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Anne Hathaway, Meg Ryan o cómo la comedia romántica surfea la cuarta ola feminista

Los estrenos de ‘La idea de ti’ y ‘Lo que sucede después’, entre otras películas, suponen la vuelta a un género que hoy mantiene un complejo equilibrio con los cambios sociales y los avances en cuestión de género

Nicholas Galitzine y Anne Hathaway, en 'La idea de tenerte'.
Elsa Fernández-Santos

Siendo ya una mujer mayor, Nora Ephron ofreció una valiosa recomendación a la nueva promoción de graduadas de su vieja universidad de Wellesley: “Por encima de todo, sé la heroína de tu vida, no la víctima”. La frase resume bien la esencia de una de las últimas renovadoras de un género, el de las comedias románticas, que no pasa por su mejor momento. Sus padres, Phoebe y Henry Ephron, guionistas de Hollywood y bebedores con problemas, escribieron, entre otras, Su otra esposa (1957), en la que Katharine Hepburn y Spencer Tracy sacaban brillo al célebre “¡Viva la diferencia!” que Tracy había disparado ocho años antes en la guerra de sexos de un clásico del género, La costilla de Adán, de George Cukor. La publicidad de Su otra esposa resume bien lo mucho que han cambiado las cosas en casi setenta años: “La 20th Century Fox presenta a los chicos y chicas que hacen de la oficina un lugar tan maravilloso para amar”.

Hace unos días, Meg Ryan, musa del género gracias a las películas que en los ochenta y noventa escribió o dirigió Ephron (Cuando Harry encontró a Sally, Tienes un e-mail, Algo para recordar) y a algunas otras (French Kiss, Adictos al amor), promocionó en España su último trabajo, Lo que sucede después, que ha coescrito, dirigido y protagonizado y que se estrenará el 17 de mayo. Lo que sucede después se inscribe en eso que podemos llamar comedia romántica otoñal, como la reciente Viaje al paraíso, con otros dos veteranos, Julia Roberts y George Clooney, tirándose los trastos a la cabeza. En la película de Ryan la trama se centra en el reencuentro accidental de una expareja (ella y David Duchovny) que se ve atrapada en la terminal de un aeropuerto. Una vez más, la trama parece debatirse entre el ajuste de cuentas y la melancolía por la felicidad perdida.

En una entrevista reciente con The New York Times, Ryan confesaba que le gusta ver los clásicos románticos de Frank Capra con su hija y que, por supuesto, aún existen intérpretes con suficiente charme para revivir un género que hoy mantiene un complejo equilibrio con los cambios sociales y los avances de la cuarta ola feminista, que ha señalado los problemas que encierran algunos de los estereotipos que propagan este tipo de películas, asentadas muchas en ideales románticos tóxicos y machistas.

Nicholas Galitzine y Anne Hathaway
Nicholas Galitzine y Anne Hathaway, en un momento de 'La idea de ti'.©Amazon/Courtesy Everett Collection / Cordon Press

Ryan Gosling o Jennifer Lawrence forman parte de la lista de Meg Ryan. No así Anne Hathaway, que regresa al género que vio crecer su estrella con La idea de ti, que el 2 de mayo se estrena en Prime Video, dirigida por Michael Showalter y con Nicholas Galitzine como pareja de baile. Basada en una novela de Robinne Lee, la película cuenta la historia de una galerista cuarentona de Silver Lake que aún no ha superado que su marido la dejara por otra y que ha decidido aparcar en el congelador su corazón. Ese trozo de hielo empezará a derretirse el día en que, acompañando a su hija adolescente al festival de Coachella, su vida se cruza con la de un joven inglés, miembro de una boy band prefabricada de éxito global. Obviamente, el pimpollo, rico e impetuoso, se encapricha de la atractiva señora.

La idea de ti persigue esa ácida ligereza que esperamos de toda comedia romántica, pero, por desgracia, como le ocurre a tantas obras de este género, el cuento de hadas hubiese funcionado mucho mejor sin tanto azúcar. Tampoco ayuda ese ubicuo canon de belleza digital que hace que la diferencia de edad entre Hathaway (41 años) y Nicholas Galitzine (29 años) sea casi imperceptible. No se trata de hacer Harold y Maude (1971), la maravillosa película de Hal Ashby sobre un joven y su amiga anciana, pero tampoco se puede construir una comedia romántica sobre la diferencia de edad si la brecha generacional resulta, a la vista, tan difusa. Volviendo a los clásicos, George Cukor lo reflejó a la perfección en el idilio entre Jacqueline Bisset y Hart Bochner en Ricas y famosas (1981).

El otro tema de la película es el escarnio público, y ahí Hathaway, productora además de protagonista, parece hablar más de sí misma que de su personaje. Cuesta no ver un reflejo suyo en La idea de ti, una mujer que un día descubre los efectos del odio viral. La historia es conocida: cuando la actriz estadounidense ganó el Oscar a la mejor actriz de reparto por Los miserables (2012) el éxito se volvió de forma cruel en su contra y las hordas digitales desplegaron lo que hoy se conoce como el Hathahate. La actriz de El diablo se viste de Prada o Princesa por sorpresa tuvo que lidiar con un escarnio público que había brotado un año antes, en 2011, cuando presentó junto a James Franco la gala de los premios de Hollywood y la química entre ambos resultó nula. ¿Los motivos del odio? El reproche generalizado se debía a algo tan vago como su falta de naturalidad, ya sea por su rígida perfección o su búsqueda de aprobación constante. La bola creció tanto —“Me dejaron de dar papeles porque decían que mi identidad se había vuelto tóxica”, ha declarado la actriz en una entrevista reciente a Vanity Fair— que su nombre acabó considerado veneno para la taquilla. La presión para revertir la situación se convirtió en un problema que, según ha repetido la actriz, solo logró superar gracias al cineasta Christopher Nolan, que la rescató para Interstellar en 2014.

La idea de ti también se suma a esa tendencia pospandémica que deja todos los huevos de las comedias románticas en la misma cesta: la del streaming. Dos de las mejores comedias (a secas) de la pasada temporada, American Fiction, y, sobre todo, Bottoms, fueron en España directas a las plataformas (Prime Video ambas) sin pasar por salas. Sin embargo, éxitos recientes, como Cualquiera menos tú, demuestran el tirón popular que, más allá de su calidad —que en este caso es más bien poca—, sigue teniendo este género. Con Sydney Sweeney y Glen Powell encabezando el reparto, Cualquiera menos tú es una comedia romántica prototípica, con boda familiar incluida, postales turísticas de sol y playa desde Australia, diálogos pseudo picantes y cuerpos de gimnasio.

Elenco de la serie Las chicas del autobús de HBO MAX
Las cuatro protagonistas de 'Las chicas del autobús'.

Más allá de los títulos imposibles, que parecen más propios de un diario adolescente (Lo que sucede después, La idea de ti, Cualquiera menos tú), la crisis de las comedias románticas está también ligada a una evidente sequía de galanes capaces de nadar por las aguas de la nueva masculinidad con menos bíceps y más gracia. Mientras tanto, series como Las chicas de autobús, en parte heredera de uno de los clásicos mayores del género, Luna nueva, de Howard Hawks, funciona como comedia romántica dentro de una profesión, el periodismo, dada, como tantas otras, a los enredos de cama. Al menos ese producto de HBO Max sí cumple con la máxima de Nora Ephron: sus cuatro personajes principales tratan al menos de ser las heroínas de sus propias vidas.

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’
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