Sinner no falla y confirma el maravilloso bucle con Alcaraz
El número uno resuelve ante Aliassime (6-1, 3-6, 6-3 y 6-4) y abordará al murciano una vez unido a Djokovic, Nadal y Federer, merced a su quinta gran final seguida


El tenis huracanado de Jannik Sinner también termina abriéndose paso ante Félix Auger-Aliassime, un joven al que en su día señalaban los especialistas por un potencial que se ha ido visto poco a poco truncado por una mentalidad excesivamente quebradiza. Le despacha el italiano, exigido éste pero fiel a lo que traduce desde hace tiempo en mera rutina, ganar, ganar y ganar, y ante el afán de James Blake por extenderse en la entrevista pospartido, el número uno la da por resuelta con la coletilla final de la respuesta: “Gracias por haber venido y el apoyo de hoy…”. Resuelto el trabajo (6-1, 3-6, 6-3 y 6-4, en 3h 22m) y confirmada una nueva cita con Carlos Alcaraz, el gobernador del circuito tiene prisa por marcharse.
No hay demora posible, la final (20.00, Movistar+) se juega desde ya. Prefiere no detenerse Sinner en las cifras ni en los logros, sino acelerar el proceso para regresar lo antes posible a Manhattan y empezar a reponer fuerzas y pergeñar el plan a seguir. Cada minuto cuenta. Él, competidor futurista, afronta el reto de sobreponerse al español otra vez, la segunda seguida, teniendo en cuenta que le rindió en la final de Wimbledon y que lo que suceda el domingo pesará sobremanera sobre el veredicto final del año: quien triunfe, se llevará el gato al agua. En juego el trono que él defiende desde julio de 2024 y, en su mano, la oportunidad de asestar un considerable golpe al curso de la rivalidad.
“Últimamente nos hemos enfrentado unas cuantas veces. Carlos me lleva al límite, pero al mismo tiempo nos retroalimentamos y creo que para el deporte este tipo de historia es fantástico. Soy alguien a quien le encantan estos retos, y me encanta ponerme en este tipo de situaciones y ver cómo salen las cosas. Así que ya veremos”, desliza, restando importancia a las molestias que le han conducido al vestuario tras perder el segundo parcial. “Sentí un pequeño pinzamiento al sacar, pero luego todo estaba bien. No hay nada de qué preocuparse”, tranquiliza. Auger-Aliassime ha ofrecido una digna resistencia, pero insuficiente para comprometerle en mayor grado. Victoria 300ª en la élite.

Suma y sigue Sinner, quien igual que Alcaraz, éste 22, pese a su corta edad ya va codeándose en términos históricos con los elegidos. A sus 24 años es el más joven que desembarca en las finales de los cuatro grandes en un mismo ejercicio y el cuarto de toda la historia, reunido ya con Rod Laver, Roger Federer y Novak Djokovic; además, se suma al suizo, al serbio y a Rafael Nadal como los únicos que consiguieron encadenar cinco finales en los majors en toda la Era Abierta (1968). No obstante, él no parece albergar mayor preocupación que el presente más inmediato, porque la suya, subraya, es una carrera de fondo que se deberá evaluar cuando termine la obra.
2008 y 2022
El fin último de Sinner no es de proporciones intermedias. Él busca la rotundidad. Es una Capilla Sixtina. De modo que una vez superadas las turbulencias, el positivo por clostebol que pudo torcer su destino y al final quedó reducido a un liviano castigo de tres meses, pisó con fuerza el acelerador y no mira hacia atrás. Conquistó Australia, después Wimbledon y ahora tratará de reeditar el éxito de hace un año en Nueva York, lo que terminaría con un carrusel que empezó hace 17 porque, desde 2008, cuando Federer engarzó el título por quinta vez consecutiva, no ha habido jugador que haya logrado revalidarlo. Entre él y su objetivo, un solo peldaño. Eso sí, escalón mayor.

Al fin y al cabo, se trata de Alcaraz. Cita el servicio y la continuidad como los dos rasgos más reseñables en la evolución del rival, y menciona también el saque, la volea y la resistencia físico como elementos diferenciales en el apuntalamiento de su competitividad. Sinner ha crecido sobre tierra y hierba, y en el contexto de la pista dura no admite hoy por hoy comparación por la linealidad. En los Grand Slams acumula 27 victorias sobre esta superficie e iguala así la cifra que registró Djokovic entre 2011 y 2012 —lejos todavía de las 40 de Federer entre 2005 y 2008—, y avista con ganas octubre y noviembre, franja más que productiva para él por su fiabilidad bajo techo.
En su trazado hacia el reencuentro del domingo, el de San Cándido se ha dejado tan solo dos sets: ante Denis Shapovalov y otro contra Auger-Aliassime. Y, lejos de insinuar señal alguna de flaqueza, ha reforzado la impresión de que él es el hombre a batir, sin olvidar que Alcaraz se anotó el envite de 2022 en esta misma pista, aunque entonces el español prevaleció después de haber salvado un punto de partido. No atinó Sinner, como tampoco consiguió rematar el trabajo hace tres meses en Roland Garros, donde dispuso de tres. De haberlo hecho, el desequilibrio a estas alturas sería importante, pero el transalpino no gira el cuello un solo instante. Simplemente apunta hacia adelante.
LA ESTADÍSTICA, CON EL ESPAÑOL
Si hasta hace no demasiado los Nadal-Djokovic eran el clásico por antonomasia, repetido más veces (60) que ningún otro en la historia del tenis, hoy día han recogido el testigo Sinner y Alcaraz, dos portentos que ya se han encontrado en quince ocasiones a partir de 2021.
De momento, la estadística respalda al murciano, con un balance global de nueve triunfos y cinco derrotas, a lo que se añade, paradójicamente, la superioridad reflejada en pista rápida; en el hábitat natural del italiano, domina por 6-2.
Desde la temporada anterior, 2024, Alcaraz se ha impuesto en seis de los siete careos entre ambos, con lo acontecido el pasado 13 de julio Wimbledon como única excepción.
Por otra parte, el programa de este sábado propone dos citas: la final femenina individual, entre Aryna Sabalenka y Amanda Anisimova (22.00, Movistar+), y la del dobles masculino, en la que Marcel Granollers, de la mano de Horacio Zeballos, busca su segundo grande tras haber ganado este año Roland Garros.
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