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Novak Djokovic
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Carlos Alcaraz
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Bandera blanca de Djokovic, final para Alcaraz

El serbio se inclina ante el murciano, citado el domingo con Sinner, en un episodio grisáceo y emotivo que entierra definitivamente la época de oro: 6-4, 7-6(4) y 6-2

Djokovic y Alcaraz se saludan en la red tras el partido, este viernes en la Arthur Ashe de Nueva York.
Alejandro Ciriza

Se inclina Novak Djokovic, 38 años, y la grada de Nueva York coincide en el análisis, tan inevitable como evidente. Atrás queda lo vivido, que nos quiten lo bailao: la época de oro ha llegado a su fin. Un poco de Carlos Alcaraz es suficiente para abatir (6-4, 7-6(4) y 6-2, en 2h 24m) al mejor tenista de todos los tiempos, quien asiente, reconoce, felicita y aplaude con elegancia al rival y, durante los 32 minutos que ha durado el tercer set, sin miga, ya entregado, cavila sobre la marcha, dándole más y más vueltas: el viaje aún no ha terminado, así lo dice, pero los hechos son reveladores. “Son demasiado buenos”. La compasión del español en la red supone un mensaje y culmina un duelo grisáceo esta vez. Era una semifinal, olía más a homenaje.

¿Tal vez una despedida? ¿Cuánto tiempo resistirá Djokovic así? Él, orgullo herido, ahora encajador frente a los más fuertes, nunca quiso ser un segundón, de modo que cabe preguntarse hasta cuánto aguantará esa mente acorazada, si este último fascículo puede tal vez abrir alguna grieta en ese ánimo resiliente. Ya se verá. Hay un romanticismo admirable en esa obstinación por seguir, pero los hechos hablan. Sentencian: en el tercer acto del partido, el balcánico ha levantado la bandera blanca. Eso significa que Alcaraz aterriza por segunda vez en la final —el domingo ante Jannik Sinner, 6-1, 3-6, 6-3 y 6-4 a Félix Auger-Aliassime, en 3h 21m—, la séptima en un grande, la octava en los ocho últimos torneos. Ni un set se ha dejado el de El Palmar, solo dos veces ha cedido el saque estas dos semanas.

“Me he sentido muy bien otra vez. Una final aquí significa muchísimo para mí. No ha sido el mejor nivel del torneo, pero he sacado muy bien y he estado ahí hasta el final. He jugado un partido muy físico. Estoy muy contento de poder jugar mi segunda final aquí, en Nueva York”, expresa a pregunta de James Blake, quizá poco afinado éste. Se interesa el exjugador por el saque y el golf, y omite la cuestión de fondo, el cómo a Nole no le ha quedado otra que rendirse a la evidencia en la recta final y, por tanto, contravenir involuntariamente con el gesto lo que decía tres días antes. Así es, no arroja la toalla. Peleará. Pero no pudo con Sinner ni tampoco ahora con Alcaraz. Titánico lo suyo.

Djokovic intenta un revés acrobático.

Más allá de filias y fobias, ver pelotear a Djokovic en estos tiempos suscita un sentimiento invasor de nostalgia. En esta pista se le ha enaltecido y se le ha silbado, se le ha querido y se le ha rechazado, pero entre los presentes predomina la sensación interior de que algo se va, de que se agota, de que se acaba. El maldito reloj. Con todo puede, a todos exige cuentas. Sin excepción. Federer primero, Nadal después. Y ahora también a él, ese competidor infinito que hace lo imposible por estirar el asunto y que hoy sufre malamente porque, quién lo hubiera imaginado, le cuesta rebatir. Arrastra una paliza de aúpa y le pesan las piernas; tres juegos solo y ya lidia con el agarrotamiento del trapecio.

60 errores, 30 por barba

Acepta las nuevas reglas, esta realidad en la que atrás queda el ganador incontenible y asoma al otro lado de la red un tenista quijostesco. El serbio es plenamente consciente de que probablemente termine chocando contra el molino, pero aun así prefiere intentarlo. Por si las moscas, no vaya a ser que algún día se alineen los astros. Esto es tenis. Y ahí que sigue remando contra el mundo, con sus achaques y su limitación actual, pero todavía resistiendo desde ese paraíso que ha sido siempre para él la trinchera, lugar feliz. La sincronía entre cuerpo y mente se ha deteriorado, pero le queda el instinto. La clase. Jamás hará ascos a eso de sobrevivir, tarea que ahora le ocupa día tras día.

Ahora bien, se multiplican los fallos y el duelo es pastoso, como el día. Muy plomizo el juego, salpicado de las lógicas pinceladas. Calor y humedad, mucha celebridad y mucho refrigerio; circulan los honey juice (vodka, licor de frambuesa y limón) y Djokovic entra con mal pie, cediendo de entrada el servicio y padeciendo en todos y cada uno de los intercambios. Parece que no llega a apretar del todo Alcaraz, al que le basta con no destensarse del todo para ir sacando adelante lo suyo; sin embargo, la atmósfera es extraña, hay mar de fondo y la corriente termina atrapando al murciano, quien una vez asegurado el primer set continúa cometiendo errores inexistentes en los días previos.

