_
_
_
_
Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Los ingleses en la India

Nos hallamos en 1878. El honor de. un regimiento inglés destacado en la India, se halla comprometido por el extraño proceder de uno de sus oficiales obsesionado por el recuerdo de un compañero muerto y castrado en una operación de reconocimiento. Tal obsesión da pie a una especie de venganza personal y noctámbula: acechar, sable en mano, los bungalows de sus compañeros y castigar a las mujeres que traicionan la memoria de sus maridos muertos, hiriéndolas con saña allí donde la espalda pierde su nombre aunque no sus atractivos, ciertamente. Tal proceder viene sugerido al vengador por un juego o deporte practicado por los ingleses en la India: la caza del cerdo, en el que dicho animal sirve de blanco y víctima, en circunstancias parecidas. El autor, por boca de sus personajes, explica a través de un paralelismo sui géneris las analogías filológico-morales que llevan al misterioso. vengador hasta situaciones comprometidas que acabarán implicando a dos jóvenes camaradas recién incorporados, uno como acusado, otro como defensor, al juicio que llena gran parte de la película.

Culpable sin rostro

Según la comedia de Barry England adaptada por Robert Enders.Dirección, Michael Anderson. Fotografía, John Harris. Música, Stanh Myers. Intérpretes: Michael York. Richard Attenborough, Revord Howard, Stacye Kearch, Chrirstopher Plummer, Susanah York. Gran Bretaña. Policiaca. Local de estreno. Paz.

Teatro

Con tales mimbres policíaco-coloniales y siguiendo una tradición que evoca a los británicos los mejores días de su pasado Imperio, Barry England ha escrito su comedia, adaptada después al cine por Robert Enders. Lo de adaptar es un decir, ya que el filme, salvo un par de breves salidas al exterior que bien pudieron quedar en boca. de sus, respectivos personajes, sigue, paso a paso, las formas teatrales. Quiere esto decir que el expectador asiste a una obra en tres actos bien diferenciados, amparados. por una buena decoración e interpretados eficazmente, hasta donde la obra lo permite., que viene a ser toda su primera parte, donde la técnica habitual de intriga y enigma le con. sus márgenes recoconocidos de eficacia. Hay también en ella un aliciente a su favor que es preciso anotar en el haber positivo del realizador: cierto humorismo con que la historia se nos cuenta y que el público agradece. Lástima que, rumbo al desenlace, realización e historia se precipiten por la cuesta abajo de los trucos fáciles, de lágrimas, vagos conceptos sobre honor y compañerismo, sorpresas demasiado evidentes 3, músicas siniestras. Se diría que incluso los actores juegan a ser actores, esperando con rigor profesional a que acabe la fiesta.Como en todas las obras de esta época hay un velado desdén por la mujer que aunque humillada por un paranoico, también. se humilla a su vez, reconociendo en cierto modo su inferior condición, cuanto mayor es el mimo formal de que se la rodea. Tampoco faltan los hindúes amigos -amigos de los ingleses, claro está-, cuya mayor gloria es haberles servido en la, guerra durante sucesivas generaciones. De los otros, de los ¿le fuera, nada se dice, aunque poco importa. La India de hoy es, como todos sabemos, algo más que ese jardín por donde nuestro personaje pasea sable en, mano dispuesto a pinchar donde se dijo. La Unión India es un Estado independiente de casi setecientos millones de habitantes, que además, curiosamente, gobierna como primer ministro, una mujer crecida y forjada en los oscuros tiempos coloniales.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_