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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Dionisio Ridruejo, en la historia de España

Reconstrucción de una peripecia humana y política

Cuando un hombre se va, la tentación primaria de sus amigos suele ser la de la biografía apologética, edulcorante y balsámica. Es infrecuente en nuestra literatura el homenaje superador de un cordial ramillete de necrologías. Por eso hay que saludar con efusión la radical seriedad con que un nutrido grupo de colaboradores, agrupados por Taurus, encaran ahora la reconstrucción biográfica de la peripecia humana y política de Ridruejo. En esas condiciones, la obra Dionisio Ridruejo, de la Falange a la oposición es el estudio de un itinerario, la reconstrucción de una vida, la investigación de cuarenta años de política española, la documentación de una crisis de conciencia y, en fin, la ocasión para que una serie de gentes, doloridas, reflexionen sobre la historia con temporánea de España y aporten a ella datos esclarecedores, puntos de vista silenciados, luz, bastante luz.He leído este libro, de tinta tan fresca, con prisa y sin reposo. Lo he hecho así por razones de urgencia periodística. Pero, ¿puede leerse de otro modo? ¿Puede, en un primer repaso, darse a este libro, sangrante, el tratamiento de las obras de serena y tranquila incitación? ¿Acaso fue serena nuestra reciente historia, o la vivió con paz Dionisio Ridruejo? Juan Benet, que abre el libro, intuye lo que se va a decantar al final de la lectura, y casi lo resume con una hermosa propuesta de epitafio: «No yace aquí la esperanza sino quien la despertó». Inmediatamente comienza la demostración: dos docenas de personas hablan, rigurosa y directamente, de lo que vieron y oyeron.

DIONISIO RIDRUEJO: DE LA FALANGE A LA OPOSICION

Varios autores.Madrid. Editorial Taurus. 1976

Así la obra se abre, lógicamente, con la exposición y análisis de la «etapa falangista», a cargo de Narciso Perales, Antonio Tovar, Gonzalo Torrente, Alberto Crespo y Ramón Serrano Súñer, quienes siguen a Ridruejo desde su aparición en Valladolid, en los comienzos de 1937, hasta su renuncia a todos los cargos, en 1942. (Revelación apasionante: la dicotomía entre la empresa política y la empresa militar). Manent, Velloso, Menchaca, Gorkin, Fernández Santos, Gullón y Cratchfield se encaran con la vinculación catalana de Dionisio y con sus extraterramientos: Roma, París, Munich, Austin. (El sereno resumen de Ridruejo: «Emigra, pero no te exilies»). La vida política es contada por García Lahiguera, Aranguren, Gil-Robles y Garagorri, desde el momento de la prefundación de «Unión Social-Demócrata española» hasta su muerte. (Dos sentimientos personales: «Yo no soy un político de vocación, sino de deber» y «A lo que se ve, este país está lleno de protestatarios, pero no de militantes»). Altares, Cela y Rosales, se ocupan del escritor, periodista y poeta. Laín repasa el largo padecer físico de Ridruejo. Y María Rubio y Fermín Solana cierran el libro con una sensacional revisión de «fechas y notas de entorno», que valen como documento autónomo, imprescindible para el conocimiento, bastante pormenorizado, de la actividad, honor y padecimiento de una parte considerable de la oposición al régimen franquista. El carácter razonado de esta cronología la hace, desde ahora mismo, instrumento vivo de consulta y, por supuesto, de polémica.

Con gran tino y delicadeza, el anónimo organizador del libro ha seleccionado, en la obra de Ridruejo, aquellos textos poéticos de mayor valor definitorio y ha abierto, cada capítulo, con aquel que, de alguna forma, es una confesión. Se ilumina así la intencionalidad subyacente en los biógrafos: presentar el impecable trasluz moral del político y trascender a un plano histórico su lucha de cada día. «Esperar, esperar, porque el recuerdo es todo».

Tremendo, patético, apasionado libro fascinador. Todos sus colaboradores se acercan a Ridruejo férvidamente, mas con un gran pudor. Hablan del hombre, del escritor, del poeta, del teórico, del analista, del político activo, pero lo que está latente en cada línea es la figura «incómoda» del moralista diamantino, que no cede en los terrenos de su inmaculada honestidad. La política, ¿ha de practicarse siempre con «las manos sucias»? No, por cierto. Ahí está Ridruejo. Grave cuestión. «Dionisio Ridruejo, de la Falange a la oposición» no es un libro fácil de instalar en una biblioteca. Después de leído, releído y vuelto a leer, ¿dónde se coloca? No entre las biografías. No con los libros de historia. No con los análisis políticos. Quizás, quizás habrá que buscarle una vecindad que lo comprenda. Personalmente, creo que lo colocaré, en fraternal convivencia, junto a otro libro de pasión, lucidez y dolor: la «España invertebrada»

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