La juez vio irregularidades en el caso de Abidal
La fiscalía estudia pedir la reapertura de la investigación de la donación de un hígado al exjugador del Barça
La titular del juzgado de instrucción 28 de Barcelona vio posibles “irregularidades administrativas” en el trasplante de un hígado al exjugador y actual secretario técnico del Barça, Éric Abidal, que se llevó a cabo en el hospital Clínic de Barcelona en 2012. La juez pidió al centro todo el expediente de la operación, después de que en unas escuchas intervenidas al expresidente del Barça Sandro Rosell, un empleado del club afirmase que el hígado se había comprado ilegalmente a una persona que habían hecho pasar por primo del jugador. En el expediente remitido a la juez “faltaba alguna información importante”, según fuentes de la fiscalía.
Como única prueba del parentesco, el hospital envió una “manifestación” de la mujer de Abidal conforme este era primo de Gerard Armand, el donante. Tras insistir, el centro remitió posteriormente un fax con las partidas de nacimiento de Abidal y de Gerard y comprobó que los apellidos de las madres coincidían. Además, la juez constató que en el registro civil existía una tarjeta de identidad francesa a nombre del primo, según esas mismas fuentes. La juez del 28 también comprobó que Gerard es nacido en Martinica, un territorio de ultramar de Francia.
Paralelamente, pidió a un tribunal de Lyon que tomase declaración al donante y que un forense le examinase para comprobar si tenía “marcas o cicatrices” compatibles con una operación de extracción de hígado. La justicia francesa se negó, alegando que en el país galo el donante lucrativo no está penado. Al recibir la respuesta, la juez decidió archivar el asunto el pasado mes de abril por falta de indicios de delito. Consideró que las posibles irregularidades detectadas en el Clínic, que inicialmente ni siquiera envió la fecha en la que tuvo lugar la operación, no eran un delito.
El Clínic, según admite el centro, tampoco tenía una fotocopia del pasaporte del donante de hígado. Un portavoz alega que el juez que dio el visto bueno al trasplante de Abidal, un trámite último indispensable en el caso de los donantes vivos y que en 2012 seguía dependiendo del titular del registro civil de la ciudad, vio el pasaporte que acredita la identidad de Gerard, y anotó el número a mano en un documento, que posteriormente selló, y que es el que consta en el informe. El Clínic insistió en que “todos los trámites y documentos están completos y verificados” y que el proceso que siguieron es idéntico al resto de trasplantes.
Ahora, la fiscalía estudia pedir la reapertura de la investigación de la donación a Abidal, aunque todavía no ha tomado la decisión definitiva. Fuentes del ministerio público insisten en que la fiscalía no se sumó al archivo de la causa, tal y como informó el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), sino que se limitó a dar el “visto” al archivo decretado por la juez, para que el tiempo de la instrucción no siga corriendo. La juez no ordenó más pruebas, como podría haber sido la toma de declaración a Rosell, a Abidal, o al equipo médico del Clínic.
Abidal publicó ayer una fotografía en una habitación de hospital de él con Gerard, durante el postoperatorio de la intervención. “Con la publicación de esta imagen quiero pedir respeto hacia mi primo Gerard y defender su honorabilidad. Denuncio públicamente la actitud de algunos medios que siguen poniendo en duda la legalidad de una intervención que me salvó la vida. ¡Basta ya!”, tuiteó el exjugador.
La consejera de Salud de la Generalitat, Alba Vergès, también insistió en una entrevista en TV3 en que el protocolo sanitario se cumplió a rajatabla. “Todos los pasos están bien, y está bien documentado. Creo que en el ámbito sanitario todo se ha hecho bien”, indicó. A pesar de eso, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) mantiene abierta una investigación junto con el Departamento de Salud y el hospital Clínic para esclarecer las sospechas sobre esta donación.
En Cataluña se han autorizado 42 trasplantes en lo que va de año
La magistrada Eva Atarés es la persona encargada de supervisar el último paso en todos los trasplantes que se llevan a cabo en Cataluña. ”Este año he autorizado unos 42, 43”, explica por teléfono la delegada de la jueza decana de Barcelona en la jurisdicción civil. Hasta 2013, esa función recaía en el magistrado responsable del registro civil de Barcelona.
Atarés explica que el trámite consiste en una comparecencia del donante junto a tres médicos: el coordinador, el que ha realizado los reconocimientos y el cirujano. Allí se comprueban los datos básicos del expediente que aporta el hospital y se pregunta al donante si se ha sometido al tratamiento, si es consciente de las consecuencias para su salud, y si se presta de forma voluntaria, libre y desinteresada a la donación del órgano.
La mayoría de los casos, explica Atarés, son de riñón. “Mi experiencia es que en un 90 %, los donantes son familiares: de mujeres a maridos, de padres a hijos, de tío a sobrino y también de primos”, cuenta. Y subraya que en los cosas hepáticos, de hígado, la mayoría son para niños pequeños y habitualmente el donante son los padres e incluso los abuelos .
Atarés confía plenamente en los procedimientos de los cuatro hospitales que llevan a cabo trasplanetes en Cataluña, el hospital del Mar, el ClínIc, la Vall d’Hebron y la Fundación Puigvert. “El filtro en el hospital es muy estricto, me resulta difícil pensar que se pueda falsificar”, añade.
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