El periodista y crítico musical Benjamín G. Rosado gana el premio Biblioteca Breve 2025
El autor obtiene el histórico galardón de la editorial Seix Barral con su primera novela, ‘El vuelo del hombre’
![Benjamín G. Rosado premio Biblioteca Breve 2025](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ZS5Q53RBWNSYIRW4U34PAC5TWM.jpg?auth=8d2087554575b8b80ced0c578384c014146c81f126aed4dcdeff7d338cc9db14&width=414)
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Un escritor que triunfa con una primera novela es el protagonista de El vuelo del hombre. Y algo de esa misma historia comparte con su protagonista Benjamín G. Rosado, autor del libro premiado este jueves con el premio Biblioteca Breve 2025, dotado con 30.000 euros. La novela llegará las librerías el 12 de marzo.
Este autor ha sido colaborador de distintos medios culturales, actualmente de La lectura, de El Mundo, y es especialista en música clásica, pero la hoja de vida de Rosado (Ávila, 40 años) incluye desde speech writer hasta “negro literario”, gestor cultural y docente. También de niño formó parte del coro del Teatro Real en una producción de La bohème de Puccini, algo que él recordó al tomar el micrófono en el Salón de Espejos del Teatre del Liceu, en Barcelona, donde se ha anunciado el premio. Rosado visitó este mismo salón 27 años atrás para ver una representación de Las bodas de Fígaro, y en torno al escritor protagonista de la ópera de Puccini y los amores de Verdi, el debutante novelista premiado pronunció sus agradecimientos. También explicó que su novela se gestó en un largo viaje que le llevó por barcos mercantes y a través de varias ciudades de América (Valparaíso, Wisconsin, Buenos Aires, Lima, Cartagena de Indias) pero él no cree, subrayó, en la autoficción. “Mi vida no le interesa a nadie, pero aquellas experiencias dejaron un poso”.
Martín, el protagonista de El vuelo del hombre, queda descolocado tras el éxito de su primera novela, Ciudad café, y busca refugio en Nueva York. Allí descubre y pierde el amor y mucho tiempo después, cuando su fama ya se ha apagado, una carambola le empuja hasta Colombia, siguiendo una extraña historia real cuyo protagonista comparte el mismo nombre que el del piloto protagonista de esa novela con la que triunfó. El azar y el juego literario entre realidad y ficción, de alguna manera, parece extenderse hasta abarcar al propio Rosado. De hecho, él arrancó una novela titulada Ciudad café a los 22 años, que nunca llegó a terminar.
Pere Gimferrer, miembro del jurado, explicó las elipsis y juegos que arman la estructura de El vuelo del hombre, pero subrayó que se trata de una lectura diáfana. Según la editora Elena Ramírez y el jurado, integrado además por los escritores Miguel Ángel Hernández y Jesús Carrasco y la librera Almudena Amador, en esta novela suenan los ecos de las novelas de Roberto Bolaño y de las casualidades de Paul Auster. “Todas sus obras me parecen un bello tratado de la casualidad, él sabe que no tenemos control sobre las cosas, pero en sus libros todo está en su sitio”, dijo Rosado, que se declaró un buen conocedor de la obra del estadounidense.
Carrasco, ganador del Biblioteca Breve en 2024 con El elogio de las manos, destacó “la enorme variedad de personajes, espacios y tiempos” que abarca la primera obra de Rosado, un libro que definió como “frondoso”. La librera Amador habló de cómo la novela parte de una historia medular que está llena de vetas y Miguel Ángel Hernández afirmó que se trata de una “gran novela de aventuras”.
En esta convocatoria del premio Biblioteca Breve, el histórico galardón creado por Carlos Barral en 1958, apoyado por los críticos Josep Maria Castellet y José María Valverde y por los dueños del sello, se han recibido un 49% más de novelas que el año pasado, hasta alcanzar las 1.156, la mitad procedentes de España y con “un llamativo crecimiento de obras llegadas de Argentina”, resaltó la directora editorial, Elena Ramírez.
Antes de concluir el encuentro con la prensa y pasar al almuerzo, en el que Seix Barral reunió a editores de sellos internacionales, agentes y escritores como Alana S. Portero, Javier Moro, Juan Gómez Bárcena o Carlos Pardo, una pregunta llenó de carcajadas el salón. La madre del autor premiado, la misma que según él contó le ayudó a “centrifugar” sus pensamientos insomnes de niño, tomó el micrófono y se presentó para preguntar por el seudónimo, Monteiro Rossi, con el que Rosado presentó el libro a este premio. El nombre está tomado de otra novela, de Antonio Tabucchi, porque con Benjamín G. Rosado no puede ser de otra manera.
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