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Tribuna:PESE A LA LEY ANTITOTALITARIA
Tribuna
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Brandt y Mitterrand, cada vez más cerca

La situación en Italia, con un Partido Comunista de «orden» más cerca que nunca del poder, las elecciones generales que se harán el próximo 2 de octubre en la RFA y las complicadas relaciones del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) con el socialismo francés están colocando a la política internacional de Bonn en una línea de contradicción con su política interior: por un lado, el SPD se ve obligado a preservar sus vínculos con el socialismo europeo, incluido el latino, y por el otro, debe atender a las exigencias de la cocina política represiva dentro de Alemania, radicalizada hacia la derecha, no sólo por Strauss, líder de la democracia cristiana bávara, sino también por todo el CDU-CSU (Democracia Cristiana Nacional) e incluso por una opinión pública muy temerosa hoy ante los «avances» del «marxismo» en Europa.Una ley de 1955, relativa al ejercicio de la función pública, por la cual todo funcionario alemán «debe garantizar su compromiso con el orden democrático y liberal», y una disposición del 28 de febrero de 1972, que excluye de los empleos del Estado a «cualquier persona vinculada con, una organización que preconice un orden totalitario», constituyen actualmente uno de los puntos más vulnerables de la coalición gubernamental en el poder, a pesar de la favorable acogida que a fines de la semana pasada tuvo en el socialismo de la Comunidad Europea (CEE) una iniciativa «aclaratoria» del Gobierno de Bonn.

La disposición de 1972 -o «acuerdo del procedimiento entre los landers y el Estado federal»fue impuesta por el propio SPD con el fin de cerrar las puertas de la administración a los antiguos militantes nazis. Pero en las regiones dominadas por el CDU-CSU («socialismo o libertad » es, como se sabe, el slogan central con el que la democracia cristiana acaba de iniciar su campaña electoral), ese acuerdo ha servido para desatar una verdadera caza de brujas: a partir de 1974, un aparato compuesto por funcionarios, policías y agentes secretos ha redactado más de 500.000 «informes personales» y llevado a cabo unos 60.000 «interrogatorios» de candidatos a puestos públicos, y hasta de los que ya lo ejercían, fueran jueces, profesores, carteros o empleados ferroviarios. Las Comisiones Especiales ordenaron también alrededor de 250 «exclusiones» de «extremistas». Un maquinista de tren fue licenciado por ser miembro del minúsculo Partido Comunista dé la RFA (DKP) y en Munich, una joven jurista, interrogada durante horas, no pudo más tarde ingresar al Cuerpo Judicial de Baviera, por integrar . un grupo de abogados demócratas dirigido por muchos socialdemócratas y por algunos comunistas. «En realidad -dijo a este corresponsal un portavoz del SPD- somos nosotros los que estamos siendo examinados y eventualmente eliminados, sobre todo en Baviera, donde todo profesor es sistemáticamente calificado de rojo si pertenece al SPD. En abril, y mayo se registraron ocho casos graves en Bad en Wurtemberg y en Schleswigholstein. Pero aún no se ha tomado medida alguna contra ningún miembro del NPD» (Partido neonazi).

Reacción francesa y contraofensiva del SPD

En sus recientes entrevistas con Schmidt Brandt, François Mitterrand se refirió a este problema. y les señaló que podría conducir a una interrupción de relaciones entre los dos partidos. Tal interrupción podría malograr los esfuerzos del SPD para alejar a los socialistas franceses y españoles del Partido Comunista. El 29 de mayo el PSF dio a conocer una crítica muy dura acerca de la , «persecución ideológica» en Alemania, y el 2 de Junio Brandt le pidió -a Schmidt, en una nota «reservada», que efectuase «cuanto antes» una «acción aclaratoria» en el ámbito del socialismo europeo. Pero en una conversación con el premier sueco, Olof Palme, Brandt habría reconocido que el SPD «no está ahora en condiciones de detener» las investigaciones de «extremistas». «Si lo hacemos -habría dicho-, lo más probable es que en octubre perdamos las elecciones, puesto que Strauss y la CDU podrán acusarnos de colaborar con los comunistas. »

No obstante, el pasado jueves 10 el Gobierno de Bonn intentó la «acción» pedida por Brandt y distribuyó en - Amsterdam, donde se habían reunido los burós políticos de los partidos socialistas de la CEE, un extenso dossier sobre el asunto. Al mismo tiempo, el mi nistro federal del Interior, Werner Maihofer, recibió en Bonn a varios periodistas extranjeros y les ex plicó la posición de las autoridades. «Las críticas europeas -apuntó- se deben a una información insuficiente, cuando no a mala fe. No hay un decreto contra los extremistas añadió,y la ley promulgada hace más de veinte años no tía sido cambiada. En cuanto al acuerdo sobre el Estatuto del funcionario públiqo, de 1972, se basa en la doble experiencia histórica de Alemania: la destrucción de la República de Weimar por los nazis desde el interior del Estado, y ahora la división de Alemania y la existencia de un Estado comunista alemán.»

Buena,acogida. La contraofensiva de Bonn ha sido bien acogida por el socialismo comunitario. Robert Pontillon, se cretario de Cuestiones Internacionales del PS francés, declaró que su Partido «está convencido de que el SPD continuará siendo fiel a la de fensa de los derechos fundamenta les y al principio de la democracia y de la legalidad». A la vez criticó a los que «dentro y fuera de Alemania tratan de separar a los dos par tidos hermanos». Mitterrand también se mostró satisfecho en París, y expresó su confianza en que el SPD «conseguirá frenar pronto la maquinaria alemana de discriminación ideológica». Pero a pesar de esas declaraciones, las dudas subsisten, tanto en el PSF como en el SPD. El propió Schmidt reiteró hace unos días su inquietud ante el espectro del maccarthysmo que recorre el país, y el proyecto de ley, presentado el año pasado por el SPD al Bundesrat, para «corregir los abusos de la eliminación» ha sido, según acaba de reconocer Bandt con amargura, definitivamente archivado.

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