Alcaraz, cabeza y ritmo para tumbar a un mito: “Hay que llevar al límite a Djokovic”
Ferrero incide en el “factor físico” y en la “velocidad de crucero” del murciano para decantar la semifinal del viernes contra el de Belgrado, fatigado e imprevisible


El cemento de la pista de entrenamiento multiplica la sensación de calor y el cordaje de Carlos Alcaraz despide pelotazos sin parar. A un costado, la novia de su hermano Álvaro le observa durante la sesión y aprueba en tono de broma: “Lo haces bien, sigue así…”. A lo que el tenista, serio y a la vez juguetón, responde en la misma línea cuando se aproxima: “Sí, parece que tengo futuro…”. Instantes después interviene Juan Carlos Ferrero, que insta a su jugador a contemporizar menos en la devolución y a echarse encima de la pelota en el golpeo. “Entrenaremos un poquito el resto a ese segundo saque que [Djokovic] se juega muchísimas veces, sobre todo en la parte del deuce [el lado derecho del sacador] y a la T [la intersección de los dos cuadros] en el abierto, en la ventaja”, analizaba poco antes el técnico.
Sentado sobre una silla metálica de una terraza anexa a la Arthur Ashe, Juan Carlos Ferrero departe con los periodistas sobre lo que se avecina, que es mucho y complicado. Ni más ni menos que Novak Djokovic y toda el aura que rodea al mito, el tenista masculino más laureado de todos los tiempos. El serbio estará enfrente en las semifinales de este viernes y, pese a sus 38 años y los apuros que tuvo para sortear al estadounidense Taylor Fritz en los cuartos de final, obliga siempre a un extra de intensidad, perfección y concentración. Contra él, los partidos empiezan a jugarse en el instante en el que se conoce el cruce. Hay 48 horas de por medio, lo cual significa demasiado margen para darle vueltas a la cabeza.
“Con todo el máximo respeto hacia los rivales, Novak es Novak, es quien es. El mejor de la historia. Así que debemos fijarnos en nosotros mismos. Carlos está jugando un tenis espectacular y con mucha confianza, pero no me atrevería a decir que Carlos es el favorito”, introduce el preparador, sin olvidar lo que sucedió ocho meses atrás, en Australia, cuando el balcánico consiguió voltear el duelo de cuartos adentrándose en la cabeza del murciano. “No se trata de venganza, sino de que tenemos muchas ganas de jugar contra él. Aquello fue doloroso; después de cómo se presentó el partido, después de ganar ese primer set, luego parecía que la lesión iba a ser importante... Y al final él acabó jugando especialmente bien”.

Lógicamente, Ferrero recela sobremanera de un tenista que tiene mil vidas. Djokovic, ley de vida, va a apagándose, pero aun así mantiene intacto el instinto. En esto de competir, ninguno como él. “Aquí las condiciones van a ser diferentes”, matiza el valenciano. “Allí era de noche y eso hacía que al pegarle no se le fuera ninguna. Creo que vamos a jugar a las tres [hora local, 21.00 en España] y esas condiciones nos irían bastante mejor. Pero bueno, creo que no hay que obsesionarse con Novak”, incide, dejando entrever a continuación el propósito de su tenista. Visto lo visto, Djokovic ya sufre en la distancia larga, de modo que se trata de imprimirle ritmo a la bola y erosionarle.
Solidez mental
Tras caer en Roland Garros y Wimbledon, ante Jannik Sinner, el de Belgrado admitió que el recorrido previo a este tipo de cruces tiene un elevado peaje en su físico y que aterrizó en la doble cita con la aguja del depósito menguando. Así que el objetivo es claro, remarca Ferrero a la pregunta formulada por EL PAÍS: “Carlos tiene que llevar al límite a Novak, hasta que físicamente vaya notando que el partido se le hace muy duro, muy cuesta arriba. Eso es lo que vamos buscando”. En todo caso, a Djokovic le sobran mecanismos y herramientas para revertir escenarios prácticamente inverosímiles. De tantas y tantas ha escapado. Por eso, el ritmo de la bola intermedia será trascendental.
“Novak ha estado jugando estos días muy aguerrido de fondo en la pista, luchando mucho, fallando poco. Pero bueno, confiamos en la velocidad de crucero de Carlos, que es muy alta, para ir generando espacios y que poco a poco el físico de Novak vaya fallando. Porque estos partidos al mejor de cinco sets hay que programarlos a larga duración, así que a partir de las tres horas uno va notando el cansancio y, en ese sentido, yo creo que Carlos debería tener un pelín de ventaja por la juventud”, prorroga el valenciano, quien ve “mejor que nunca” a Alcaraz en términos de concentración, “a nivel de solidez mental”, aunque “todavía está en proceso de madurar y mejorar”.

Efectivamente, el de El Palmar (22 años) no ha acusado ningún bache en los cinco partidos que ha disputado y ha ido ofreciendo “destellos” de su progresión, sin despistes ni relajaciones y controlando los encuentros de inicio a fin. Del mismo modo, sus prestaciones con el servicio han sido también elevadas, porque, matiza Ferrero, “hemos conseguido que el brazo y la mano vayan más sueltos”. En concreto, Alcaraz ha firmado un promedio de 6 aces; un 64% de efectividad con los primeros; ha retenido un 84% de éstos y un 68% de segundos; y se ha hecho con 68 de los 69 juegos en los que él servía, habiendo desbaratado además siete de los ocho puntos de rotura que ha concedido.
En cualquier caso, Djokovic es capaz de descifrar todo tipo de situaciones, de modo que frente al asfixiante ritmo que pueda proponer el murciano, Ferrero (45) sospecha que el serbio tal vez busque ser “más agresivo, acortar los puntos y subir más a la red”, el “no llevar el partido tanto a lo físico”. Por eso, previene, su jugador debe ser flexible y manejar variables; esto es, debe estar preparado para cualquier giro de guion, técnico, estratégico y emocional, teniendo muy en cuenta lo sucedido en Melbourne, donde Nole parecía tocado y resucitó. “Como siempre le digo a Carlos, debe tener plan A, plan B y plan C”, remata el técnico; “porque con Djokovic, nunca hay que confiarse”.
LOS BROTES VERDES DE AUGER-ALIASSIME
Señalado en su día, dada su proyección, Felix Auger-Aliassime va recuperando el brillo perdido durante las dos últimas temporadas, en las que desapareció de la primera fila y no dejó huella alguna de su potencial. Este curso, sin embargo, parece haber recuperado el buen rumbo y se resitúa en Nueva York.
El canadiense, de 25 años, batió este miércoles al australiano Alex de Miñaur (4-6, 7-6(7), 7-5 y 7-6(4), tras 4h 10m) y se clasificó para las semifinales del torneo, la misma escala que alcanzó en 2021. Su límite en un grande. A partir de ahí, declive y pérdida de confianza para él, reverdecido este año en el que está remontando el vuelo.
De momento, la buena marcha de estos días le aupará como mínimo del 27º al 13º puesto del listado mundial y respalda las buenas sensaciones recopiladas en los meses previos, en los que conquistó dos trofeos, en Brisbane y Montpellier, y jugó también la final de Dubái, donde fue superado por Stefanos Tsitsipas. En total, el norteamericano suma siete semifinales.
Auger-Aliassime se enfrentará el viernes al vencedor del duelo entre los italianos Jannik Sinner y Lorenzo Musetti, que en las próximas horas cerrarán la jornada en la pista central.
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