La historia de un periodista

John Reed fue un periodista americano famoso en todo el mundo (menos en nuestro país, obviamente) como corresponsal en la revolución mexicana o la caída del imperio zarista, y también por haber sido uno de los principales fundadores del Partido Comunista Americano. Su nombre está indisolublemente unido a la historia del cine porque su libro Diez días que conmovieron al mundo (sobre los acontecimientos históricos de la toma del poder de los soviets en Rusia, en 1917), fue la base literaria de Octubre.Reed fue un ejemplo vivo del intelectual comprometido, como diríamos en términos de hoy, un modelo de periodista contemporáneo atento a informar a sus lectores de la verdad de los hechos que contemplaba y, al mismo tiempo, insatisfecho con su testimonio pasivo, deseoso de participar en las causas que él creía justas y merecedoras de una entrega personal absoluta. Se pueden compartir o no sus puntos de vista, pero nadie discutirá la calidad humana de un hombre preocupado por sus semejantes, de un auténtico misionero laico consagrado en cuerpo y alma a su tarea.

Reed: México insurgente es una película mexicana realizada por un autor poco conocido, Paul Leduc, que intenta recrear el clima de la Revolución en torno al persojane histórico de Reed -Juanito, para sus compañeros mexicanos- enviado a los escenarios de la lucha por una cadena de periódicos norteamericanos.

La narración es muy desigual, aunque tiene un tono general francamente digno, a una infinita distancia de las películas folklóricas acostumbradas. La revolución mexicana no es aquí un mero pretexto histótico para ofrecer bellas estampas reconstruidas, o una exhibición complaciente de cuadros populares amenizados con los corridos de entonces. Existe una contención y una timidez expresiva muy perceptible en todo el conjuno que, si por un lado ayuda a compone una imagen sobria de la época, or otra parte se convierte en una visión alicorta de los hechos y del ambiente que se intenta reflejar. John Reed es el protagonista de este fresco cinematográfico, y los mejores momentos del filme recogen sus dudas personales, las conversaciones con los compañeros periodistas y con los guerrilleros o con Pancho Villa -en una de las mejores escenas de la obra-, junto a la obsesión por participar más directamente en la lucha. Su personalidad es evocada sin excesos, sin pretender convertirlo en una figura heroica, sino en un hombre muy aegado a la tierra y a los demás hombres. Las insuficiencias del relato fílmico no son tantas que impidan apreciar la contextura humana del personaje, pero sí dificultan que Reed: México insurgente sea la obra completa que merecía.