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Mario Hermoso, piedra filosofal del Espanyol de Rubi

Con el central madrileño lesionado, el Espanyol perdió un 20% más de partidos

Juan I. Irigoyen
Mario Hermoso, en el partido de Copa ante el Betis.
Mario Hermoso, en el partido de Copa ante el Betis.Sergio Ruiz (PRESSINPHOTO/GTRES)

El pasado julio, antes del inicio de temporada, uno de los responsables del área técnica del Espanyol quiso tener una reunión personal con Mario Hermoso, uno de los futbolistas con más condiciones de la plantilla de Rubi, arrinconado por el exentrenador blanquiazul, Sánchez Flores. “Quiero jugar y crecer. Mi objetivo es mejorar como persona y futbolista porque yo quiero jugar en la selección española”, le aseguró Hermoso. La actitud del central madrileño sorprendió al cuerpo técnico del Espanyol. Su pasado no era el más alentador, su debut en Primera había ido de más a menos, después de pasar por el Castilla y el Valladolid. Hermoso, sin embargo, tenía razón. En noviembre, cuatro meses después de aquella conversación, Luis Enrique lo llevó a la selección.

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“Mario, a veces, puede parecer un tipo agrandado. Nunca sabes si eso es bueno o malo. Es necesario tener confianza en ti mismo, mira el caso de Sergio Ramos”, apuntaban desde el Madrid, cuando Hermoso se marchó al Espanyol. La teoría que tenían en Valdebebas sobre la personalidad de Hermoso la comparten en la Ciudad Deportiva. Sin embargo, matizan. “Cuando llegas a conocer a Mario te das cuenta de que es un chico muy sensible. Además, tiene una característica muy importante, fundamental cuando quieres crecer: escucha”, explican desde Sant Adrià. Y el técnico Rubi lo captó al vuelo. Tras la primera conversación con el central, al entrenador se le disiparon todas las dudas, Hermoso sería su central junto a David López.

“La temporada ya nos habíamos dado cuenta de que era un chico con muchas cualidades. Tenía que pulir algunas cosas como aspectos tácticos, pero no le faltaba ni talento ni personalidad”, señala David López. El problema para Rubi fue que primero perdió a Hermoso, ahora al catalán, los dos por lesión. Con Hermoso, en la enfermería —estuvo desde el 7 de diciembre hasta el 18 de enero de baja— al técnico blanquiazul se le trastocaron los planes. “Cuando se te juntan varios lesionados en una misma posición, que además estaban dando un muy buen rendimiento, es difícil que el invento no se caiga un poquito”, explica Rubi.

Sin Hermoso, piedra filosofal de Rubi, el Espanyol disputó cinco partidos. La media de goles encajados por el cuadro blanquiazul pasó de 1,3 a 2,2. Y el porcentaje de victorias era de un 40% con el madrileño, del 20% cuando no estaba. “A veces, es necesario pasarlo mal un poco. Mario aprendió de todo lo que le pasó en el Castilla, en el Valladolid y el año pasado en el Espanyol. El juego de Rubi lo ha beneficiado, pero hay un mérito enorme por parte suya. Es listo, ha sabido aprender. Se ha transformado”, explican desde la dirección técnica.

Una transformación que lo llevó a La Roja y lo ha vuelto a poner en la órbita del Madrid —tiene una opción de compra de 7,5 millones—. Hermoso mide su momento este domingo ante el Madrid.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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