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El amor y el arte imponen su voz en una exposición en Bruselas

‘Love is Louder’, en el museo Bozar de Bruselas, indaga en la complejidad del amor a través del trabajo de artistas contemporáneos como Louise Bourgeois, Marta Minujín, Iván Argote, Sam Durant o Eugenio Merino, entre otros

'Anonymous' (2014), acrílico sobre panel de madera de Joëlle Dubois.
'Anonymous' (2014), acrílico sobre panel de madera de Joëlle Dubois.Thomas Rehbein (Galerie and Joëlle Dubois / Bozar Brussels)
Silvia Ayuso

¿Qué hay más bonito que el amor? ¿Y más complejo? ¿Acaso alguien lo entiende? Una exposición en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas-Bozar, Love is Louder (el amor es más fuerte), plantea estas preguntas y muchas más en torno a un tema, el amor, que confunde desde el principio de los tiempos a muchos, pero al que se aferran tantos más, sobre todo en momentos de zozobra o de extrema polarización de la sociedad, como sucede en los tiempos que corren.

A través de más de 120 obras de 80 artistas de 27 países y varios continentes, entre ellos el español Eugenio Merino, el artista que enterró a Lorca y metió a Franco en una nevera, Love is Louder permite explorar las múltiples facetas del amor, sus tensiones y sus diferentes formas a través del arte. Para ello, los comisarios de la muestra, también simbiótica en sus formas —pinturas, esculturas, vídeos, instalaciones multimedia y hasta una serie de videojuegos—, hacen un recorrido desde el Verano del Amor de 1967, aquel movimiento que estalló en EE UU en torno a la música, el pacifismo y la liberación sexual, hasta hoy en día.

‘Pareja' (2022), obra de Louise Bourgeois elaborada con tejido de aluminio, vidrio y madera.
‘Pareja' (2022), obra de Louise Bourgeois elaborada con tejido de aluminio, vidrio y madera.Thomas Merle (Bozar Brussels)

Un largo camino en el que las sociedades han evolucionado y, con ellas, conceptos supuestamente eternos como el amor, marcados, entre otros, por el paso de la pareja tradicional y la familia nuclear a las relaciones y familias no-heteronormativas: ahí está la foto Beso de Chola, de la artista boliviana Adriana Bravo, que retrata a dos mujeres indígenas vestidas con el traje tradicional boliviano besándose, o las reflexiones de un grupo de drag queens sobre la muerte o la búsqueda del amor en el corto Mother’s, del belga Hippolyte Leibovici. Pero no es solo el amor sentimental o carnal, la exposición también explora las relaciones de amistad o el concepto mismo del amor en la sociedad.

“En vista del estado de desolación del mundo actual, donde las guerras salvajes no cesan y donde el futuro es tan incierto, quise enviar un mensaje positivo al elegir un tema que siempre ha inspirado a la gente, en particular a los artistas”, explica la directora de exposiciones del Bozar, Zoë Gray, que ha contado con la colaboración, entre otros, del Museo Reina Sofía de Madrid. Y cita a uno de los más conocidos del siglo XX, Henri Matisse, que en 1954 ya se preguntaba: “¿No está el amor en el origen de toda creación?”.

'Beso de Chola' (2016), fotografía de Adriana Bravo.
'Beso de Chola' (2016), fotografía de Adriana Bravo.Cortesía de la artista (Bozar Brussels)

A esa y más preguntas trata de responder esta exposición, que también intenta relanzar, en vista del mundo incierto y peligroso en el que volvemos a vivir, el viejo lema de “haz el amor y no la guerra”. El título mismo de la muestra, Love is Louder, procede de una obra homónima del artista multimedia estadounidense Sam Durant, que integra la actualidad, la política y la cultura contemporáneas en su obra.

El amor es más fuerte, sí, habla más alto, pero ¿más fuerte que qué?, se pregunta la muestra. Y la respuesta —o algunas de las muchas posibles— la dan los artistas seleccionados a través de sus obras, entre ellos la argentina Marta Minujín, el cubano Wilfredo Prieto o el colombiano Iván Argote, que exploran todas las facetas de este sentimiento que nunca deja de sorprender, maravillar, confundir o doler, pero al que todos, de alguna forma, aspiramos siempre.

