_
_
_
_
_
Defensora del lector
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

‘Abertzale’, el noveno apellido vasco

La palabra, que significa “patriota” en euskera, se utiliza casi exclusivamente para definir a EH Bildu

Abertzale - Defensora del lector
FERNANDO HERNÁNDEZ
Soledad Alcaide

Primero llegó un correo de un lector, Iñaki Galdos Irazabal: “Leo con interés la crónica de Mikel Ormazabal acerca de la campaña electoral vasca y me encuentro, una vez más, con el mal uso que hace su diario del término abertzale:Andueza no da ninguna opción a los abertzales’, escribe el periodista refiriéndose a EH Bildu”.

En una extensa explicación, el lector reclama que esa palabra en euskera no se use solo para definir a la izquierda independentista vasca y avisa de que, de hacerlo, podría prestarse a la confusión: “En el acto de inicio de campaña, [el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo] Otegi propuso un acuerdo entre abertzales, instando al PNV, sin citarlo, a pactar con ellos. Extraña propuesta, podrían pensar no pocos lectores, la que se hace a sí mismo”. Por eso, concluye: “Con todos los respetos, creo que es necesario que modifiquen el uso incorrecto del término, cuya exclusividad, de tenerla alguien, le correspondería al PNV por razones históricas”.

Después, se produjo la situación de la que alertaba. En la crónica del fallecimiento del exlehendakari José Antonio Ardanza (PNV), se recogían estas palabras de Andoni Ortuzar, presidente de su partido: “Se nos va un gran abertzale que vivió el exilio y la clandestinidad”.

En euskera, abertzale significa patriota o nacionalista, según define la Real Academia Vasca. Fue un neologismo creado a partir de la palabra aberri (patria) y el sufijo –zale (seguidor o aficionado a algo) por Sabino Arana Goiri en 1896. El Libro de Estilo recoge este vocablo y acepta que se utilice, pero prefiere “términos más precisos”, como nacionalista o independentista.

Mikel Ormazabal, redactor de EL PAÍS en el País Vasco, admite que el periodismo ha contribuido a deformar el significado en euskera al tratar de diferenciar dos sensibilidades políticas: la del nacionalismo conservador, que representa el PNV, y la de los independentistas de izquierda, reunidos ahora bajo el nombre de EH Bildu (coalición integrada principalmente por Sortu, partido heredero de Batasuna, y otras formaciones como Eusko Alkartasuna, Aralar o Alternatiba). “Son clichés que se van consolidando, sin tener en cuenta que el significado no es exacto”, reconoce. “Aunque en sentido estricto tan abertzale es Iñigo Urkullu como Arnaldo Otegi, todo el mundo te dirá aquí que es una referencia al mundo de Bildu”.

Este uso ha llevado a resignificar la palabra, de forma que ahora identifica a EH Bildu como los herederos de lo que fue Herri Batasuna, el brazo político de la banda terrorista. Por eso, Ana Lorite, redactora jefa de la Unidad de Edición, considera que si se dijera solo “la izquierda independentista vasca” se perdería esta connotación. “La palabra abertzale nos permite subrayar de forma breve que se trata de los herederos políticos de ETA”, afirma.

El historiador Gaizka Fernández Soldevilla agrega que el debate forma parte de la disputa histórica de la izquierda independentista con el PNV por los símbolos y el lenguaje. Es, añade, un caso parecido al de gudari (soldado), término que, dice, “ya se han apropiado” los primeros. Era el nombre de los integrantes de las milicias del PNV que lucharon contra el Ejército franquista y pasó a denominar a los miembros de ETA.

En esta campaña electoral se ha puesto de manifiesto que EH Bildu, en una estrategia para ampliar su electorado, prima las propuestas socioeconómicas sobre las independentistas y se ha empeñado en mostrar un perfil más moderado que deje atrás su pasado relacionado con ETA. Y, por primera vez, el CIS le otorga una posibilidad de victoria en unas elecciones vascas. ¿Es hora de plantear una forma diferente de referirse a la izquierda abertzale que devuelva la palabra a su significado original?

Ormazabal, como otros periodistas consultados, sostiene que, en esa estrategia electoral, por primera vez “el mundo de EH Bildu ha dejado de nombrarse como la izquierda abertzale”. Pero Jon Iñarritu, diputado en el Congreso de EH Bildu, rebate la renuncia al apellido patriota: “Si hay un término con el que nos definimos es el de abertzales y no tenemos por qué ocultarnos: abertzales y de izquierdas”. Y también Asier Iturriagaetxebarria, responsable de prensa de la coalición: “Por definición somos un partido soberanista y de izquierdas, pero no significa que no seamos abertzales”. Y añade: “En cada mitin, Otegi pide el voto abertzale”.

Gaizka Fernández Soldevilla cree que el nuevo discurso político de la coalición, “más moderno, suave y alejado de ETA”, es “cosmético”. “No niego que pueda llegar a ser de fondo”, añade. “Pero el núcleo duro de Bildu todavía es el mismo de siempre: viendo cómo funciona en los pueblos o en la jerarquía interna, los veteranos siguen mandando”. Por eso, opina que es un error apearles del tratamiento y denominarlos solo “izquierda independentista”, porque sería validar antes de tiempo ese nuevo discurso y hacerles la campaña.

Lo mismo cree Pablo Ordaz, reportero que lleva desde los noventa informando del País Vasco: “No se les puede quitar el código de barras todavía”.

Es posible atender la demanda del lector y evitar hablar de EH Bildu y su entorno como “los abertzales”, ya que no son los únicos que pueden adjudicarse este noveno apellido vasco. Pero hay razones para mantener el uso de la palabra más allá de su significado exacto. La responsable de edición del periódico propone dos alternativas: coalición abertzale o izquierda abertzale. Sirve cualquier fórmula que incluya el término o haga patente a los lectores los orígenes del partido. Es necesario para una mejor comprensión de la realidad vasca.

Para contactar con la defensora puede escribir un correo electrónico a defensora@elpais.es o enviar por WhatsApp un audio de hasta un minuto de duración al número +34 649 362 138 (este teléfono no atiende llamadas).

Sobre la firma

Soledad Alcaide
Defensora del Lector. Antes fue jefa de sección de Reportajes y Madrid (2021-2022), de Redes Sociales y Newsletters (2018-2021) y subdirectora de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS (2014-2018). Es licenciada en Derecho por la UAM y tiene un máster de Periodismo UAM-EL PAÍS y otro de Transformación Digital de ISDI Digital Talent. 
Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_