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Canarias quiere más de doce millones de mar territorial

Después de vivir durante gran parte de su reciente historia de espaldas al mar, los canarios vuelven ahora sus ojos al Océano con la convicción de que en él está la clave de su futuro. Densos nubarrones empañan el horizonte de optimismo que podrían determinar la acción de los políticos y economistas de las islas: reiterados conflictos con los vecinos marroquíes en materia de pesca, el problema de la delimitación de aguas territoriales y la reciente noticia de la posible existencia de petróleo cerca del archipiélago, son factores que pueden condicionar gravemente el definitivo despegue de la economía canaria de no adoptarse por el Gobierno de la nación las medidas proteccionistas que se estiman necesarias.Al igual que la pérdida de las posesiones americanas y el hundimiento de los tradicionales mercados europeos alteraron de modo notable las estructuras socioeconómicas de las islas Canarias, la reciente cesión del Sahara español a Marruecos marca un nuevo hito histórico para el archipiélago, al quedar éste como región frontera en medio del Atlántico.

Lorenzo Olarte, presidente de la Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas, ha pedido a las Cortes que se oiga a los canarios antes de firmar cualquier acuerdo sobre la delimitación de aguas territoriales españolas. Este tema preocupa desde hace tiempo a los isleños, sobre todo tras las reuniones de Caracas y Nueva York de los países participantes en las denominadas conferencias sobre derechos del mar. En estas sesiones se discutieron largamente los problemas que atañen a los territorios conceptuados como «estados-archipiélagos», referidos a los conjuntos de Islas con entidad geopolítica y económica.

Conforme a estos criterios, las aguas interiores entre las islas serían consideradas como parte de la región canaria, aunque de acuerdo con lo establecido en el derecho internacional marítimo, se establezcan acuerdos de paso para los buques de otras nacionalidades. Pues bien, de los ciento veinte estados costeros del mundo, solamente Marruecos y Argelia se opusieron al concepto de estado-archipiélago, de tan directa y beneficiosa repercusión para las Islas Canarias. No deja de resultar sospechoso que hayan sido precisamente éstos dos países los únicos que mostraron su negativa a la adopción de este acuerdo.

Ha sido ahora, en el momento en que las conversaciones sobre los derechos del mar han llegado a un punto álgido, cuando Lorenzo Olarte se ha dirigido al presidente de las Cortes Españolas para exponerle, entre otras consideraciones, que la ampliación del mar territorial de Marruecos, unida a la pérdida de la soberanía española sobre el Sáhara, ha provocado ya incidentes con los pesqueros españoles.

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