futuro de la empresa y las organizaciones patronales, celebrada ayer en Madrid por iniciativa del Consejo Nacional de Empresarios.
De los 1.400 empresarios inscritos para las jornadas, ayer asistieron unos 800, que llenaron el salón de sesiones. Entre los presentes los ex ministros y empresarios José López de Letona, y José Luis Cerón, el ex subsecretario de Hacienda y director general del Banesto, señor Sáinz de Vicuña, el consejero del Reino, Dionisio Martín Sanz, el director general del Central, Ricardo Tejero, el presidente de la Cámara de Barcelona, Andrés Rivera Rivera, el de la de Madrid. lñígo de Oriol. En la ponencia estaban Carlos Mendoza, Luis Olarra y Rafael Termes.Una cierta beligerancia de los asistentes con la mesa presidencial, contra el informe presentado por la ponencia y contra la gran empresa es también rasgo característico de la jornada, que se prolongó desde las 10 de la mañana hasta el anochecer.
La primera sesión, introductoria del debate que se celebra hoy, que constituye el tema de las jornadas, «las organizaciones patronales», se centró en el futuro de la empresa y fundamentalmente en la reforma de ésta que el Gobierno debe emprender por mandato legal antes de que finalice el año. La ponencia preparó un documento enviado con anterioridad a los participantes para que estos establecieran correcciones y sirviera de base en los coloquios.
Desde la primera intervención se produjeron disensiones entre ponencia y asistentes al plantear cuál sea el concepto de empresa. La ponencia la describe como «conjunto de personas que aportando capital y trabajo se ponen bajo una dirección única para crear riqueza y dar servicio». Los participantes aplaudieron cuando uno de los asistentes insistió en el concepto de emprender... de asunción de riesgos, como datos distintivos de la empresa frente a la posición de la ponencia. Cuando ésta quiso distinguir entre empresa y empresario, se produjeron los primeros siseos.
La mayoría de los asistentes representaban pequeñas y medianas empresas y dejaron oir reiteradamente su voz de preocupación por la mala prensa de los empresarios. «Se nos trata como leprosos y se nos persigue como facinerosos», dijo uno de los asistentes. Otro, comentando la ley de relaciones laborales, dijo de ella que es el «Código penal que se nos aplica por el delito de ser empresarios».
Este sentimiento de persecución y de inseguridad flotaba en muchas intervenciones, provocándose en algunos momentos declaraciones curiosas en que miembros de la mesa insistían en su fe capitalista y en su creencia en la libre empresa.
Pujol Xicoy y Martín Sanz
El empresario catalán del metal, Pujol Xicoy y el Consejero del Reino y empresario del olivo, Dionisio Martín Sanz, tuvieron en la mañana uno y en la tarde el otro, las intervenciones más largas de la sesión. El catalán arrancó aplausos de entusiasmo en sus arremetidas, contra la ponencia por el informe preparado, que calificó de «muy peligroso». «Se le ve el plumero a la gran empresa», dijo, y añadió también «hay que suprimir los conceptos socializante que pululan por toda la introducción». Al final de su intervención señaló la necesidad de que para septiembre se convoque un congreso abierto de empresarios, para plantear democráticamente el futuro de la organización. Insistió también en la apoliticidad de la patronal, que supone rechazar representación política y terminar con la aceptación «como borregos» de lo que el Gobierno dice.En la respuesta al señor Pujol Xicoy, el empresario vasco Luis Olarra señaló que consideraba mucho más peligroso que el «informe», la situación de estos días en la margen izquierda de la ría de Bilbao. Insistió en la urgencia de la unión de los empresarios y en la toma de decisiones. Cuando poco después planteaba a los asistentes si irían contra la ley de relaciones laborales, el coro general repondió afirmativamente en un clamor.
La intervención vespertina de Dionisio Martín Sanz, despertó interés en el auditorio cuando se anunció, aunque luego no arrancara demasiados aplausos de adhesión. La tesis de la pérdida de posiciones del llamado mundo libre frente al marxista (en 1975 éstos ganaron cinco países, según señaló el Consejero del Reino) no despertó gran interés entre los asistentes. Al aludir a las referencias de la ponencia a la nueva etapa del sindicalismo, con libertad, pluralismo y separación de empresarios y trabajadores, señaló que no está claro que la reforma sindical vaya a aprobarse conforme está escrita, máxime cuando se ha modificado la estructuraa del Gobierno que la preparó.
En la más breve intervención de la tarde, José María Trevijano, de Talleres Zar de Bilbao, señaló que las Jornadas debían pronunciarse contra los intentos de amnistía laboral, ya que ésta suponía suprimir la libertad de contratación de las empresas al tiempo que una pérdida de autoridad de las mismas. Hubo numerosos aplausos.
Contra la seguridad social y la ley de relaciones laborales
Junto a la continua petición de que la ley de Relaciones Laborales, recientemente aprobada fuera abolida, las críticas más frecuentes se refirieron a la actual situación de la Seguridad Social. La carga que para las empresas suponen las cuotas se consideró como inaceptable, y se reclamó la toma de una participación importante por parte del Estado.En materia de empleo, se insistió en la flexibilidad de plantillas, en el establecimiento de un seguro de paro consistente, en la necesidad de legalizar la huelga como recurso último, con preaviso, así como del lock out.
El tercer y último capítulo de la serie que sobre la reforma de la empresa ha escrito Rafael Termes, no aparece en esta edición por problemas de espacio. Su publicación se realizará en la edición de mañana, jueves.
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