Viñales: “Estoy desilusionado, venía con la esperanza de recortar puntos”

Zarco, con una Yamaha satélite que, en algunos circuitos, se ha demostrado muy competitiva, salía desde la pole. Pero acabó octavo. Con su M1 Rossi, que salía 12º y trataba de remontar, se fue al suelo al cabo de seis vueltas. Y Viñales, que solo pudo clasificarse en 14ª posición el sábado, tuvo que conformarse con ser noveno. Todos acusaron los mismos problemas de falta de adherencia, mala tracción y el llamado spinning (cuando la goma trasera rueda pero no hace avanzar a la máquina en aceleración). Lejos de buscar culpables, lo que queda claro es que la moto de los diapasones es la que más dificultad ha tenido este curso para adaptarse a los neumáticos traseros. En muchos circuitos con poco agarre o en días lluviosos la Yamaha no ha trabajado bien. Y eso ha ido alejando a Maverick Viñales de la pelea por el título mundial.

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El último episodio lo vivió este domingo. Llegó a Motegi a 28 puntos de Márquez, el líder del campeonato, y desembarcará en Phillip Island a 41 cuando quedan 75 en juego. “No he hablado mucho con Michelin durante este año, pero las otras motos funcionan, así que no es inteligente fijarse en si Michelin ha hecho un buen neumático o no, al final si las otras fábricas están funcionando la nuestra también tiene que hacerlo. El neumático es el mismo para todos, así que el problema está en nosotros, que somos los que tenemos que mejorar”, asume el español, pragmático.

Su lectura de la temporada también lo es. Viendo el rendimiento de la moto algunos días solo puede sacar una conclusión: que durante el resto de la temporada han hecho un buen trabajo. “Incluso con los dos ceros”, advirtió. Como en Motegi. “Lo hice lo mejor que pude. Pero la moto no daba para más. Los neumáticos empezaron a fallar a partir de la mitad de la carrera. Y he perdido 14 puntos. Es mucho. En días así no está en mis manos, no puedo hacer nada, yo he dado mi 100%. Aunque, por supuesto, estoy desilusionado. Venía con la esperanza de recortar puntos y luchar por el Mundial y aunque no esté acabado ahora mismo es muy difícil”, asumió.

Pese a todo, no pierde la esperanza. El 2013, cuando ganó el título de Moto3 en la última curva de la última vuelta de la última carrera (aunque era el rival con menor número de victorias de los tres aspirantes), le enseño que no hay que rendirse hasta el final. “Voy a seguir luchando hasta el final. Es lo que tengo que hacer”.