Gol a falta de ‘Boom’
Muchos de los mejores futbolistas del mundo son latinoamericanos, pero los últimos tres Mundiales han coronado a equipos europeos
Dos preguntas lastimeras. Mario Vargas Llosa al abrir su Conversación en la Catedral: “En qué momento se había jodido el Perú”. Carlos Fuentes al cerrar su Terra Nostra: “A qué hora se jodió la América Española. No los has vuelto a ver. Si existen aún, hoy andarán declarando, contigo, el Perú jodido, Chile jodido, la Argentina jodida, México jodido, el mundo jodido”.
Dos voces fundamentales del Boom Latinoamericano y dos frases que, cuatro décadas después, embonan sin esfuerzo en lo que nos dijeron que era (o pudo ser, o se insinuó que sería), el Boom Latinoamericano pero en crecimiento económico. Por enésima vez escuchamos que el futuro nos pertenecía, que la brecha entre ricos y pobres disminuiría, que democracia y desarrollo de la mano caminarían, que el despojo de las finanzas públicas en definitiva terminaría.
Ahí estamos, ataviados para un nuevo banquete continental del balón, viendo si brincamos (o maquillamos) otro cuatrienio con el hemisferio unido por la desazón
Y ahí estamos, ataviados para un nuevo banquete continental del balón, viendo si goles de por medio brincamos (o maquillamos) otro cuatrienio con el hemisferio unido por la desazón. El anfitrión Chile, hasta hace poco esperanza latinoamericana, con Gabinete renovado tras los casos de corrupción (“enfermedad crónica reagudizada”, según la presidenta Bachelet); Brasil, envuelto en el escándalo Petrobras y con su moneda devaluada un 50% en un año; Argentina, enredada en el enigma Nisman y el desempleo; Venezuela, con largas filas para conseguir comida; México, con hartazgo y desconfianza, confrontación y ruptura, como instauradísimas costumbres.
Quisiéramos pensar que hay, al menos, un Boom futbolístico. Entre las ventas de los cinco jugadores más caros del torneo (Messi, Neymar, James, Di María, Cavani) juntaríamos más de 500 millones de dólares. Todos actúan en Europa desde la adolescencia, con lo que esta Copa América representa también el regreso, la posibilidad de volver a verlos pateando balón en nuestras canchas.
Una copa que quizá no sirva para brindar, aunque sí para profundizar en una contradicción: muchos de los mejores futbolistas del mundo son latinoamericanos, pero por primera vez en la historia han transcurrido tres Mundiales con coronación europea, síntoma indiscutible de que allá se está trabajando mejor que acá. Todo el que tenga a Messi es favorito, y esta Argentina, sin título desde 1993, no es la excepción. Sin embargo, Chile y Colombia prometen más que nunca, así como Brasil y Uruguay amenazan como siempre. Entre tanta figura, México orillado a alinear un equipo B en el torneo A, por las burocracias del único continente dividido en dos confederaciones futbolísticas. No hay Boom, pero sí fútbol, recurso para sobrellevar, al menos durante las próximas semanas, un despertar regional que quedó en especie de Realismo Mágico, por lo demás, género en el que se especializa este maravilloso deporte.
Alberto Lati es periodista deportivo de la cadena Televisa y autor del libro Latitudes: crónica, viaje y balón. @albertolati
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