Ochenta millones de pesetas en ventas millones
La Feria de este año la XXXV edición se cerró el día del Corpus .Una Feria insólita, descaradamente prógre, muy visitada pero, al decir de los vendedores —editores y libreros—, no ha sido un éxito de ventas. Al cierre Plaza y Janés, por ejemplo, cerraba a un 20 por.100 menos que el año pasado. Esos 80 millones de pesetas, 10 más que en la anterior; se lo han llevado las 26 firmas más, las subidas de los costes (10.000 pesetas por caseta) y el alto precio de los libros, recortado a su vez por la subida de los costes.
A estas alturas, el balance es escéptico. Los más optimistas —o a los que mejor les ha ido dicen que la Feria ha sido «la demostración palpable de que los publicistas de las clases ascendentes —y este es el papel que están jugando algunas editoriales— se han visto refrendados por la gran mayoría silenciada, que no silenciosa» (Ramón Akal). Otros, ante el éxito indiscutible del libro político («de coyuntura», Ramón Serraller), reflexionan que es «una Feria irrepetible, que se ha podido producir por el curioso momento político que estamos viviendo en este país» (Jesús Visor), (Juan Serraller). En este contexto se entienden las distintas suertes de los firmantes: la popularidad indiscutible de Marcelino Camacho, vedette de la Feria, o la presencia masiva ante Juan Goytisolo —al que, estos días, le han autorizado sus prohibidísimas Juan Sin Tierra y Reivindicación del Conde Don Julián —o Luis Goytisolo, que firmaba Recuento, Tamames, y el resto de los supuestos junteros, Gabriel Celaya, Buero Vallejo, Carmen Martín Gayte, Francisco Umbral...
La Feria empezó con crisis institucional, y según los editores, esta vez ha hecho patente la crisis. El año próximo tendrá que cambiar. Casi todos —desde la avanzadilla de Siglo XXI, que ya no vendió este año— la van a considerar como escaparate de promoción en la línea de lo que pedían los libreros. Y, además, como fiesta cultural, en la exigencia « quiten de más actos paralelos al margen de la actividad puramente comercial, que le monotonía y aburrimiento» (señor Jordán). En cualquier caso, piden mejores condiciones por parte del INLE, más imaginación en los planteamientos (Jesús Visor), y proyecto y gestión democrática, por parte de todos los que intervienen en ella (Ramón Akal).
Babelia
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