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El mérito de México en el Mundial femenino sub 17

El equipo de México lanza un llamado a su Federación para fortalecer el fútbol femenino en su país tras caer frente a España

Diego Mancera
El equipo mexicano, antes de jugar la final.
El equipo mexicano, antes de jugar la final.M. Campodonico (AP)

Una de las frases trilladas en el deporte reza: "nadie se acuerda de los segundos lugares". En México, por este ocasión, esto no tiene ningún sentido. Sus futbolistas menores de 17 años alcanzaron, por primera vez en toda la historia del fútbol femenino de su país, una final. Un logro sin corona que enaltece a una generación de chicas que lanzan otro llamado para que recibir el impulso de los dirigentes de su país. A partir de este subcampeonato inicia un nuevo punto de partida.

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La selección mexicana cayó en la disputa del título mundial frente a España (2-1). Las españolas, con su preciso toque de balón, sacaron el mayor ímpetu de las mexicanas que, aun con con sus propios límites técnicos, agriaron la noche para las españolas con la perseverancia de Natalia Mauleón, Nicole Pérez y de la intrépida Aylin Aviléz. Desde las oficinas de la Federación Mexicana de Fútbol pronosticaban terminar, en el mejor de los casos, entre los primeros cuatro lugares. Estas chicas sorprendieron a las aguerridas ghanesas y a las canadienses.

El segundo lugar del mundo es también el inicio de una prolífica trayectoria como entrenadora por parte de Mónica Vergara, una exfutbolista que sabe muy bien el camino de su país para aterrizar en el fútbol femenino.

La Liga, que nació hace más de un año, ha sido una de las decisiones más acertadas de la Federación Mexicana de Fútbol. Y ese torneo doméstico se convirtió en el mejor lugar para seleccionar a sus jugadoras ya con carrete en su país.  Las futbolistas han aprovechado su propio torneo para crecer. Un esfuerzo al que le queda un gran trecho. Ha significado una sacudida para las oficinas de los federativos que aún miran con recelo la división de las mujeres. Poco a poco, el fútbol femenino en México ha dado golpes a la mesa para mostrar su potencial. El mayor revés a superar será la eliminación del Mundial absoluto femenino del próximo año, donde el plantel mexicano pereció en la primera fase.

Algo sucede con los mexicanos a los 17 años. Es la franja de edad en la que no hay un tope, donde se entierran los complejos de los mayores no existen. Es la edad de oro para jugar al fútbol en México. La división masculina, en 2005 y 2011, conquistaron la Copa del Mundo de esa categoría. Sin embargo, esas dos generaciones han quedado en la deriva sin llevar a su país a romper el listón de sus límites. El Tri femenino, con un subcampeonato más dulce que amargo, tiene frente a sí el desafío de superar el ciclo de incertidumbre de las divisiones juveniles mexicanas.

Ellas, sin bonos exuberantes, con escasos contratos de patrocinio y con una escueta exposición mediática, han anotado un gol al ángulo. A esta generación le falta mucho por contar.

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Sobre la firma

Diego Mancera
Es coordinador de las portadas web de la edición América en EL PAÍS. También se encarga de informar de historias deportivas de México. Empezó a trabajar en la edición mexicana desde 2016. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación y Periodismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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