‘El 47’ y ‘Querer’ ganan mejor película y serie en la gala de los premios Forqué
La 30ª edición de los galardones que entregan los productores reconocen como mejores actores de cine a Eduard Fernández y Carolina Yuste
El 47, de Marcel Barrera, ha ganado en la 30ª edición de los premios Forqué los galardones a mejor largometraje de ficción y el premio al Cine y Educación en Valores. En televisión, Querer, serie liderada por Alauda Ruiz de Azúa, se ha llevado los premios a mejor serie, actor (Pedro Casablanc) y actriz (Nagore Aranburu). Por eso ambos producciones han sido los grandes triunfadores de una gala más coherente en su palmarés televisivo que en el cinematográfico.
Los Forqué los otorga Egeda, la entidad de gestión de derechos intelectuales de los productores, organismo que preside Enrique Cerezo, y suelen señalar el camino a los premios Goya. Suelen señalar, cierto, pero el año pasado en esta gala triunfó 20.000 especies de abejas, de Estíbaliz Urrusola, y en los galardones de la Academia de cine el Goya a mejor película lo obtuvo La sociedad de la nieve, de Juan Antonio Bayona. Hay otra excepción clamorosa que diferencia los Forqué de los Goya: Pedro Almodóvar nunca ha ganado en los premios de los productores, así que los años en que una producción de El Deseo, la empresa de los hermanos Almodóvar, ganaba el Goya principal nunca había obtenido recompensa similar en la gala de Egeda. Este viernes pasado, a las 14:00, se cerró la primera vuelta de votación de los Goya de la que saldrán las nominaciones. El resultado se anunciará el miércoles 18.
En cine, las mejores interpretaciones han sido las de Carolina Yuste, como la policía que acaba en un comando de ETA en La infiltrada, y Eduard Fernández en Marco, donde da vida a Enric Marco, que se inventó un pasado de preso en un campo de concentración nazi. Fueron dos de los premios más irrefutables de la noche.
Curiosamente Fernández es también el protagonista de El 47, donde da vida a Manuel Vital, un conductor de autobús barcelonés que, en 1978, se convirtió en un héroe al batallar para que las líneas municipales de autobuses llegaran hasta su barrio, Torre Baró. Harto del ninguneo del Ayuntamiento, un día accedió hasta su casa en el vehículo que conducía para demostrar que sí era una zona accesible.
Las galas de premios en el cine pueden ser discutibles, como las ceremonias de los Oscar y los Goya, plúmbeas y largas, como las de los César o las del cine europeo, y luego están los Forqué, que cuando se juntan con los productores americanos, deviene en los Platino. Pastiches musicales sin mucho sentido y menos gracia. Y en esta ocasión, aderezada con una realización televisiva alocada, en la que nunca se acertó con el plano preciso: o se iba por delante o por detrás. Al menos, la ceremonia no llegó a dos horas.
El 47, la opción populista y más sencilla en lo cinematográfico, competía contra Segundo premio, de Isaki Lacuesta y Pol Rodríguez, que es la representante española en los Oscar y ganó el festival de Málaga; La estrella azul, de Javier Macipe, y La infiltrada, de Arantxa Echevarría, la sorpresa en este final del año en la taquilla donde se acerca a los ocho millones de euros de recaudación y casi 1.250.000 entradas vendidas.
En los otros apartados cinematográficos las sorpresas fueron aún más dolorosas por la calidad de los rivales derrotados: Mariposas negras ganó en mejor largometraje de animación; Marisol, llámame Pepa, en largo documental, y la chilena El lugar de la otra, de Maite Alberdi, en largo latinoamericano. Finalmente, el premio del público, que patrocina una cadena de cines, se lo llevó Casa en flames, de Dani de la Orden. La medalla de Oro de la entidad por su labor como productor ensalzó este año a José Luis Garci. Este honor sí puso en pie en 2013 a los productores para aplaudir a un Almodóvar, en este caso Agustín, que recibió el mismo homenaje.
Babelia
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