Francisco Luis Granjel,
industrial y hasta no hace mucho, alcalde de Castellón, le ha dejado a su ciudad una herencia urbanística que está siendo muy contestada, consecuencia de haber permitido que se construyese sin respeto por la ley del Suelo. Castellón, que debería de tener unos 650.000 metros cuadrados de parques y jardines apenas si cuenta con 177.000. Para poder negar a esta cifra, el Ayuntamiento se ha visto precisado a contabilizar hasta los más modestos arriates y a incluir como zona verde los 8.000 metros cuadrados que ocupa el Camposanto castellonense.
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