Alcaraz, en una devolución.

Cierra Alcaraz el primer parcial con 13, y aún queda la recta final del segundo y ya acumula 26. Y eso que esta vez la incomodidad no parece responder tanto a la maniobra del rival como al dejarse llevar por la inercia. Lo emocional está pesando mucho. Su tenis se ha ensuciado. No está fino en las dejadas. Se vale del servicio. “¡No-le! ¡No-le! ¡No-le!”. La Arthur Ashe arropa al mito, que se rebela a ese ritmo cachazudo y eleva la temperatura ambiental: aquí hay que colaborar, viene a decir. El lenguaje del partido es abreviado, trabado, peloteos más bien cortos; falta pimienta hasta que tira un pasante de revés, marca de la casa, y se impone luego en un debate de 27 tiros. Destellos contados.

Se enciende pasajeramente la central, pero en el territorio de la imprecisión prevalece la marcha extra del español, al que le basta con afinar un poco para resituarse: del 0-3 en el segundo al 3-3, beneficiado al final por el colapso del serbio con el saque en el desempate. Entre los dos acumulan ya 50 fallos no forzados, serán 60 al cierre. Es mera cuestión de tiempo que lo de hoy se acabe, encaminado en una sola dirección; no se confía ni se espera ningún punto de giro. Agacha Djokovic la cabeza. Otro crudo baño de realismo. Es el escenario sobre el que guerrea ahora una leyenda a la queda por decidir el cómo y el cuándo. Si no le alcanza hoy, difícilmente lo hará mañana.

Novak Djokovic
vs
Carlos Alcaraz
Sets:
Porcentaje 1er servicio
dentro/totales 21/34 61%
dentro/totales 18/29 62%
Puntos ganados con primer servicio
dentro/totales 13/21 61%
dentro/totales 14/18 77%
Puntos ganados con segundo servicio
dentro/totales 6/13 46%
dentro/totales 6/11 54%
Puntos ganados al resto
dentro/totales 9/29 31%
dentro/totales 15/34 44%
Puntos de break convertidos
dentro/totales 0/0 0%
dentro/totales 1/3 33%
Puntos ganados en la red
dentro/totales 0/0 0%
dentro/totales 0/0 0%
Aces
2
1
Dobles faltas
1
1
Golpes ganadores
5
6
Errores no forzados
21
15
Porcentaje 1er servicio
dentro/totales 23/31 74%
dentro/totales 24/36 66%
Puntos ganados con primer servicio
dentro/totales 18/23 78%
dentro/totales 16/24 66%
Puntos ganados con segundo servicio
dentro/totales 3/8 37%
dentro/totales 6/12 50%
Puntos ganados al resto
dentro/totales 14/36 38%
dentro/totales 10/31 32%
Puntos de break convertidos
dentro/totales 1/1 100%
dentro/totales 1/1 100%
Puntos ganados en la red
dentro/totales 0/0 0%
dentro/totales 0/0 0%
Aces
0
1
Dobles faltas
1
0
Golpes ganadores
6
9
Errores no forzados
17
23
Porcentaje 1er servicio
dentro/totales 15/21 71%
dentro/totales 7/10 70%
Puntos ganados con primer servicio
dentro/totales 9/15 60%
dentro/totales 6/7 85%
Puntos ganados con segundo servicio
dentro/totales 1/6 16%
dentro/totales 1/3 33%
Puntos ganados al resto
dentro/totales 3/10 30%
dentro/totales 11/21 52%
Puntos de break convertidos
dentro/totales 0/0 0%
dentro/totales 2/3 66%
Puntos ganados en la red
dentro/totales 0/0 0%
dentro/totales 0/0 0%
Aces
2
2
Dobles faltas
3
1
Golpes ganadores
2
6
Errores no forzados
12
8
Porcentaje 1er servicio
dentro/totales 59/86 68%
dentro/totales 49/75 65%
Puntos ganados con primer servicio
dentro/totales 40/59 67%
dentro/totales 36/49 73%
Puntos ganados con segundo servicio
dentro/totales 10/27 37%
dentro/totales 13/26 50%
Puntos ganados al resto
dentro/totales 26/75 34%
dentro/totales 36/86 41%
Puntos de break convertidos
dentro/totales 1/1 100%
dentro/totales 4/7 57%
Puntos ganados en la red
dentro/totales 0/0 0%
dentro/totales 0/0 0%
Aces
4
4
Dobles faltas
5
2
Golpes ganadores
13
21
Errores no forzados
50
46

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
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