Maverick Viñales y el peso de la presión
El piloto de Yamaha busca la constancia en una temporada que “empezó demasiado bien”
Se desnudó en una frase: “Pelear por el Mundial es mucho más difícil de lo que esperaba”. Lo dijo en Sachsenring, hace un mes. Este no es el primer año de Maverick Viñales en MotoGP. Debutó tres temporadas atrás. Pero nada es igual. La atención mediática se ha triplicado. Y también se han multiplicado las expectativas y la presión. Nunca hasta este curso había estado liderando el Mundial, como hizo en las primeras semanas de competición; nunca hasta ahora había estado peleando por el campeonato de la categoría reina.
“Para mí, la gran diferencia entre cómo hizo la pretemporada [fue el más rápido en todos los tests de invierno] y cómo las primeras carreras es la presión. Todos corren para ganar el Mundial, pero no es lo mismo encontrarte desde el principio con que lo puedes ganar. Hemos visto muchas veces cometer fallos a pilotos con una experiencia brutal. Son animales de carreras y cuando están ahí metidos es muy difícil controlar la presión”. Así se explica Ramon Forcada, ingeniero de pista del piloto de Roses (Girona).
Viñales ha demostrado que es uno de los candidatos firmes al título, pero le falta dar el salto: ser más constante, mejorar en la gestión de las carreras. Tras una primera mitad del año con altibajos (tres victorias, dos ceros, un sexto y un décimo puesto como peores resultados), empieza a entender dónde está y cómo debe plantarle cara a Marc Márquez, líder de MotoGP con el mismo número de triunfos que el de Yamaha, tres.
“Su problema ha sido empezar demasiado bien y pensar que todo sería mucho más fácil”, apunta Forcada. Y añade: “Cuando te estás jugando el título debes saber gestionar los días complicados. Esos domingos en los que no rueda todo tan bien, hay que intentar hacerlo lo mejor posible, pero ser consciente de que los ceros se pagan muy caros”.
El piloto de Yamaha está empezando a minimizar riesgos, empieza a asumir, como le pide su mecánico, que un cuarto puesto es un buen resultado. Pudo haber evitado el error de Assen, pero ha aprendido de él. “Después del error de Austin, de lo que pasó en Montmeló y en Jerez, perder esos 13 puntos en Holanda fue una lástima. Pero, todo eso me hace entender mejor cómo competir y que muchas veces hay que guardar en vez de apretar al máximo”, explicaba en Sachsenring. Allí (acabó cuarto) se vio al Viñales más maduro, también en Brno (tercero), los dos últimos escenarios de este apretado campeonato.
Lo que más le ha costado al corredor de Yamaha ha sido adaptarse a los cambios de gomas y entender su rendimiento en cada circunstancia. Mientras defendía el liderato o trataba de recuperarlo Yamaha le ha hecho probar hasta seis chasis distintos y Michelin ocho evoluciones diferentes de una misma carcasa (el esqueleto de los neumáticos), una combinación explosiva. “Al final, quieres empujar más de lo necesario y cometes errores”, asume, ya en Spielberg, donde este domingo se celebra el GP de Austria.
“Ahora llevamos tres carreras con la misma carcasa en los neumáticos traseros. Eso es fantástico para nosotros. Si lo cambian todo en cada gran premio, cuando vuelves a empezar no sabes absolutamente nada”, le excusa Forcada. Viñales sufre mucho cuando no tiene agarre. Para él, aunque también pone el acento en la frenada (no tanto como Rossi, sin embargo) es fundamental la salida de la curva, y para eso el tren trasero tiene que tener buena tracción. Si no hay agarre, no puede salir de la curva como quiere y pierde mucho tiempo. Las evoluciones de chasis le han ayudado en ese aspecto. Y las gomas, menos cambiantes al fin, ya no entorpecen esa evolución. Con la estabilidad en la moto que trabajó en Brno, poco a poco va encontrando el camino.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.