Rossi, 19º en los tests de Qatar: “No estamos para ganar”

Hubo una tarde de verano, en agosto del 2018, en que el hospitality de Yamaha en el circuito austriaco de Spielberg asistió a una escena de dignidad a la japonesa, la escenificación de una suerte de harakiri. El máximo responsable del desarrollo técnico de la M1 en MotoGP, Kouiji Tsuya, se ponía de rodillas (metafóricamente) y pedía disculpas a sus pilotos ante la prensa internacional, congregada a aquella hora para escuchar lo que tuviera que explicar Valentino Rossi sobre una sesión de clasificación que fue tremendamente mal. En su lugar, apareció Tsuya. “Tenemos que pedir disculpas a nuestros pilotos por el rendimiento de nuestra moto en aceleración”, dijo el ingeniero japonés aquel día, estupefacto Rossi ante la irrupción del directivo, sorprendidos los periodistas tanto por el arranque de sinceridad como por la escasez de respuestas.

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Tsuya ya no tiene que fustigarse más. Hoy ya no es su responsabilidad el rendimiento de la Yamaha, que el año pasado logró culminar con un magnífico (y aislado) triunfo de Maverick Viñales en Australia, cuando el campeonato ya agonizaba, con la peor racha sin victorias de su historia: 25 carreras sin ganar. Más tarde que pronto, la fábrica japonesa decidió abordar la crisis a lo bruto. Y cesó a Tsuya de sus funciones en cuanto terminó el curso. Sin embargo, su sustituto, Takahiro Sumi, aún no ha terminado de dar con la tecla. “Desgraciadamente, somos un poco lentos. Perdemos más de 10 kilómetros en la recta en comparación con Honda y Ducati”, decía Rossi tras un mal día. “Todavía no hemos encontrado nada en electrónica para mejorar la aceleración”, concluía también este domingo Maverick Viñales, al término de una larga jornada de entrenamientos en el circuito de Losail (Qatar), el mismo que verá iniciarse la temporada 2019 en tan solo dos semanas.

El derroche de franqueza de Viñales contrastaba con su segunda posición en la tabla de tiempos –un día antes había concluido los tests en el primer lugar–, también con la enorme sonrisa que le inundaba el rostro. Se decía “contento” y aseguraba haber dado un paso adelante en la configuración de los reglajes de la moto –“Pasitos, pero pequeños”, matizaba– y en la puesta a punto de la misma, en mente como tienen todos ya la primera carrera del año, el 10 de marzo en Qatar. A pesar de todo, seguía enumerando muchos peros: “Perdemos en velocidad punta y en aceleración, es nuestro punto débil”, concedía. Y añadía que esperaba mejorar esos aspectos este lunes, último día para las pruebas antes de que la competición arranque de veras. Tenía Viñales, sin embargo, motivos para sonreír: “Hemos conseguido ponernos delante, especialmente en unas condiciones en que la pista no me ofrece mucho agarre, eso es bueno”.

El piloto catalán se colocó al frente de la tabla (posteriormente sería superado por Rins, comodísimo con su Suzuki, 57 milésimas más rápido) a dos horas de que se cerrara la pista y en una jornada en la que empezaron mandando las Ducati de Petrucci y Dovizioso, como el día anterior y aparentemente con mejor ritmo de carrera. Viñales sabe que le queda trabajo por hacer si aspira a volver a ganar: “La moto es la mejor de los dos últimos años, pero los demás han mejorado mucho también. Esperaba encontrar algo más esta pretemporada. Nos falta un poco para estar con nuestros contrincantes”.

Rossi no fue, de lejos, tan optimista como su compañero de equipo. No en vano, terminó el día en la 19ª posición, a más de un segundo de Rins. “No estamos para ganar. Espero que sea yo el que está equivocado y Maverick el que tenga razón cuando dice que esta es la mejor Yamaha en años”, apuntó. El italiano, que acaba de cumplir 40 años, pero sigue empeñado en ganar carreras, explicó que trabajó, sin ningún éxito, en mejorar el agarre trasero de su M1: “Hemos probado bastante material para ver si mejorábamos, pero no lo hemos hecho. La base la tenemos, pero al final, estoy demasiado atrás y cuando está tan atrás siempre es preocupante”, añadió.

Nadie pensó que fuera sencillo cortar de cuajo con dos años plagados de malos resultados, en los que los problemas en aceleración han sido recurrentes, como también lo ha sido el entendimiento de la Yamaha con los neumáticos Michelin. La llegada de Takahiro Sumi como nuevo responsable técnico es el primer paso. Tiene una manera distinta de trabajar. Y el mismo reto: evolucionar la moto merced a una mejora en la electrónica, aspecto en el que la casa de los diapasones se ha visto superada por todos sus rivales desde que se impuso la utilización de un software único e igual para todos.