José María Garzón: “Mi único objetivo es aportar algo a la tauromaquia”
El empresario sevillano, gestor de dos plazas de primera categoría, analiza la fiesta y asegura que el mundo del toro “es difícil de entender si no estás dentro”
José María Garzón (Sevilla, 1972), empresario de las plazas de Córdoba, Málaga -ambas de primera categoría-, Santander, Almería, Torrejón y Morón de la Frontera, afirma que la suya es una actividad estresante, también recomendable y poco rentable, pero asegura que el sacrificio merece la pena. Es un gestor -y apoderado del diestro Juan Ortega- reconocido como independiente, -no pertenece a la patronal taurina-, y hace ya algún tiempo encabezó una nueva ola de un emergente empresariado que anunciaba aires renovadores para la fiesta de los toros.
Desde 2006 dirige la empresa Lances de Futuro, creada bajo el lema “Me gustan más los sueños del futuro que la historia del pasado”, frase atribuida a Thomas Jefferson, tercer presidente de Estados Unidos, y que figura en la portada de su página web.
“Creo que la historia del pasado es maravillosa y se puede contemplar y aprender de ella, pero lo nuestro es futuro”, confiesa. “Siempre pienso en el porvenir, y va mucho con mi forma de ser”, prosigue, “he soñado toda mi vida, y sigo siendo un soñador”.
Y dice tener muy claro es qué consiste esa ilusión.
“Mi único objetivo es hacer algo por la tauromaquia; es lo que más me preocupa. Hacer una aportación en fomento, promoción, divulgación, atraer a la juventud a las plazas… Esa es mi meta: que el día de mañana se reconozca que José María Garzón intentó hacer algo positivo por la fiesta. Eso es lo más bonito”.
“Para lo que te juegas y el montante que mueves, este sector no tiene la rentabilidad que debiera; la mía, en la temporada pasada, se situó en torno al 5 por ciento”
De momento, no se atreve a juzgar si su labor actual está encaminada hacia ese fin. “No, no soy yo quien debe calificar mi trayectoria, pero creo que las plazas que gestiono están repuntando, y en ellas se vive la tauromaquia todo el año”.
Lo cierto es que el empresario confiesa que está contento con su trayectoria. “El camino ha sido duro”, señala, “pero debo estar agradecido a Dios porque no pensaba conseguir lo que he alcanzado, y lo digo con toda humildad; ha merecido la pena el sacrificio, porque este mundo del toro es muy especial y difícil de entender si no estás dentro, pero, en el fondo, reconozco que es maravilloso”.
Una actividad, la de empresario, a la que califica como estresante: “Son muchos los factores que se deben conjugar en la ecuación”; y recomendable: “Lo recomiendo porque es mi vida; hay empresarios buenos y malos, como en otros sectores, y creo que en todos faltan valores. Vivimos en una sociedad que carece de virtudes, y el que las tiene funciona”.
Un sector estresante y recomendable, pero también poco rentable, a su juicio.
“Sí, para lo que te juegas, para el montante que mueves, no tiene la rentabilidad que debiera”, explica. “Pero yo vivo de esta profesión, quede claro”.
Pregunta. ¿Cuál sería el umbral del beneficio actual?
Respuesta. La rentabilidad económica de la temporada pasada podría situarla en torno al 5 por ciento, más o menos, y creo que cuando estás moviendo un presupuesto en torno al millón y medio de euros, es un porcentaje muy bajo.
P. ¿Cuesta que el público acuda a las plazas?
R. Sí, pero a los toros acuden muchos espectadores. Por la feria de Málaga, por ejemplo, pasan miles de personas durante una semana. En la feria de Santander se han vendido 60.000 entradas. ¿Qué otro espectáculo, al margen del fútbol, se puede comparar con los toros?
P. Pero no podrá negar que el espectáculo taurino es caro?
R. Hay entradas de todo tipo, y hablo por mis plazas. En Santander se puede comprar un abono por 49 euros para toda la semana. En Málaga hay entradas desde 4 euros para las novilladas y desde 7 para las corridas. ¿Cuánto vale una entrada para ver un partido de fútbol de primera división? ¿Sabe, además, que organizar una corrida de toros en Málaga, por ejemplo, cuesta, como mínimo, 70.000 euros? Tenga en cuenta que aquí trabajan 140 personas en días de un festejo mayor.
José María Garzón asegura que las figuras sigue siendo caras después de la pandemia (“no es que sean caras, sino que cobran en función de lo que generan”, explica), aunque añade que los emolumentos se pueden negociar en función de la taquilla.
Lo mismo sucede con los toros. “Las ganaderías buenas no son baratas”, añade; “¿cuánto cuesta criar un toro? Mucho, sin duda; por otra parte, todo ha subido, menos el precio de las entradas en la feria de Málaga. Hace 12 años que no sufre incremento alguno, y esa es una cuestión a tener en cuenta”.
“Hay que ofrecer oportunidades a valores nuevos, es verdad, pero no se olvide que yo dirijo una empresa y no una ong”
P. ¿Pero cree usted que el espectáculo que se ofrece es interesante para el público?
R. Jugamos con animales, que suponen un factor muy determinante. No sabemos lo que llevan dentro. Pero este es el único espectáculo en vivo de verdad. Es más complejo que una obra de teatro, cuyo éxito depende de los ensayos. Por eso hay tardes fantásticas y otras en las que prima el aburrimiento.
P. Pero el toro de hoy…
R. Me atrevo a decir que el de hoy es un pedazo de toro. Las ganaderías han progresado en genética y alimentación, lo que repercute positivamente en la bravura, la nobleza, la clase… El toro que se lidia hoy es el mejor de la historia.
P. ¿Se atreve a hacer esa afirmación a pesar de las muchas tardes de hastío que se viven en todas las ferias?
R. Lo que sucede es que el público quiere ver torear muy bien, y no es nada fácil encontrar un toro con calidad que lo permita. Hace cien años, el torero daba cuatro muletazos por alto, mataba al toro y triunfaba. Hoy se exige el buen toreo. Ha cambiado el gusto de la afición.
P. A ese respecto, los empresarios parecen preocupados por confeccionar carteles de diseño con veteranas figuras de relumbrón y despreocupados por el futuro…
R. Hay que ofrecer oportunidades a valores nuevos, es verdad, pero no se olvide que yo dirijo una empresa y no una ong. El empresario tiene que ganar dinero, porque, de lo contrario, el espectáculo no es sostenible. Las figuras lo son por algo. Hay muchos jóvenes y veteranos que carecen de atractivo para la taquilla. A pesar de ello, estoy de acuerdo en que no hay que olvidar a los nuevos valores y en la feria de Málaga han tomado la alternativa dos toreros jóvenes.
P. Por cierto, además de empresario es usted apoderado de Juan Ortega. Se dice que es más rentable gestionar la carrera de un torero que una plaza.
R. Es verdad, pero existe una diferencia importante. El empresario puede desarrollar una hoja de ruta, un proyecto, y como apoderado lo más importante depende del torero. Me gusta más la labor de empresario, y si gestiono la carrera de Juan es, sobre todo, por amistad y porque me encanta como torero. Pero lo mío es ser empresario.
Babelia
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