Víctor Moro,
cincuenta años, gallego de Ribadeo, director general de Pesca Marítima, está siendo objeto de un insólito y espontáneo plebiscito que exige su permanencia en el cargo: centenares de telegramas, firmados por personas y entidades representativas de los intereses pesqueros a todos los niveles, se acumulan en su secretaría y en las del presidente de Gobierno y ministro de Comercio. El señor Moro, profundo conocedor del sector pesquero -ha sido gerente de Pescanova, la más importante sociedad privada de pesca de Europa-, ha desarrollado en pocos meses una democrática y eficaz gestión al frente de un sector económico que arrastra numerosos y graves problemas.
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