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En uno de sus habituales viajes a Buenos Aires, el presidente de La Liga española, Javier Tebas, firmó convenios con el Ministerio de Seguridad y la Superliga local, y fijó metas: "La Superliga Argentina tiene dos retos: la violencia y el control económico”. Las expectativas de quien de alguna manera es el mentor del nuevo formato de liga en Argentina podrán verse satisfechas en parte en 2018, cuando el fútbol promete algunos cambios. El más esperado: el retorno del público visitante a los estadios.

El Ministerio de Seguridad confió hace meses a EL PAÍS que pretende el regreso del fútbol con dos tribunas, aunque en proporciones de 90/10 para los dueños de casa. Unos 2.000 o 3.000 por partido, como sucede en España. "Tengo el compromiso de (el presidente de AFA, Claudio) Tapia y de la Superliga para esto", confió Guillermo Madero, responsable del área. El cambio llegaría en el segundo semestre, tras el Mundial de Rusia, y cada club decidiría si quiere o no convidados en su campo. Dicho torneo fue el inspirador de esta normativa, gracias al Fan ID, una identificación personal que en Argentina se llamará pasaporte del hincha y garantizará la rápida identificación de los simpatizantes.

En el futuro estudian implementar otras innovaciones, como ingresos por reconocimiento facial (y hasta de iris), y trazabilidad de entradas, para que cada aficionado sólo ingrese con su DNI. “Son cosas que parecen lejanas pero la tecnología es cada vez mejor y más barata”, dijo Madero.

Otro de los cambios viene de la mano de la televisión. Las cadenas TNT y Fox se quedaron con los derechos de la liga en 2017 luego de una puja junto a ESPN y Mediapro. Este año, la Superliga ya tiene todo su calendario diseñado, algo no acostumbrado cuando los torneos eran regidos por AFA. La nueva administración del fútbol argentino trabajó un software junto al instituto matemático de la Universidad de Buenos Aires para dejar a todos contentos: los 28 clubes, las dos cadenas, las carteras de seguridad de ocho distritos y la propia organización. La satisfacción en cuanto a lo que pedían los clubes ronda el 85%, según confirmaron desde Superliga.

Enrique Sacco, gerente de gestión institucional, dijo a este diario que la idea es ir “aclimatándonos a un horario que sea central al mundo; esto pensado en la proyección y potencialización de la Superliga para los mercados asiáticos y europeos”. En otras palabras, a River y Boca les tocará jugar alguna fecha a las 11.00, como ocurrió recientemente con el derbi español, pensado para la televisación en China. Una buena para los aficionados: por ahora no habrá sistema de pay per view y se mantendrán cuatro partidos abiertos y el resto a través del pack fútbol.

El dinero de la televisación

Otra modificación es la que afecta al reparto del dinero que invierten las televisoras. El 25% de esa torta se dividirá según la cantidad de puntos logrados, un sistema copiado al de la Premier League inglesa. Así, el equipo que saque menos puntos se lleva cinco acciones y comienza desde ahí un termino ascendente hasta el campeón, que se lleva 38. Esas acciones tienen un valor nominal en dinero y los que ascienden también reciben cinco acciones. “Esto busca evitar que se deje en segundo plano la liga porque cada punto vale mucho dinero”, aclara Sacco.

Por último, existía un rumor acerca de la implementación del VAR, la tercera tarjeta y las definiciones por penales con sistema ABBA en la Superliga, pero esto fue desmentido por el director nacional de arbitraje de la AFA, Horacio Elizondo. No obstante, es altamente probable que se ensaye en divisiones inferiores la expulsión temporaria. Para eso, se crearía la figura del director de partido.

El otro tema que interesa a Tebas es el del control económico a los clubes. O sea, la competencia exclusiva de Superliga sobre la tutela, control y supervisión económica de sus asociados. Algo que será difícil de lograr en un país donde el 90% de los equipos no son empresas sino que actúan bajo la figura de asociaciones civiles sin fines de lucro.

Tebas dijo que “el control económico se puede hacer igual con sociedades civiles y también podrían haber sociedades anónimas. Quien piense que las sociedades anónimas son la única solución para los problemas económicos está equivocado. Lo importante es el control económico, que se imponga desde la liga o la institución que corresponda”. Aunque para ello falta que los cambios se profundicen y las instituciones se limpien. Algo nada fácil en Argentina.