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Descolonización

Dos museos británicos prestan a Ghana decenas de objetos saqueados a la cultura asante

La fórmula busca impulsar la restitución de artefactos culturales, que el Gobierno del Reino Unido sigue negándose a devolver a sus propietarios originales

Una colección de orfebrería en una de las salas del British Museum de Londres
Una colección de orfebrería en una de las salas del British Museum de LondresLeon Neal (Getty Images)
Rafa de Miguel

El British Museum y el Victoria&Albert Museum, dos de las instituciones culturales más relevantes del Reino Unido, han decidido prestar de modo temporal al país africano de Ghana 30 de los objetos más valiosos y simbólicos de la cultura asante, de la etnia akan, que constituyó un imperio poderoso y próspero en la Costa de Marfil gracias al comercio y el oro, antes de que la expansión del Imperio lo arrasara.

Los museos británicos se esfuerzan estos días por diseñar estrategias que les permitan reparar un pasado colonizador, restituir a sus legítimos propietarios las partes más cuestionables de su inventario y sortear a la vez la cerrazón cultural de un Partido Conservador en el poder empeñado en combatir lo que considera un “revisionismo” histórico de una izquierda acomplejada.

Los dos museos han firmado un préstamo conjunto, con una duración de tres años, con el Museo del Palacio de Manhyia, en Kumasi, la capital de la región asante en Ghana. Entre las piezas prestadas está una espada Mpomponsuo, utilizada por los reyes de Asante para realizar el juramento durante su ceremonia de entronización. Durante casi todo el siglo XIX, los británicos llegaron a enfrentarse hasta en cuatro guerras, las ‘guerras anglo-asantes´ contra ese pueblo. Su capital, Kumesi, fue destruida en 1874 y dos años después se instaló un alto comisariado británico.

El Museo Británico había detallado, horas antes de dar a conocer el acuerdo, el origen exacto de los 239 objetos en su poder de la cultura asante. La institución compró la mayoría de ellos en 1900 a la administración colonial británica. Gran parte del tesoro -muchas piezas son de oro y plata- forma parte del saqueo de los palacios reales, que los británicos llevaron a cabo como botín de su victoria e indemnización por los costes de largas guerras.

“De los centenares de objetos reales de oro saqueados del Palacio [de Manhyia] en 1874, hemos seleccionado piezas que representan las brillantes técnicas de orfebrería llevadas a cabo durante siglos por los orfebres reales, y que habían sido exhibidas como referencia para los artistas británicos y los diseñadores que buscaran inspiración para sus obras”, ha dicho el V&A en un comunicado.

La institución ha acordado el préstamo de diecisiete objetos, que incluyen una pipa de la paz de oro y dos afrakonmu, o discos lavadores de almas, unos colgantes que suponían importantes símbolos del soberano akan. Las fuerzas coloniales británicas saqueaban de manera regular el palacio real, ocupado durante siglos por reyes asante consecutivos. Varios de ellos fueron enviados al exilio, en las islas Seychelles. La región pasó a ser dominio británico en 1902 bajo el nombre de Costa de Oro.

En 1974, según había reconocido el British Museum, el ya fallecido rey asante, Opoku Ware II, reclamó formalmente la devolución de todos los objetos reales arrebatados a los asante por las fuerzas británcias en 1874, 1896 y 1900. La respuesta del Gobierno del Reino Unido, como en muchas otras ocasiones, fue la de intentar defender que resultaba legalmente imposible que los museos realizaran una devolución de ese tipo. En 2010, el actual monarca asante Otumfuo Osei Tutu II, que accedió al trono en 1999 y había cursado antes estudios universitarios en Londres, volvió a plantear al museo la posibilidad de una devolución de los objetos reales.

El debate sobre la devolución es al final un debate sobre la propiedad legítima de las obras de arte, y las múltiples aristas de esta apasionada discusión son finalmente la causa de que disputas simbólicas, como el regreso de los mármoles del Partenón a Atenas, por ejemplo, estén eternamente estancadas.

Las fórmulas imaginadas por las instituciones para sortear los obstáculos legales y políticos y ajustar cuentas con el pasado son los préstamos, intercambios o exposiciones compartidas. “150 años después del ataque [de las fuerzas coloniales británicas] contra Kumasi, y del saqueo de sus objetos reales, el V&A está orgulloso de asociarse con el Museo del Palacio de Manhiya para exhibir esta importante colección de orfebrería de oro de los asante”, ha dicho el director del museo, Tristram Hunt.

Frente a la negativa del Gobierno de Rishi Sunak a modificar las leyes para que los museos puedan devolver con plena libertad los objetos que consideran ilegítimamente arrebatados de sus países o culturas originales, la irrefrenable tendencia a reparar las injusticias pasadas ha llevado a las instituciones culturales a diseñar soluciones prácticas para lograr ese objetivo.

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Sobre la firma

Rafa de Miguel
Es el corresponsal de EL PAÍS para el Reino Unido e Irlanda. Fue el primer corresponsal de CNN+ en EE UU, donde cubrió el 11-S. Ha dirigido los Servicios Informativos de la SER, fue redactor Jefe de España y Director Adjunto de EL PAÍS. Licenciado en Derecho y Máster en Periodismo por la Escuela de EL PAÍS/UNAM.

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