El río marca el camino

Ha sido un estudio de arquitectura español, Práctica, el que ha regenerado, y renaturalizado, 15 kilómetros de riberas del río Somes a su paso por la ciudad rumana de Cluj-Napoca. Ese trayecto recorre la periferia, los diversos ensanches residenciales levantados a lo largo de décadas, y el centro histórico. Esto es: afecta a toda la ciudad. El río, parece ser, la bañaba, pero no la afectaba. Y los arquitectos Jaime Daroca, José Mayoral y José Ramón Sierra han puesto remedio. Ganaron el concurso para, con ingenieros y paisajistas, revertir esa mala relación.

Un río es una infraestructura natural que encierra un mensaje clave: la renaturalización de las ciudades. Los arquitectos del estudio español Práctica partían de un conocimiento previo: las intervenciones sanadoras en los ríos de Madrid, Londres, París, Rotterdam, Zurich o Hamburgo, perpetradas gracias al apoyo de la Unión Europea. Quédense con esa palabra: Unión. ¿Qué hacen los ríos si no unir?

Para repensar lo que un río puede hacer por una ciudad, y lo que una ciudad debería hacer por la fortuna de tener un río, la Unión Europea recurrió al ideario original de la Bauhaus. Esa escuela alemana aportó la democratización de la mejor arquitectura, la modernización de nuestra casa, la relación indispensable entre el arte y las artes -los oficios- la democratización de la belleza y, ojalá, también la buena vida. Hoy, la New European Bauhaus ha hecho un paco verde: cuida, y apoya y sufraga, proyectos que mejoran el continente con ideas que son consideradas ejemplos a seguir.

En ese marco, en la ciudad de Cluj-Napoca, el río Somes es un corredor verde que, a través de una red de caminos de movilidad sostenible, conecta múltiples espacios públicos y zonas verdes. El estudio Práctica diseñó una serie de terrazas naturales para renaturalizar el entorno, transformando el límite rígido entre la ciudad y el río en un frente permeable que promueve la biodiversidad. Esa fue su propuesta: el río como conector verde y espacio público revalorizado, un corredor verde capaz de conectar espacios públicos cercanos, que funcionaban de forma aislada. Hoy, el Parque Central Simion Bărnuțiur o el Parque Cetățuia están conectados por el río, por los carriles bici, los puentes sobre el río.

Desde el estudio Práctica explican que el curso del río ha adquirido grosor, dando lugar a un conjunto de nuevos espacios públicos: aparcamientos convertidos en plazas con vistas al río y orillas que incorporan playas y gradas. Al final, lo que hoy tiene el Somes son riberas para acceder al curso fluvial y contemplar y disfrutar su fauna y flora.

El Somes, cualquier río, tiene, esencialmente, un papel conector. Puede unir territorios, paisaje y valores. También a los ciudadanos. El proyecto del estudio Práctica recupera el carácter natural del entorno, expandiendo y modificando el borde delgado y duro preexistente en un entorno más suave y natural gracias al ensanchamiento de la sección fluvial, que sirve de soporte para la implantación de un sistema de terrazas y permite convertir la orilla en un ecosistema de decenas de hectáreas diverso, que recupera distintas especies de vegetación local, rocas y arena.

No estamos hablando solo de paisaje, parques o recorridos, esta actuación fomenta la biodiversidad, la formación de microclimas, la absorción de CO2 y el control de especies invasoras. Para eso, la arquitectura ha dejado de ser línea para convertirse en siembra. Se han plantado 2.530 especímenes de distintas especies arbóreas autóctonas.

El río conecta y habla. Es un lugar de encuentro porque todo lo permea. Nos atraviesa. Para los más de 300.000 habitantes de Cluj-Napoca, la recuperación de los márgenes tiene múltiples beneficios, la frontera, y la conexión física del río, propone un nuevo marco para el diálogo y la convivencia y aúna los esfuerzos de un amplio equipo multidisciplinar, español y rumano, formado por profesionales de la arquitectura, paisajismo, ingeniería el urbanismo, organismos gubernamentales y la ciudadanía usuaria cotidiana del lugar.

El proyecto rediseña el río como un espacio social que funciona a distintas escalas y con diversos programas, una infraestructura verde, un espacio de encuentro e intercambio entre las diversas comunidades que habitan la ciudad.