La penúltima aventura de Andrés Guardado

Hubo tiempo en México en que el cabello rizado era la moda. Los más conocidos eran los de Hugo Sánchez. Luego le siguieron Torrado, Ochoa y Andrés Guardado, quien con 19 años jugó su primer partido como profesional. Tenía el rostro de adolescente y una sonrisa metálica por los brackets. Guardado, ahora jugador del Betis de Quique Setién, presentado ante sus aficionados como un boxeador. Este sábado se enfrenta a su primer equipo en Europa, el Deportivo La Coruña (18.30 hora local y 11.30 en México).

Guardado creció en los equipos juveniles de Atlas, un conjunto que se ha especializado en fraguar los nuevos talentos mexicanos. De allí brotaron Rafa Márquez y Jared Borgetti.

Andrés jugó en primera división gracias a una regla, la 20/11, en la que los clubes se obligaban a ceder la mitad de minutos total en el torneo para que los jugadores de menores de 20 años con 11 meses se estrenaran. De alguna forma los equipos se obligaban a darle seguimiento a esos chicos. Guardado fue uno de ellos y le bastaron algunos meses para recibir un llamado de la selección absoluta. El que le echó el ojo fue Ricardo La Volpe. La brutal pegada del juvenil le sirvió para jugar su primer mundial en Alemania.

Tras una buena Copa América, el Deportivo dispuso de 7,5 millones de euros para sumarlo en sus filas. Había otro interesado, el PSV Eindhoven, aunque no logró seducirle. “El mismo Rafa Márquez me dio sus puntos de vista y vimos que era más importante [la oferta del Depor]”, mencionó un ansioso Guardado.

De acuerdo al Atlas, el club gallego aún le debe dinero por esa transferencia. Allí demostró su liderazgo, y talento, para cobrar las faltas y los penaltis. Pero la fragilidad de sus piernas le interrumpió una carrera ascendente. El mexicano también pudo jugar en la Europa League y luego a jugar en segunda. Guardado no se fue del club y la siguiente temporada ya estaba en primera.

En 2012, el Valencia lo fichó. Mauricio Pellegrino lo pidió para fortalecer una plantilla que contaba con Feghouli, Banega y Soldado. Sin embargo, tras 15 fechas, llegó al puesto Ernesto Valverde. El nombre del mexicano era frecuente en las alineaciones. Pero su siguiente año la pasó mal, entre lesiones y el cambio de entrenador por Djukic y Pizzi. Guardado prefirió probar suerte, bajo préstamo con el Bayer Leverkusen, sin nada de éxito.

Fue en 2014 cuando el Valencia cedió al mexicano al PSV Eindhoven. A los holandeses les había agradado su buena participación en la Copa del Mundo en Brasil. En cuanto llegó la afición notó su desgaste en cada juego. El entrenador y exjugador del Barcelona, Phillip Cocu, le hizo su punto fuerte en el once. “Él puede fortalecer nuestro equipo. Es un jugador multifuncional y puede ser utilizado en muchas posiciones. Tiene una buena zurda y permite la salida”, apuntaba el estratega. La apuesta por Guardado le funcionó al ganar la liga.

“Andrés Guardado nuestra águila de oro mexicana tiene que estar en el PSV Eindhoven. Nuestra casa es tu casa, Andrés”, se leía en una gran pancarta que los aficionados del equipo montaron por el estadio. Esa era la petición para que el Eindhoven contratara al mexicano. No se negaron. “Me ha dado la oportunidad de sentirme importante. [Era] lo que buscaba desde hace unos años. El ser referente también dentro de la liga… He conseguido ganarme un respeto a nivel general”, dijo el mexicano a Univisión en abril del año pasado.

La era de Guardado en el PSV duró tres temporadas, en dos coincidió con su compatriota Héctor Moreno. Jugó la Champions League, se ganó el brazalete de capitán, coleccionó dos campeonatos de liga y una supercopa.

Vestido con la elástica de México, Guardado se ha erigido como el líder, detrás de Márquez. Uno de los momentos de mayor tensión que ha enfrentado fue en una semifinal de la Copa Oro 2015 contra Panamá. Los mexicanos perdían 0-1 y les habían marcado un penalti a favor en los últimos minutos. Las repeticiones por televisión mostraban que el árbitro Mark Geiger se había mostrado muy bondadoso con el tri. Los panameños le pedían a Guardado que fallara.

−Si tú sabes que no fue penal, ¿por qué no la botas [fallas]? – le decía un panameño al mexicano

−Yo boto el penal y me matan a mi familia en México – respondió Andrés Guardado, según recordó el panameño Aníbal Godoy a la televisora Cable Onda.

El ahora futbolista del Real Betis no erró el tiro. México ganó ese torneo con dudas. Otro severo momento fue cuando tuvo que sobrellevar la goleada que sufrió su equipo por siete goles contra Chile en la última Copa América. “Fue un desastre de principio a fin”, admitió el futbolista.

Esta temporada de manera inesperada Guardado se despidió del PSV. Algunos medios aseguraban que su futuro seguiría en el PSV e incluso le colocaban en la MLS. Se inclinó por el Betis por tres años, donde coincidirá con Cristian Tello. En los partidos de pretemporada se le veía pegando de gritos a sus compañeros, “esto es lo que verán este año”, puntualizó el jugador que ha desterrado a sus rizos. 

Ya en la liga, Guardado ha sido titular en los tres partidos de liga contra el Barcelona, Celta y Villarreal. Uno de sus mejores partidos fue frente al Celta al jugar en modo asistente al colaborar en los dos goles de la victoria de su equipo. Guardado no para.