Los Warriors fuerzan el séptimo partido con una tunda a los Rockets
Golden State, con nueve triples y 35 puntos de Klay Thompson, remontan una desventaja de 17 y arrasan en la segunda parte (115-86)
Golden State se reservó el derecho a optar a su cuarta final consecutiva en la NBA al triturar a Houston (115-86). Los Warriors forzaron el séptimo y decisivo partido en la final de la Conferencia Oeste. Se disputará en la madrugada del lunes al martes (3.00) en el Toyota Arena de la ciudad tejana, un día después de que Boston y Cleveland diriman, también en el séptimo duelo (2.30), quién es el ganador de la Conferencia Este.
En definitiva, Golden State y Cleveland optan a repetir la final de la NBA por cuarto año, aunque para ello deberán vencer en Houston y en Boston.
El desenlace del sexto duelo entre los Warriors y los Rockets acabó siendo el esperado teniendo en cuenta que el equipo de Mike D’Antoni no pudo contar con Chris Paul, lesionado en el último minuto del quinto encuentro. Sin embargo, el desarrollo del sexto duelo fue sorprendente.
Los Rockets, con un ritmo de juego trepidante, llegaron a dominar por 17 puntos (22-39) en un primer cuarto en el que sumaron ocho triples y James Harden anotó 15 puntos. El dominio de los Rockets se extendió hasta mediado el tercer cuarto. Pero los Warriors metieron la directa tras el descanso y no dieron la más mínima opción a los Rockets.
El parcial del segundo tiempo fue demoledor: 64-25. Los Rockets fueron definitivamente barridos en un último cuarto en el que solo anotaron nueve puntos.
GOLDEN STATE, 115; HOUSTON, 86 (3-3)
Golden State (3): Curry (29), Klay Thompson (35), Looney (4), Kevin Durant (23), Draymond Green (4) -equipo inicial-; West (2), Bell (3), Livingston (6), Nick Young (5), Pachulia (0), Cook (2) y McCaw(2).
Houston (3): Eric Gordon (32), Harden (19), Tucker (6), Ariza (14), Capela (2) –equipo inicial-; Mbah a Moute (0), Gerald Green (11), Anderson (0), Joe Johnson (2) y Jackson (0).
Parciales: 22-39, 29-22, 33-16 y 31-9.
Oracle Arena de Oakland. 19.596 espectadores.
Los Warriors, que jugaron su tercer partido consecutivo sin el lesionado Iguodala, se transformaron tras el descanso. Sus indecisiones, sus pérdidas de balón y su endeblez defensiva dieron paso a un juego arrollador, con Klay Thompson al frente. El alero sumó nueve triples en sus 14 lanzamientos y cerró con 35 puntos, seis rebotes y cuatro robos. Stephen Curry le acompañó con cinco triples, 29 puntos, cinco rebotes y seis asistencias.
Kevin Durant aportó 23 puntos, siete rebotes y cuatro asistencias. Draymond Green solo anotó dos puntos, pero su producción fue igualmente sobresaliente con 10 rebotes, nueve asistencias, cuatro robos y cinco tapones.
Los Rockets perdieron por completo la consistencia y eficacia de su juego en la segunda parte. James Harden asumió el papel de base debido a la baja de Chris Paul. Anotó 22 puntos antes del descanso y acabó con 35, además de nueve asistencias y siete rebotes. Eric Gordon sumó 19 puntos; Ariza, 14. El resto apenas se dejó ver.
Los Rockets, los mejores en la fase regular con siete victorias más que los Warriors, se jugarán en casa el pase a una final que no disputan desde que ganaron su segundo anillo consecutivo en 1995 con un equipo en el que destacaban Hakeem Olajuwon y Clyde Drexler. La gran incógnita es el estado físico de Chris Paul y saber si podrá disputar ese decisivo encuentro.
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