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Berlinguer insiste en la formación de un Gobierno de coalición

Enrico Berlinguer, secretario general del PC italiano, atacó ayer a la Democracia Cristiana por su gestión y se defendió de los repetidos ataques contra su Partido, al que se acusa de contrario a la libertad, sin tener en cuenta la aportación comunista italiana al fortalecimiento de la República tras un papel principal en la lucha por la liberación.

«Somos nosotros los que en el momento presente preguntamos qué garantías dan nuestros gobernantes de no llevar Italia a la ruina», ha dicho ayer, el secretario del Partido Comunista, Enrico Berlinguer, hablando a los periodistas en el Club de Prensa Extranjera.Como programa importante de la campaña electoral, los líderes de los partidos políticos se están sucediendo estos días en sendas ruedas de prensa en la Asociación de Prensa Extranjera.

La propuesta que los comunistas avanzan para después de las elecciones del 20 de junio es «un Gobierno de coalición para superar la actual grave crisis económica del país», según Berlinguer, se da así un recíproco control entre los partidos, a fin de que «ninguno pueda desviarse de una justa política en defensa de la democracia».

Como aval del comportamiento comunista, Berlinguer ha invocado el pasado reciente del Partido y la plena independencia demostrada en su política, como lo demuestran los juicios libremente formulados sobre cuanto pasa en los países socialistas.

Compromiso histórico

Refiriéndose al compromiso histórico, Berlinguer ha dicho: «El compromiso histórico ha sido concebido como el encuentro de las grandes corrientes que caracterizan la historia de nuestro país y en modo particular el movimiento popular italiano: el Partido Comunista, el Socialista y el Movimiento Católico, que no se reduce a la Democracia Cristiana ( ... ) Esta ha sido y sigue siendo nuestra estrategia en el sentido de que nosotros consideramos que para llegar a una transformación profunda de la sociedad es necesaria una colaboración entre estas grandes corrientes. La propuesta actual no contradice la estrategia del compromiso histórico, sino que tiene en cuenta la gravedad excepcional en que se encuentra el país(..)".

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La posibilidad de un Gobierno bicolor democristianos y socialistas con el apoyo exterior de los comunistas ha sido rechazada por Berlinguer, porque la rechaza el principal partner: los socialistas.

Los comunistas quieren participar en el Gobierno y no sólo en una mayoría parlameritaria. En su conjunto, según Berlinguer, el parlamento ha funcionado bien; lo que no funciona bien es el ejecutivo. El líder comunista ha atacado duramente a la Democracia Cristiana en la persona del ministro de Tesoro, Emilio Colombo, cuya destitución de su cargo seria «un factor de serenidad política», y arremetió contra Amintore Fanfani, quien ayer, en un discurso electoral en Groseto, había reprochado a la Democracia Cristiana «el no haber quitado la libertad a quiene a su parecer habrían querido o quisieran suprimir la libertad », es decir los comunistas.

Superación del capitalismo

Berlinguer ha polemizado vehementemente, reivindicando los derechos con que el Partido Comunista ha contributido a la creación de la República. El Partido Comunista fue principal, protagonista de la lucha de liberación, de la elaboración de la Constitución y a lo largo de estos 30 años ha estado en primera fila luchando por la libertad y la democracia contra la «ley-estafa» electoral del 1953 y el Gobierno Tambroni de 1960.

Pese al «fanfarrón» Fanfani, Berlinguer espera que la Democracia Cristiana cambie y se dé cuenta de que cerrar a la izquierda no le es rentable. El líder comunista no ve peligro de que a la izquierda de su partido surja una izquierda fuerte que más que «extraparlamentaria» fuese «ultraparlamentaria». De todos modos existe el riesgo de desperdiciar votos en perjuicio de la izquierda y a favor de los partidos de centro, como ocurrió en 1972.

A propósito de la superación del capitalismo, Berlinguer dijo: «No la entendemos como la total socialización de los medios de producción, la abolición de la propiedad privada. Creemos que no sólo en la construcción del socialismo, sino también en la sociedad socialista avanzada puedan útilmente actuar, juntas naluralmente a un sector público de la economía, empresas privadas en todos los campos». «En una sociedad socialista -reiteró Berlinguer-, punto primordial es que exista una planificación de la economía, una programación en el interés general que indique puntos de referencia en los que se inspiren empresas públicas y privadas».

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