Desafío ganadero en Las Ventas: descafeinada calidad
Damián Castaño destacó por naturales, pero solo pudo dar la vuelta al ruedo con el mejor toro de una deslucida corrida
El primer desafío ganadero del mes de septiembre lo ganó por los pelos el hierro de Valdellán gracias al toro Mochuelo, de 515 kilos, lidiado en segundo lugar, que acudió con alegría y empujó en el caballo en tres lucidos puyazos, galopó en banderillas, y permitió que su lidiador se luciera por ambos pitones, pero, sobre todo, por el izquierdo, por el que el toro embistió con claridad, humillación y fijeza. A otros con menos motivos le han dado la vuelta al ruedo, pero este buen ejemplar se conformó con una fuerte y muy merecida ovación en el arrastre.
El toro protagonizó los escasos momentos de calidad del festejo, que compartió con Damián Castaño, que llegaba a Madrid tras su gesta ante los toros de Dolores Aguirre en la reciente Feria de Bilbao, y que tuvo en sus manos la posibilidad de reverdecer laureles y salir lanzado de la plaza madrileña. Tuvo la posibilidad, pero tomó una decisión equivocada, primero, y, después, mató mal, con lo que el esperado triunfo se redujo a una vuelta al ruedo.
Toreó bien Castaño al toro, de encastada nobleza que se quedó corto en los primeros compases por el lado derecho; pero tras una tanda de análisis y otra más relajada y ligada, el torero tomó el engaño con la zurda y dibujó, esa es la palabra, destellos de calidad superior, plantada la figura, con gusto y compostura, en dos tandas de naturales que supieron a gloria y evidenciaron las buenas condiciones de un torero relegado por las circunstancias a las corridas duras.
Los muletazos llegaron a los tendidos, pero faltaba la rotundidad, y he aquí que Castaño cortó la faena, se dirigió a las tablas, pidió el estoque de verdad y sin más preámbulo montó la espada. Una decisión errónea porque a su buena labor le faltaba la firma, el colofón, para abrir de par en par las puertas del triunfo. Además, pinchó, y lo que pudo haber sido el éxito que demandaban el toro y su toreo, quedó en una vuelta que supo a muy poco. Solo el torero descafeinó la calidad apuntada.
Sin duda, lo mejor de la tarde fue esa corta e intensa labor con la muleta en el segundo —nada pudo hacer Castaño ante el muy complicado quinto, que lo volteó de mala manera a la hora de matar— porque el resto de la corrida, pasada por un tormentoso aguacero a partir del cuarto, fue un desfile de mansedumbre y sosería que impidió el lucimiento de los otros dos espadas.
Paco Ramos venía de triunfar en la Feria de Julio de Valencia, pero allí ya evidenció que carece de puntería en la suerte suprema, y volvió a dejarlo claro en Las Ventas. Tiene oficio, está muy placeado en Perú, le robó muletazos limpios a su soso y blando primero, pero su labor no levantó el vuelo; dificultoso en extremo fue el comportamiento del cuarto, que no tuvo un pase, y con el que Ramos dio un mitin con la espada.
Y cerraba el cartel Luis Gerpe, que confirmó la alternativa en otro desafío en septiembre del año pasado, pero ha toreado muy poco. Ciertamente, no ha tenido opciones en esta vuelta a Madrid. Muy descastado fue su primero, y complicado en exceso el sexto, pero ante los dos se la jugó con solvencia y decoro. También sufrió una voltereta al citar por manoletinas en el tercero, y demostró, como en el caso de Ramos, que la espada también es una asignatura pendiente.
Fraile-Valdellán/Ramos, Castaño, Gerpe
Desafío ganadero. Tres toros -cuarto, quinto y sexto- de Juan Luis Fraile, muy bien presentados y astifinos, mansos, blandos y deslucidos; y tres -primero, segundo y tercero- de Valdellán, correctos de presentación, bravo y encastado el lidiado en segundo lugar, y mansurrones y descastados los otros dos.
Paco Ramos: pinchazo, bajonazo que hace guardia, _aviso_ y dos pinchazos (silencio); ocho pinchazos y dos descabellos (silencio).
Damián Castaño: un pinchazo y estocada baja y atravesada (vuelta); media perpendicular y un descabello (ovación).
Luis Gerpe: media muy tendida (silencio); pinchazo hondo _aviso_ estocada atravesada y cuatro descabellos (silencio).
Plaza de Las Ventas. 10 de septiembre. Se guardó un minuto de silencio en memoria del empresario fallecido José Antonio Martínez Uranga. Algo más de un cuarto de entrada (6.417 espectadores, según la empresa).
Babelia
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