“Todos necesitamos más amor en nuestras vidas privadas, en la profesional, en la sociedad. Es una emoción universal y única que esta muestra trata de explorar en toda su complejidad”, señala Gray. Porque reflexionar sobre el amor, la empatía y la solidaridad en una era de intolerancia en aumento “no es algo ingenuo, sino algo extremadamente urgente”, subraya el director artístico del Bozar, Christophe Slagmuylder.

Imagen del corto  ‘Mother's’ (2019), de Hippolyte Leibovici.
Imagen del corto ‘Mother's’ (2019), de Hippolyte Leibovici.Hippolyte Leibovici (Bozar Brussels)

Ante un concepto tan monumental, sin embargo, los comisarios han querido acotar un poco la muestra, centrándola en el “amor entre las personas”, que ya de por sí da para material de sobra. La exposición se estructura así en tres secciones que exploran otros tantos “niveles” de amor: el amor romántico, los lazos de familia y amistad y, de forma más amplia, el lugar que la sociedad le otorga al amor. Además de las salas dedicadas a esta muestra, que a sus organizadores les encantaría que pudiera en el futuro viajar a otros museos, aunque todavía no hay nada cerrado, en el espacio Bozar Arcade, dedicado a obras digitales interactivas e inmersivas, se ofrecen media docena de videojuegos que exploran, de forma lúdica e irreverente, más facetas de ese amor que lo centra todo en el museo bruselense.

No se trata, subrayan los organizadores, de presentar solo el lado bonito del amor: junto a la ternura, las obras expresan también las tensiones de un sentimiento que marca, por su presencia o ausencia, la vida de todo ser humano. Un binomio ternura-tensión que resume como pocas la instalación Couple (pareja), de la franco-americana Louise Bourgeois: una pareja desnuda abrazada, pero a la vez suspendida de un hilo y encerrada en una vitrina metálica que protege tanto la vulnerabilidad representada como la expone a los curiosos.

Imagen del vídeo 'Enamorado' (2001), de Patty Chang.
Imagen del vídeo 'Enamorado' (2001), de Patty Chang.Tim McConville (Bozar Brussels)

De forma expresa, la muestra no sigue un orden cronológico, aunque sí tiene un punto de partida preciso: el Verano del Amor de 1967 en la ciudad estadounidense de San Francisco, que dio nacimiento oficial al movimiento hippy que hizo del amor su leitmotiv.

“Elegir el nacimiento del movimiento hippy como punto de partida de la muestra es una manera de poner el acento sobre el potencial revolucionario del amor”, señala Gray, que para la muestra ha escogido también la performance icónica En la cama por la paz, de Yoko Ono y John Lennon, de 1969. “Ya lo decía John Lennon, ‘all you need is love’ (todo lo que necesitas es amor)”, bromeó Gray durante la presentación de la muestra, la semana pasada.

'Claire et Cecile' (2022-2023), óleo sobre lienzo de Nathanaëlle Herbelin.
'Claire et Cecile' (2022-2023), óleo sobre lienzo de Nathanaëlle Herbelin.Thomas Merle (Bozar Brussels)

La exposición analiza no solo el poder transformador del amor en el que creía el ex Beatle. En una sociedad moderna profundamente marcada y transformada por las redes sociales, el impacto de estas herramientas en el viejo amor tradicional también sirve de reflexión para artistas como la belga Joëlle Dubois, que representa escenas eróticas —una pareja en la cama, otra desnuda en una piscina— pero que, en vez de mirarse, se vuelcan en las pantallas de sus teléfonos móviles o tabletas. Un hábito (¿pésima costumbre?) que está redefiniendo de forma inexorable las relaciones de pareja, familia y hasta sociales, como analiza también el cortometraje sobre primeras citas First Date, de la estadounidense Shannon Plumb.

Explorar todas estas variaciones y posibilidades más allá del concepto “saturado” de amor de pareja romántica de la publicidad y hasta la sociedad, señala Gray, es el objetivo de la muestra, que es además solo la primera de un proyecto ambicioso de este museo bruselense que siempre busca sorprender: en los próximos años explorará otras “motivaciones” humanas con exposiciones colectivas: la belleza, en 2026, y la nutrición un año después. Por ahora, el amor (¿que lo vence todo?) domina esta temporada.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.
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