La derecha de Alcaraz vuelve a escupir fuego
El murciano recupera una versión más afilada gracias al desborde con su tiro maestro: el ‘drive’. Promedia 44,4 golpes definitivos, solo por detrás de Fritz
En la enorme terraza de Wimbledon destinada a las grabaciones de televisión, Juan Carlos Ferrero, siempre cauto, previene: “Carlos [Alcaraz] tiene un nivel natural muy, muy alto. Y, realmente, en partidos a cinco sets, la gente tiene que jugar a un nivel muy alto y ser muy, muy buenos para ganarle si él está a un nivel normal. Eso da confianza en que va a conseguir buenos resultados, pero aquí no hay nada automático. Podemos ver el gran ejemplo de Marc Márquez, lo que le pasó; que venía ganándolo todo, después tuvo una lesión y ahora lleva más de mil días sin ganar... Está luchando por volver, un tío que es un fuera de serie absoluto. Quiero decir que, problemas, puede haber, no hay que confiarse y debemos seguir trabajando”.
El técnico, de 44 años, analiza la buena marcha del tenista hasta ahora en el torneo. Cuenta que el día previo, cuando Alcaraz firmó su sexta final en un grande, las mismas que él logró a lo largo de toda su carrera, le invitó a adelantarle. “Me dijo: ‘te he empatado, te tengo ahí’. Y yo le dije: ‘pásame, tú pásame’. Es increíble. La gente ya se ha acostumbrado a que él esté ahí arriba. E incluso se le da algo menos de valor a lo que está haciendo. Es algo fuera de este mundo y que hay que valorar y admirar, por supuesto”, apunta, precisando al mismo tiempo que el jugador “está llegando al 100% de su rendimiento en muchas fases de los partidos” y que con “esas pequeñas desconexiones que a veces tiene, a veces baja al 60 o 70%”.
En cualquier caso, al preparador no se le ve preocupado. En absoluto. No baja la guardia Ferrero, pero aprecia la evolución del murciano a lo largo de estos días y extrae un diagnóstico muy positivo. Entre otras cosas, que Alcaraz parece haber aprendido a sacar adelante los partidos sin necesariamente haber jugado del todo bien. “Esto es algo automático. Creo que hay que aprender mucho de los partidos, sobre todo de los que se pierden, porque hieren un poquito más”, contesta. “Y él, pese a tener solo 21 años, escucha e intenta aprender; al salir de la pista me comenta las sensaciones que ha tenido, el porqué, el cuándo y el cómo. Y creo que estos días ha ido de menos a más, y que ahora se encuentra tocando la pelota muy bien”.
Sin duda, fluye la derecha de Alcaraz, un talento que reúne tantas facultades que, a la hora de seleccionar una virtud, no se hace fácil. A pesar de su juventud, posee un revés maduro y un saque notable que, además, admite un generoso margen de perfección; volea de cine, tiene mano y en términos de movilidad, es un cohete. No obstante, el metrónomo de su juego ha sido desde niño la derecha que estos días carbura a toda máquina y despide fuego. Así lo confirma la estadística. El de El Palmar es el competidor que más golpes ganadores ha producido con el drive por detrás de Taylor Fritz, con el matiz de que el norteamericano es un sacador de raza y los saques directos también forman parte de este apartado. En concreto, Alcaraz no ha bajado de los 30 winners en dirección al duelo de mañana con el ruso Daniil Medvedev. Firmó 44 ante Mark Lajal, 42 contra Aleksandar Vukic, 55 frente a Frances Tiafoe, 45 encajó Ugo Humbert y 36 le endosó a Tommy Paul en la última intervención.
En total, el español ha descerrajado 222 tiros definitivos —promedio de 44,4— y aventaja a Jannik Sinner (203), Umbert (192), Fabio Fognini (188), Alexander Zverev (187), Medvedev (182), Alexei Popyrin (178) y Novak Djokovic (140). Únicamente Fritz —apeado por Lorenzo Musetti (3-6, 7-6(5), 6-2, 3-6 y 6-1), citado el italiano con el serbio— supera el registro, con 251. ¿Qué quiere decir esto? “Que las sensaciones están siendo muy buenas”, indica Ferrero, aferrado a esa ráfaga de furia que firmó Alcaraz tras ceder el primer set contra Paul. “Desde ahí, desde el 2-0, creo que dio un recital de tenis y de tocar bien la pelota”, agrega el entrenador valenciano, feliz de que su tenista haya recuperado una herramienta fundamental, mermada durante la primavera —lesión en el antebrazo— y reactivada a partir del paso por París. Allí reaccionó, pero ahora desborda de verdad.
“Bueno, voy a decir que la mayor parte de los partidos sí que dependen de mí, y eso es bastante bueno. Si yo encuentro mi juego, la manera de dominar el partido, la verdad que tanto para bien como para mal van a depender de mí”, concede el murciano, sabedor de que hoy día no hay jugador en el circuito que posea un impacto de pelota tan bestial. “Los que están arriba del todo siempre tienen posibilidades, pero, obviamente, si él [Alcaraz] está al 100%, hay tres o cuatro, no muchos más, que puedan evitar que eso sea así”, remata Ferrero.
LA BATALLA PERDIDA DEL TELÉFONO MÓVIL
Dice Ferrero en la charla que “la mente también se entrena”, y que él y el resto de los componentes del equipo están intentando dar con algunas soluciones para que los desvíos de Alcaraz durante los partidos vayan minimizándose.
El tenista, como centennial de hoy que es (2003), vive pegado al móvil y rara vez lo suelta, aunque respeta el protocolo de los entrenamientos; algo que, por raro que parezca, muchos y muchas profesionales no lo hacen. Es relativamente común ver a jugadores consultándolo en plena sesión.
“Eso me lo guardo, paso palabra…”, contesta el preparador, que acto seguido explica: “Yo creo que los chicos de hoy en día no se generan ningún vacío mental a lo largo del día. Están absolutamente todo el tiempo mirando la pantalla y eso hace que no piensen prácticamente en nada en todo el día. Eso es complicado de llevar”.
“Es duro de decirlo”, prosigue, “pero yo es lo que veo en los júniors, pero también en los que son más mayores. Está todo el mundo con el teléfono hoy día y bueno, ojalá eso no vaya a más, porque si no al final pareceremos zombis…”.
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