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El primer largo de Almodóvar en inglés, ‘La habitación de al lado’, competirá en el festival de Venecia

La secuela de ‘Joker’ y el ‘biopic’ de María Callas dirigido por Larraín pelearán por el León de Oro del certamen, que acogerá la película ‘Marco’, de Jon Garaño, Aitor Arregi y José Mari Goenaga, y la serie ‘Los años nuevos’, de Rodrigo Sorogoyen

Desde la izquierda, Tilda Swinton, Pedro Almodóvar y Julianne Moore, en el rodaje de 'La habitación de al lado', en una imagen difundida por la productora El deseo.
Desde la izquierda, Tilda Swinton, Pedro Almodóvar y Julianne Moore, en el rodaje de 'La habitación de al lado', en una imagen difundida por la productora El deseo.©Iglesias Mas EL DESEO (EFE)
Tommaso Koch

Soltarse a hablar otro idioma puede dar cierto vértigo. Y más ante miles de personas muy expectantes. Aunque, a la vez, Pedro Almodóvar estrenará su primer largometraje en inglés casi entre las cuatro paredes de casa. Porque el festival de Venecia, que acogerá el debut mundial de La habitación de al lado, se ha vuelto otro hogar para el cineasta. Allí desveló Madres paralelas y el mediometraje La voz humana, precisamente su primera incursión fuera del castellano. También recibió, en 2019, un León de Oro a su trayectoria. Ahora espera sumar otro, el que obtiene el ganador de la competición oficial de La Mostra, que se celebrará del 28 de agosto al 7 de septiembre. Entre sus rivales más sonados, anunciados hoy, martes, estarán Joker: Folie à Deux, secuela del filme con Joaquin Phoenix que triunfó en el Lido en 2019; Queer, el largo que Luca Guadagnino siempre quiso y al fin pudo hacer; o María, biopic de Callas, con Angelina Jolie en la piel de la diva, dirigido por Pablo Larraín.

En 2021, Madres paralelas se llevó la Copa Volpi a la mejor actriz para Penélope Cruz. Y prolongó la indagación fílmica de Almodóvar en la maternidad. La habitación de al lado promete sumar otro capítulo, a través de rencores, malentendidos, dolor, amor y un reparto con Tilda Swinton en la piel de una reportera de guerra; Julianne Moore, que encarna a una amiga suya; John Turturro, Juan Diego Botto, Vicky Luengo y Raúl Arévalo, entre otros. “La película habla de la crueldad sin límites de las guerras, de los modos tan distintos en que las dos escritoras se acercan y escriben sobre la realidad, habla de la muerte, de la amistad y del placer sexual como los mejores aliados para luchar contra el horror. Y también habla del dulce despertar con los trinos de los pájaros, en una casa construida en plena reserva natural en New England”, escribió Almodóvar. El filme llegará a las salas el 18 de octubre.

Habrá más cine español en el Lido. En la sección Horizontes, Marco, la nueva película de los Moriarti (Jon Garaño, Aitor Arregi y José Mari Goenaga), pretende continuar la senda que tantas satisfacciones les dieron Loreak, Handia y La trinchera infinita. Para ello, llevarán a la pantalla la vida de Enric Marco, exsecretario general de la CNT, que mantuvo, durante años, la ficción de que había estado recluido en el campo de concentración de Flossenbürg. En su polémica figura también estaba centrada la novela El impostor, de Javier Cercas, como recordó el director artístico del festival, Alberto Barbera, durante la presentación. Y también destacó la interpretación de Eduard Fernández en el largo.

Barbera también definió a Rodrigo Sorogoyen como “tal vez el director español más importante del momento, detrás de Almodóvar”. Y por eso vuelve a seleccionar una obra del cineasta. Una serie, en este caso, y fuera de concurso: Los años nuevos sigue “la relación entre un hombre y una mujer a lo largo de 10 años seguidos en los días en torno a Nochevieja”, en palabras del director de La Mostra. Además, la película Sugar Island, de la dominicana Johanné Gómez Terrero, con parte de la producción española, se verá en el apartado Giornate degli autori, y el documental Constelación Portabella, donde Claudio Zulian analiza y homenajea al director de culto catalán, estará en Venezia Classici. El festival continúa así su renovada pasión por el cine español. Hace tiempo que salpica las distintas secciones del certamen, con filmes como Tarde para la ira, Sobre todo de noche, Zumiriki, Madre, En los márgenes o, el año pasado, La sociedad de la nieve.

Eduard Fernández, en una imagen de 'Marco', de Aitor Arregi, Jon Garaño y José Mari Goenaga.
Eduard Fernández, en una imagen de 'Marco', de Aitor Arregi, Jon Garaño y José Mari Goenaga.

Lo que parece debilitarse, en cambio, es el habitual desembarco de grandes nombres de la dirección en el Lido. Normalmente, en Venecia arranca la carrera de unas cuantas películas favoritas para los Oscar, a la vez que Netflix suele presentar allí sus joyas más brillantes. Este año, sin embargo, la mayoría de focos se centra en el segundo Joker, filmado por Todd Phillips, tanto por la tremenda expectación, el secretismo y la llegada de Lady Gaga al reparto, como, en realidad, por la falta de alternativas.

Sí llegarán divos de la actuación como Jolie, Moore, Daniel Craig —protagonista de Queer, en un papel distinto a su recorrido reciente—, Brad Pitt y George Clooney, obligados a investigar un crimen juntos en Wolf, de Jon Watts; Adrien Brody, Michael Keaton, Winona Ryder, Monica Bellucci o Cate Blanchett. Pero difícilmente el público hallará entre los 21 autores del concurso oficial algunos que le suenen familiares, más allá de Almodóvar, Guadagnino y Larraín. Si acaso Gianni Amelio, con Campo di battaglia, sobre la pandemia de la gripe española. Estará, pero fuera de concurso, Beetlejuice Beetlejuice, el regreso de Tim Burton, encargada de inaugurar el certamen. Y volverá también a verse Master and Commander, elegida para cerrar la gala, en la que se entregará el León de Oro de Honor al director australiano Peter Weir.

Puede que Venecia haya compuesto su competición oficial menos conocida de los últimos años. A cambio, eso sí, algunos cinéfilos se frotarán las manos con el regreso del estilo “rigurosísimo y austero” —en palabras de Barbera— de la georgiana Dea Kulumbegashvili con April, tras ganar en San Sebastián hace años con su ópera prima, Beginning; o con Kill the Jockey, nuevo filme de Luis Ortega, “una de las voces más originales del cine argentino contemporáneo”, según el director de La Mostra.

De ahí que las series cobren este año especial relevancia: ya no solo se conforman con acudir al festival de cine más antiguo del mundo, sino que hasta pueden soñar con un sorpasso en cuanto a visibilidad. Se verán Disclaimer, de Alfonso Cuarón; M. El hijo del siglo, de Joe Wright, basada en la biografía novelada de Mussolini escrita por Antonio Scurati, con Luca Marinelli en la piel del Duce; o Families Like Ours, de Thomas Vintenberg, sobre una Dinamarca inundada tras una catástrofe climática.

Más en general, la influencia que la televisión ha tenido sobre el séptimo arte se nota en otro aspecto. Barbera apuntó: “Muchos autores de cine se dejan llevar por experimentar con la longitud. Acogeremos series con una clarísima impronta cinematográfica, que parecen casi películas larguísimas. Y las enseñaremos de manera integral”. Así que la duración de muchas proyecciones de Venecia supera las tres horas. A priori, no tiene por qué ser negativo. Habrá que ver la opinión a posteriori.

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Sobre la firma

Tommaso Koch
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.
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